Muchos de los templos continúan en uso por su buen estado y robusta construcción, previamente revisada y autorizada para no representar un peligro durante cualquier eventual temblor. Otros en cambio sufrieron daños tan severos que permanecen en ruinas. Para un visitante apresurado podrán ser solamente eso, testigos de un pasado religioso, pero para el ávido observador estos templos esconden detalles e historia cautivadora.
Los templos religiosos de La Antigua Guatemala poseen singular belleza.
Existe una diferencia notable cuando tratamos el tema de templos en ruinas. Observarlos en fotografías es solamente una reducida experiencia que limita la vista a lo que la imagen ofrece, pero observar el mismo detalle en persona y recorrer el complejo en ruinas es una experiencia muy distinta.
Es una sensación muy particular e indescriptible cuando se camina bajo los arcos de los templos y se percibe lo sólido de los muros, lo fresco de la sombra que proveen (por su mismo espesor y los materiales) y sobretodo la escala. La proporción de la escena solamente es percibida en su totalidad al recorrer estos recintos.
Los recorridos por las ruinas de La Antigua Guatemala son experiencias enriquecedoras y muy reveladoras. Sin duda viene a la mente qué fuerza pudo tener cada terremoto para derribar los enormes bloques de las paredes que podemos ver, o los macizos que yacen en el suelo y que formaran el techo o cúpulas de la iglesia.
Ruinas de San Jerónimo
Las Ruinas San Jerónimo es un complejo que reune jardinización, paz y arquitectura con detalles particulares. Desde sus muros hasta los ventanales ofrecen vistas y recintos con juegos de luz que los diferencian del resto de ruinas de la ciudad colonial.
Se ubica al noroeste del Parque Central, a unas 7 cuadras. Luego del abandono de las instalaciones como edificio religioso fue sede de la Real Renta de Alcábalas y Real Aduana.