Bolivia celebra la llegada del Año Andino Amazónico 5.524

La celebración indígena en Bolivia de la fiesta del «Retorno del Sol» con el solsticio de invierno en el hemisferio austral inauguró el año nuevo 5.524 que las culturas andinas y amazónicas conmemoran como su supuesta antigüedad.
Año Nuevo Andino Amazónico
Año Nuevo Andino Amazónico

La festividad, denominada Año Nuevo Andino Amazónico, tuvo su centro en las ruinas arqueológicas de Tiahuanaco, a 70 kilómetros de La Paz, pero fue reproducida en al menos 200 lugares considerados sagrados en las regiones andina y amazónica del país.

Hubo rituales en la Isla del Sol del lago Titicaca; en el fuerte inca de Samaipata (este), en el Salar de Uyuni (suroeste), en el Valle de la Luna de La Paz y en aquellos sitios de las ciudades considerados sagrados por aimaras, quechuas y guaraníes.

Debido a que se recupera de una reciente operación de la rodilla izquierda, el presidente Evo Morales no pudo ir a Tiahuanaco pero organizó en su residencia un rito con chamanes aimaras para recibir los primeros rayos del sol con las manos en alto, como es costumbre.

En el Valle de la Luna, la aparición del sol esta mañana provocó entre decenas de personas, entre ellas varios turistas, un derroche de abrazos con buenos deseos sobre todo para mantener el trabajo y la salud durante el año, según constató Efe.

En su residencia, Morales explicó en un discurso el por qué de la celebración, que en Bolivia es día festivo desde 2009, y destacó que tiene que ver con el calendario solar usado desde tiempos ancestrales por los indígenas con base en conocimientos cósmicos.

El solsticio de invierno en el hemisferio sur marca el mayor alejamiento del Sol de la Tierra y el comienzo de un nuevo ciclo en su recorrido por lo que la fiesta se llama «Willka Kuti» o «Retorno del Sol», según la explicación del mandatario.

Por contra, criticó el calendario gregoriano y dijo que «no tiene nada que ver con buscar mayor exactitud en la observación astronómica, sino más bien con intereses de carácter político y religioso vinculados a la búsqueda de la expansión del poder».

Agregó que el calendario gregoriano «es muy desordenado» porque divide el año en 12 meses, con 30, 31 ó 28 días para sumar un total de 365 días, a diferencia del calendario solar que tiene 13 meses, cada uno de 28 días.

El segundo sistema suma 364 días a los que debe añadirse el «día cero, que es sagrado», que precisamente es este 21 de junio, dijo.

Así, Morales reivindicó que los pueblos que quieren tener en sus manos su propia historia deben comprender la dinámica del tiempo y sostuvo que ahora se vive una nueva era que es el tiempo «de dignidad, de igualdad y de retorno al equilibrio y la armonía».

«Ya no es tiempo de invasión, de genocidio, inquisición, tampoco de extirpación de idolatrías, ya no es un tiempo de colonialismo, de saqueo, de imponerse por la fuerza, es un tiempo de revolución», dijo para subrayar que por eso continuará su «proceso de cambio».

La culturas andinas y amazónicas defienden una antigüedad de 5.524 años sumando 5.000 años de cinco ciclos solares, cada uno de mil años, más los 524 años transcurridos desde 1492, cuando los españoles descubrieron el nuevo continente.

Se trata de una versión que en su momento rechazaron algunos antropólogos y arqueólogos porque cinco mil años antes de la llegada de los conquistadores españoles no había sistemas astronómicos entre los pueblos de la zona andina, que todavía eran recolectores.

El nombre de la fiesta ha evolucionado con criterios de inclusión ya que comenzó a celebrarse hace pocas décadas en Tiahuanaco como Año Nuevo Aimara, luego se llamó Año Nuevo Aimara-Quechua, después Año Nuevo Andino, y ahora quedó como Año Nuevo Andino Amazónico.