Reseña Histórica de Capurganá
Capurganá es un corregimiento del municipio de Acandí, departamento del Chocó, Colombia, en el golfo de Urabá, cerca de la frontera colombo-panameña. Es una población turística aislada por carretera del interior del país. Esta región noroccidental de Colombia fue habitada por los indígenas Cuna, para quienes era las «tierra de ají» o Capurganá en su lengua. Los Cuna la poblaron hasta principios del siglo XX cuando fueron desplazados por los colonos de raza negra-mulata que llegaban de la ciudad de Cartagena. Los indígenas migraron hacia el archipiélago de San Blas (Comarca Kuna Yala) en el vecino país de Panamá. Allí el gobierno panameño había llegado a un acuerdo con la población nativa creando una comarca semiautónoma donde los nativos ejercerían su propia autoridad.
Pasó desapercibida del mapa hasta principios de la década de 1970 cuando finalmente gracias al empuje de Narcisa Navas se logró construir una pequeña pista de aterrizaje. Navas y el piloto Jorge Mario Uribe llevaron a Capurganá a los primeros turistas en una pequeña avioneta Cessna. Hoy el aeropuerto de Capurganá lleva el nombre de Narcisa Navas.
Inicialmente llegaron familias antioqueñas a construir pequeñas casas de veraneo. Llegaron las familias Mora, Uribe, Arango e Isaza y Samuel Isaacs, pariente del escritor colombiano Jorge Isaacs.
José María Palacio con su hijo Héctor organizaron en 1975 el primer hotel que consistía en unas pequeñas cabañas de madera y techo en palma de iraca (Carludovica palmata). Después de Las Cabañas (hoy el renovado Tacarcuna Lodge) le siguieron otros hoteles como el Calypso y Las mañanitas ya para 1990 su infraestructura hotelera había crecido a más de 20 hoteles, posadas y hostales. El pequeño poblado se convirtió poco a poco en un destino predilecto para el naciente turismo ecológico y de aventura de los colombianos.
Encontrar sitios casi vírgenes, donde la naturaleza apenas haya sido afectada por la mano y obra del hombre parece en la actualidad una misión imposible. Ni siquiera los grandes centros turísticos, famosos en su mayoría por sus bellas playas, escapan al daño que lamentablemente producen los miles de visitantes que reciben cada año. En un lugar lejano, de cuyo nombre esta vez sí muchos quisieran acordarse está Capurganá, Colombia. Las olas del Mar Caribe bañan a este lugar constantemente, la enorme diversidad vegetal, la cordialidad de su gente sin dudas sobresalen, pero más allá de esto, en Capurganá se demuestra que es posible una unión perfecta entre el desarrollo y el cuidado de la naturaleza. Los incrédulos deberían visitarla, en especial la preciosa Bahía del Urabá Chocoano, para comprobar que cuando las personas quieren, pueden convivir en perfecta armonía con la madre naturaleza. Los bosques, en especial la selva del Darién, las playas, ríos, manglares y cascadas que abundan en la zona atraen a aquellos con la sensibilidad necesaria para apreciar cuán rico son los ecosistemas de la geografía de esta localidad de Colombia.
Allí no viven muchas personas, en realidad la población apenas sobrepasa las mil 500 quienes tienen como profesión fundamental la pesca y la agricultura; aunque otros trabajan en la atención directa al turismo y es que Capurganá cada vez atrae más la atención de los que deciden visitarla y también de otros que incluso optan por adquirir propiedades frente al mar que todavía están a precio de “bananas”, para disfrutar allí de estancias, algunas breves, otras no tanto. Por esto vale la pena invertir en Colombia. Capurganá sencillamente acoge a todos y cada cual la asume, disfruta, a su manera muy particular. La población es pequeña, pero se siente muy identificada con el sitio y esta es una de las razones que permite comprender lo cuidado que están las playas, la limpieza y tranquilidad que caracterizan a Capurganá, y gran parte de Colombia. El curioso nombre es otro de los legados de los primeros pobladores de la región, los indígenas de la etnia Kuna (Panamá), y significa “Tierra del Ají” y los negros del Chocó (Colombia). No obstante, como sucede en tantas regiones latinoamericanas, algo que el escritor cubano Alejo Carpentier describió como “lo real maravilloso”, la multiplicidad de culturas hacen aún más interesante vivir o visitar a Capurganá, ya que allí se puede apreciar no solo la cultura caribeña de Colombia, sino que también confluyen la idiosincrasia antioqueña, chocona y cordobesa.
Una de las actividades más interesantes que se realiza en Capurganá ocurre entre los meses de abril y mayo, cuando en las extensas y hermosas playas de Alcandí (a una hora de lancha de Capurganá) las tortugas Caná, una especie muy rara, desovan. Esta especie está considerada en Peligro (EN) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) e incluida en el Apéndice I del Convenio Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) y protegida en Colombia. El singular hecho atrae a muchísimos visitantes que en general se quedan en las estructuras turísticas de Capurganá. Los habitantes de Capurganá son muy exigentes con esta parte, pues el respeto hacia este desove posibilita que crezca el diezmado número de tortugas Caná. A lo largo de las últimas cinco décadas ellas han sido perseguidas por los hombres, quienes las cazan por su carne y sus huevos. Alcandí funciona entonces como un refugio seguro para las tortugas y los pescadores de Capurganá se han trasformado en guardianes para esta especie. Quizás algunos al leer las descripciones de la impresionante geografía de Capurganá, Colombia, puedan pensar que vivir allí es aislarse del mundo; sin embargo, la realidad es muy diferente: en los hoteles Capurganá existen todos los servicios que permiten una estadía placentera; además en Capurganá hay puestos de salud, puesto de policía, servicios de telefonía e internet y las facilidades que se disfrutan en todos los sitios turísticos como, discotecas, heladerías, farmacias y tiendas, en las que pueden encontrarse los productos colombianos y panameños, gracia a la cercanía con Panamá. También Capurganá es un afamado centro artesanal que ofrece productos que resultan muy atractivas para los turistas. Las vías de acceso a Capurganá son aéreas y marítimas. Las puertas de Capurganá siguen abiertas para todos aquellos interesados conocer un poco más de la naturaleza, para los que deseen invertir en propiedades frente al mar, para los que gusten de pasar su tiempo en un sitio que parece detenido en el tiempo. En Capurganá se demuestra, cada día, que el desarrollo humano y el medio ambiente no son antagonistas. Colombia: el riesgo es que te quedes!
Cómo llegar
Mediante una conexión internacional desde Panamá, saliendo de la ciudad de Panamá hasta Puerto Obaldía, Panamá con www.flyairpanama.com (40 minutos, USD 70.00 una vía), desde Puerto Obaldía a Capurganá, Colombia, en bote (30 minutos, USD 20.00). Y menos de 5 minutos en bote desde Capurganá a Aguacate.
También en un vuelo nacional desde Medellín, Colombia a Capurganá con www.ada-aero.com (50 minutos, USD 150.00 una vía). Menos de 5 minutos en bote desde Capurganá a Aguacate.
Conexión nacional por carretera hacia y desde Turbo, Colombia, diariamente hay botes rápidos que conectan a Capurganá (2 horas y media, USD 30.00). Igualmente hay menos de 5 minutos en bote desde Capurganá a Aguacate, aunque saliendo desde Turbo, Bahía Aguacate esta primero que Capurganá. Por carretera no se puede llegar ni nacional, ni internacionalmente.
El transporte local es mediante carretas haladas por burros, bicicletas y caballos, no hay carros, es como regresar en el tiempo.