¡Cantando desnudos! – Teatrex

Son ocho jóvenes que han decidido desnudar sus cuerpos frente a todos para enfrentar los prejuicios, el pudor, los señalamientos sociales, sexuales y hasta religiosos en ¡Cantando desnudos!, una versión del musical que escandalizó en Broadway hace una década y que mañana se estrena en la sala Teatrex de El Bosque, bajo la dirección del venezolano Dairo Piñeres.

Estrenada en 1998 en Estados Unidos, Naked men singing -el nombre original que le puso su creador Robert Schrock- ruborizó a muchos, irritó a otros tantos, y hasta generó repulsa en algunas ciudades donde sencillamente decidieron cerrar las puertas de los teatros y colgar el cartelón de la «censura».

Pero nada de ello ha evitado que la pieza viaje por cuatro continentes y sea versionada en español, italiano, portugués y hasta griego. A Venezuela llega ahora de la mano de Carlos Castillo, quien hizo una versión «tropical», o más bien a «la venezolana», con la dirección musical de Leo Maldonado.

Daniel Vivas, Aisak Ovalles, Albeth Smith, Alejandro Mejia, Anthony Bracamonte, Reinaldo Navas, Francisco Aguana y José Luis Salazar son los ocho chicos que se despojan de sus ropas -y, ni modo, también de los tabúes- frente al público durante la hora y quince que dura el espectáculo.

Ocho actores que interpretan cada uno un monólogo cantado y desnudan literal y metafóricamente su historia (la mayoría de corte homosexual). La de Luis José Salazar, cuyo nombre artístico es Jean Luke, es la de un joven gay, reprimido, para más señas, que lucha contra su inconsciente para que su miembro viril no crezca de manera repentina y nadie se percate de su verdadera identidad.

«Se va a parar«, dice Salazar que se llama su monólogo, que transcurre en el baño del gimnasio, frente a todos sus compañeros, desprovistos de ropa, y sin poder evitar que las hormonas comienzan a ejercer sus funciones.

Un problema que, dice, pensó que podría ocurrirle apenas le propusieron formar parte del proyecto, pero que junto con sus compañeros de elenco -y gracias a la seriedad de los productores, acota- pudo resolver más temprano que tarde.

«Al principio nos costó a todos, pero uno termina liberándose de los tabúes», agrega Salazar, o mejor, Jean Luke, para quien se trata precisamente de eso: de un musical que aborda temas como los prejuicios del hombre, de los que «es necesario desprenderse», y de las fachadas sociales.

Y es justamente por ello que los productores decidieron que, a diferencia de la producción estadounidense, protagonizada por hombres perfectos, con abdominales marcados, y pieles lozanas y depiladas, los de ¡Cantando desnudos!, versión nacional, debían ser más naturales.

«Obviamente hubo una preparación física para que todos los actores tuviéramos un mismo perfil, pero son cuerpos reales, muy parecidos a los de cualquier persona, por lo que yo creo que se podrá lograr una gran identificación con el público», asegura el joven actor, para quien los desnudos están más que justificados.

«El desnudo siempre se podrá explotar con fines comerciales y habrá quien opine que ese es el caso. Pero en ¡Cantando desnudos! hace alusión a despojarnos de la falsa moral para hablar directamente acerca de los estigmas sociales, que aún existen en el mundo. Así que nosotros nos desnudamos, física y psicológicamente para decirle al mundo que no tenemos que vestirnos o lucir de una manera convencional para demostrar que somos buenos seres humanos. Nos desnudamos en el sentido que estamos siendo directos, libres y tan expuestos para hablar de algunos temas. Nuestro vestuario y nuestro maquillaje son la propia piel para abrirnos al público», remata Salazar sin desnudeces.