La Compañía de Jesús es una iglesia sorprendente por su obra de arte tallada en piedra volcánica andina. Se le considera como la estructura más importante del Quito colonial por su representativo estilo barroco.
La Iglesia de la Compañía de Jesús fue construida en 1605 por los jesuitas, quienes fueron expulsados de la Real Audiencia de Quito debido al Edicto de destierro decretado en 1767 por Carlos III, Rey de España. Su edificación demoró alrededor de 163 años y estuvo abandonada hasta 1794. Luego de habérsele confiado a los frailes Camilos, la Compañía de Quito fue devuelta a los jesuitas en 1862 bajo la autorización del presidente Gabriel García Moreno.
Esta monumental obra arquitectónica ha sido objeto de un proceso de restauración integral desde que los terremotos destruyeron estructuras importantes como es el caso de la torre en 1868. Los trabajos históricos y arqueológicos, esenciales para la conservación del templo, se hicieron entre 1987 y 2005. Desde el 2006 los visitantes de todas partes del mundo han disfrutado de sus numerosos encantos bañados con siete toneladas de pan de oro.
Las obras de artes son motivo de una profunda admiración. El retablo mayor, dorado en 1745 por Bernardo de Legarda, contiene las esculturas de las cuatro comunidades religiosas que evangelizaron en Quito. Igualmente alberga los conjuntos escultóricos de la Santísima Trinidad y Sagrada Familia. Sin duda, su belleza artística elaborada por los artistas de la escuela colonial de Quito, refleja un espectáculo histórico inolvidable.
La Iglesia de La Compañía de Jesús es la más famosa de todas las iglesias en Quito. Esto debido a su arquitectura, sus detalles en la fachada y el arte de su interior.