Archivo por meses: marzo 2016
Caracas Activa
¡Cantando desnudos! – Teatrex
Son ocho jóvenes que han decidido desnudar sus cuerpos frente a todos para enfrentar los prejuicios, el pudor, los señalamientos sociales, sexuales y hasta religiosos en ¡Cantando desnudos!, una versión del musical que escandalizó en Broadway hace una década y que mañana se estrena en la sala Teatrex de El Bosque, bajo la dirección del venezolano Dairo Piñeres.
Estrenada en 1998 en Estados Unidos, Naked men singing -el nombre original que le puso su creador Robert Schrock- ruborizó a muchos, irritó a otros tantos, y hasta generó repulsa en algunas ciudades donde sencillamente decidieron cerrar las puertas de los teatros y colgar el cartelón de la «censura».
Pero nada de ello ha evitado que la pieza viaje por cuatro continentes y sea versionada en español, italiano, portugués y hasta griego. A Venezuela llega ahora de la mano de Carlos Castillo, quien hizo una versión «tropical», o más bien a «la venezolana», con la dirección musical de Leo Maldonado.
Daniel Vivas, Aisak Ovalles, Albeth Smith, Alejandro Mejia, Anthony Bracamonte, Reinaldo Navas, Francisco Aguana y José Luis Salazar son los ocho chicos que se despojan de sus ropas -y, ni modo, también de los tabúes- frente al público durante la hora y quince que dura el espectáculo.
Ocho actores que interpretan cada uno un monólogo cantado y desnudan literal y metafóricamente su historia (la mayoría de corte homosexual). La de Luis José Salazar, cuyo nombre artístico es Jean Luke, es la de un joven gay, reprimido, para más señas, que lucha contra su inconsciente para que su miembro viril no crezca de manera repentina y nadie se percate de su verdadera identidad.
«Se va a parar«, dice Salazar que se llama su monólogo, que transcurre en el baño del gimnasio, frente a todos sus compañeros, desprovistos de ropa, y sin poder evitar que las hormonas comienzan a ejercer sus funciones.
Un problema que, dice, pensó que podría ocurrirle apenas le propusieron formar parte del proyecto, pero que junto con sus compañeros de elenco -y gracias a la seriedad de los productores, acota- pudo resolver más temprano que tarde.
«Al principio nos costó a todos, pero uno termina liberándose de los tabúes», agrega Salazar, o mejor, Jean Luke, para quien se trata precisamente de eso: de un musical que aborda temas como los prejuicios del hombre, de los que «es necesario desprenderse», y de las fachadas sociales.
Y es justamente por ello que los productores decidieron que, a diferencia de la producción estadounidense, protagonizada por hombres perfectos, con abdominales marcados, y pieles lozanas y depiladas, los de ¡Cantando desnudos!, versión nacional, debían ser más naturales.
«Obviamente hubo una preparación física para que todos los actores tuviéramos un mismo perfil, pero son cuerpos reales, muy parecidos a los de cualquier persona, por lo que yo creo que se podrá lograr una gran identificación con el público», asegura el joven actor, para quien los desnudos están más que justificados.
«El desnudo siempre se podrá explotar con fines comerciales y habrá quien opine que ese es el caso. Pero en ¡Cantando desnudos! hace alusión a despojarnos de la falsa moral para hablar directamente acerca de los estigmas sociales, que aún existen en el mundo. Así que nosotros nos desnudamos, física y psicológicamente para decirle al mundo que no tenemos que vestirnos o lucir de una manera convencional para demostrar que somos buenos seres humanos. Nos desnudamos en el sentido que estamos siendo directos, libres y tan expuestos para hablar de algunos temas. Nuestro vestuario y nuestro maquillaje son la propia piel para abrirnos al público», remata Salazar sin desnudeces.
Exposición de Arte Soliloquios – María Elena Álvarez
Cada faena solitaria de trabajo en el taller es concebida por la artista visual María Elena Álvarez como «el momento en el que ocurre el arte verdadero», sólo comparado, acaso, con el instante en el que la audiencia logra su interpretación a partir de una obra. A su juicio, allí, cuando el artista se enfrenta al blanco de la tela para teñirle sus colores, vuelca (con o sin intención) su mundo interior, sus mensajes, sus búsquedas, su verdadera identidad plástica.
Aunque las pinturas de Álvarez tienden a lo geométrico, esta artista insiste en que sus obras se distinguen por la presencia de «una carga ética, un mensaje que está contenido en cada una como si se tratara de una palabra». Esto, declara, se pone en manifiesto en las 53 piezas que fueron seleccionadas para integrar su más reciente exposición titulada Soliloquios, en referencia al discurso unipersonal que entabla en sus momentos de creación.
La muestra será inaugurada hoy, a las 11:00 am, en la Galería Espacio 5, de Caracas, y estará conformada por unidades en gran formato o divididas en polípticos. Cada una fue elaborada con hasta siete capas de pintura acrílica sobre tela, una sobre otra. «La obra visualmente es de múltiples dimensiones y tiene un carácter a través de los trazos libres y la geometría que deja sentir que se está atravesando la estructura para adentrarte en algo que se lee como un poema», describe. Para ella, «el arte es algo que no se ve, y la
obra, como objeto, es simplemente el vehículo para hablar sobre el arte en sí mismo. El arte es invisible».
De acuerdo con la curadora, Bélgica Rodríguez, en esta exposición la artista «se convierte en el cuadro mismo con un discurso introspectivo de prolongaciones sin límites, de segmentos que se proyectan más allá del formato».
En estas piezas, que fueron elaboradas entre noviembre de 2015 y el primer trimestre de 2016, la artista realiza por primera vez en su trayectoria un cambio en su paleta de colores e introduce a sus ya tradicionales grises, al negro, al blanco y al azul cobalto, nuevas variaciones de rojo, amarillo, verde, naranja, marrón o rosado. «Como artista, sentí la necesidad de madurar mi propia práctica en términos cromáticos, pero no basada en un estudio exhaustivo y formal del color y sus teorías, sino que decidí que formara parte de la obra de un modo más vivencial», argumenta.
Por esto, relata que para enfrentar el desarrollo de este cambio, se inspiró en los colores de fachadas que fueron ilustradas en un calendario venezolano de 1998 y se permitió una experiencia aún más inusual: «Para fortalecer el vínculo de la obra con Caracas, visité una construcción de un amigo en la ciudad y empecé a dejarme tocar por los colores del entorno. El rojo y el amarillo son los tonos de cuñetes de pinturas, por ejemplo; y también hay colores que vi en las ropas que vestían los obreros de la construcción». El resultado, insiste, fue una sorpresa. «Descubrí que podía hacer cambios y seguir siendo fiel a mi discurso».
La muestra individual se mantendrá abierta al público hasta el 30 de abril.
Universidad Central de Venezuela
Desde el año 1953, la Universidad Central de Venezuela se encuentra ubicada en la Ciudad Universitaria de Caracas, decretada en 1943 por el presidente Isaías Medina Angarita, proyectada arquitectónicamente por el maestro Carlos Raúl Villanueva y construida, en gran parte, en el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez. La actual sede (la Ciudad Universitaria de Caracas) es la más emblemática de las obras de este maestro cuya magnificencia llegó a su máxima expresión el 30 de Noviembre del año 2000, al ser declarada la Ciudad Universitaria de Caracas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Su mudanza se debió a que entre los años 1930 y 1940 la capacidad del Convento de San Francisco colapsó debido al crecimiento de la población estudiantil, lo cual había obligado a las autoridades universitarias a dispersar las facultades por la ciudad. Por esto, el 2 de Octubre de 1943 Isaías Medina Angarita decretó la construcción de otra sede universitaria y se constituyó el Instituto de la Ciudad Universitaria (ICU), organismo adscrito al Ministerio de Obras Públicas encargado de coordinar la construcción. En esta decisión jugó un rol fundamental el entonces Rector Antonio José Castillo, quien insistiera en la necesidad de reunir todas las facultades, escuelas e institutos de la Universidad Central de Venezuela en un solo núcleo.
Originalmente la Universidad Central de Venezuela estaba en la afueras de Caracas , en los terrenos de la Hacienda Ibarra (antigua propiedad de Simón Bolívar), y tardó aproximadamente 20 años en construirse en su totalidad. Sin embargo, el 2 de Marzo de 1954, marcos Pérez Jiménez inauguró la Plaza Cubierta, el Aula Magna y la Biblioteca Central con motivo de la celebración de la X Conferencia Iberoamericana en Caracas.
En su proyecto original, la Universidad Central de Venezuela estaba formada por 60 edificios distribuidos entre zonas verdes que cubrían una 203 hectáreas. Actualmente, se encuentran en ella más de 70 edificios, incluyendo el Jardín Botánico de Caracas y la Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela. En los edificios se albergan 9 de las 11 facultades de la Universidad, con la Ciencias Veterinarias y Agronomía con su sede en la ciudad de Maracay. La Ciudad Universitaria también alberga una de las colecciones de arte más importantes del mundo, la cual incluye a los edificios como ejemplo del movimiento modernista del siglo XX y murales, mosaicos, vitrales y esculturas de artistas abstracto-geométricos, constructivistas, surrealistas y figurativistas de la talla de Fernand Léger, Victor Vasarely, Jean Arp, Wilfredo Lam, Alexander Calder, Alejandro Otero, Francisco Narváez, Oswaldo Vigas, Pascual Navarro y Mateo Manaure, entre otros. Casi todas las obras se encuentran en los jardines, techos, paredes y ventanas de los edificios, lo que convierte al campus universitario en un virtual museo al aire libre.
En estos 288 años de historia universitaria (1721-2009), la Universidad Central de Venezuela, algunas veces, ha gozado de autonomía plena; otras veces, los regímenes políticos se han reservado el derecho de designar las autoridades, y no ha faltado época en que la Universidad se haya visto obligada a suspender sus actividades. El cierre más prolongado de sus funciones docentes ocurrió durante la dictadura gomecista, al decretarse la clausura por diez años (1912-1922).
La Universidad central de Venezuela no es ni la sombra de aquella familiar Casa de estudios, ubicada en el viejo recinto del Convento de San Francisco que clausuró Juan Vicente Gómez en 1912. En ese entonces, la vida académica de la Universidad Central de Venezuela se circunscribía a las tradicionales carreras de Medicina, Derecho, Ingeniería y Ciencias Eclesiásticas, más los cursos de Filosofía, Dentistería y Farmacia que se impartían a 329 estudiantes.
En la etapa democrática la Universidad Central de Venezuela ha profundizado sus aportes científicos y sociales. De nuestros laboratorios han salido la vacuna contra la lepra creada por Jacinto Convit, la Vacuna New Castle que ha hecho posible la cría masiva de aves de corral, la raza Carora de ganado vacuno, así como ganado de engorde y lechero de gran calidad; el pabellón de Venezuela en Sevilla para la celebración del V Centenario del Descubrimiento, por sólo citar algunos de los logros más difundidos. En la Universidad Central de Venezuela se hace el 70% de la investigación que se realiza en todo el país.
En la actualidad, mantiene una matrícula estudiantil que ronda los 54.222 estudiantes de pregrado y 8.317 estudiantes de postgrado, con 8.601 profesores de los cuales 3.811 son jubilados; 8.372 empleados profesionales, administrativos de los cuales 3.858 son jubilados, y 2.883 obreros de los cuales 1.679 están jubilados, distribuidos en 9 Facultades en Caracas, 2 Facultades en Maracay, 5 Núcleos de estudios supervisados y 12 Estaciones Experimentales en diferentes regiones del país, conforman la comunidad ucevista.
Es importante resaltar el papel rector de la Universidad Central de Venezuela en el quehacer académico de la nación, y de su contribución en la formación de los profesionales del país, de sus aulas han egresado más de ciento cincuenta mil profesionales que contribuyen al desarrollo de nuestra patria: Por mucho que se cuestione su funcionamiento y sus directrices docentes, las irritantes y mezquinas pugnas políticas y las cifras del presupuesto, la UCV merecerá siempre el respeto y el agradecimiento de la sociedad venezolana.
Galipán
Enclavado en la montaña: Galipán es una comunidad rural que se localiza en la vertiente norte del tramo central de la Cordillera de la Costa, enclavado en el área que conforma el Parque Nacional El Ávila, un conjunto montañoso que circunda Caracas, Venezuela. El poblado de Galipán corresponde a la Parroquia Macuto del Estado Vargas, a pesar de que su relación económica y cultural la mantiene fundamentalmente con Caracas. La distancia de Galipán a Caracas es aproximadamente de 21 kilómetros. El poblado cuenta con servicio eléctrico y telefónico, escuela desde preescolar hasta sexto grado, bodegas, dispensario médico e iglesia, restaurantes, puestos de la Guardia Nacional y de INPARQUES. Los caminos son mayormente de tierra, algunos son de piedra o asfalto rústico. El agua que consumen los habitantes proviene de manantiales procedentes de lo alto de la montaña. Desde allí, los pobladores han colocado mangueras y tuberías para transportar el líquido hasta sus viviendas y sembradíos.
https://www.youtube.com/watch?v=ns3UZ7hg4MM
Sectores que lo conforman: Galipán está constituido por cinco sectores cuyas denominaciones tienen origen hagiográfico, es decir, relativo a la vida de los santos patronos.
(1) San Isidro, en homenaje al patrono de los campesinos. «San Isidro Labrador, quita el agua y pon el sol».
(2) San Francisco, el protector de la fauna avileña.
(3) San Antonio, patrono de quienes no tienen pareja.
(4) San José, en honor a quienes se esmeran en su faena diaria.
(5) Manzanares, epónimo del grupo indígena guanche, proveniente de las Canarias.
Cómo llegar: Ir a Galipán es una experiencia inolvidable. Tiene acceso por la vertiente norte del litoral y por la vertiente sur, desde Caracas. La forma más usual es recorrer (a pie o con vehículo rústico de doble tracción) la empinada carretera que comienza en el «pie del cerro», ubicado en la avenida Peñalver entre San Bernardino y Cotiza, en Caracas, la cual llega hasta la propia cima donde se halla el Hotel Humboldt. En esa zona de Cotiza hay un terminal de transporte colectivo disponible para turistas y visitantes. Empresas como Denis Tours y el Hotel Ávila de San Bernardino, organizan tours que incluyen el traslado hasta el poblado y el restaurante de su preferencia. Otra forma de llegar a Galipán es por el teleférico Caracas-El Ávila, ubicado en Maripérez, el cual está siendo administrado por una empresa privada. También se puede ir a Galipán por el «Camino Real de los Españoles» entrando por La Puerta de Caracas, en La Pastora. Otra vía es la carretera que sube del pueblo costero de Macuto, o por Naiguatá.
Un sitio ensoñador: Galipán es un paraje montañero cuyo clima es frío la mayor parte del año. Los habitantes de la comunidad galipanera se dedican a cultivar flores y frutas, las cuales ofrecen en venta a turistas y comercios caraqueños. Especial mención merece el esfuerzo que tradicionalmente han hecho los pobladores para cultivar claveles y orquídeas, flor nacional de Venezuela. El renombre de las flores galipaneras tuvo especial impulso por la famosa canción de Francisco de Paula Aguirre, autor de «Claveles de Galipán», popularizada por la cantante Raquel Castaños.
Describir a Galipán supone dar rienda suelta a la imaginación e impregnarse del aroma de frutas y «flores de mil colores»; es extasiarse con el verdor quebrantado por zigzagueantes caminos que como cintas de plata recorren el ondulado terreno. Es detener el aliento ante la majestuosidad del lejano azul marino cuyos tonos multicolores penetran el infinito celeste tornándose en indescriptible cántico natural. Describir a Galipán es definitivamente exaltar el espíritu ante la imagen de un rincón paradisíaco enclavado en la montaña que mira al Caribe mar.
Jardín Botánico
El Jardín Botánico de Caracas (JBC) o Jardín Botánico de la UCV es un sitio de Patrimonio Cultural de la Humanidad que forma parte de la Ciudad Universidad de Caracas, sede de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Posee una extensión de 70 hectáreas y está administrado por la Fundación Instituto Botánico de Venezuela (FIVB). Su código de reconocimiento internacional como institución botánica, así como las siglas de su herbario, es VEN.
El Jardín Botánico de Caracas cuenta con más de 2.500 especies que corresponden a unas 200 familias botánicas, de las cuales el 50 % son de Venezuela, proviniendo el resto de Centroamérica, África, la India y otras regiones de Asia y Suramérica.
De sus 70 hectáreas, 15 de ellas tienen unas determinadas zonas donde se encuentran las plantas distribuidas por sectores, las 55 hectáreas restantes, se han reforestado y se han dedicado como bosque autóctono preservado.
De los sectores existentes, son de destacar:
- Laguna Principal
- Senderos de Interpretación
- Orquideario
- Bosque Húmedo Tropical
- Laguna Venezuela
- Jardín Xerofítico
- Palmeto, es una de las colecciones de Palmas más importantes de Latinoamérica, albergando unos 4.000 ejemplares de unas 250 especies.
- Zingiberales
- Bromeliario
- Aráceas
- Zona didáctica recreacional
- Jardín Económico
- Arborétum
Teatro Teresa Carreño
El Teatro Teresa Carreño es una obra arquitectónica y cultural sin par en la historia de Venezuela. Ubicado sobre un terreno de 22.586 m² y con más de 80.000 m² de construcción, el imponente edificio se alza integrando el concreto a la naturaleza y a las artes plásticas. Enormes columnas y techos hexagonales casi superpuestos entre sí hacen que la majestuosidad de esta edificación de arquitectura de naturaleza pluralista y de integración espacial sea única en su estilo.
El Teatro Teresa Carreño cuenta con dos salas principales: la Ríos Reyna y la José Félix Ribas, además de otros espacios abiertos y cerrados, terrazas y salas muy versátiles que sirven para presentar pequeños recitales o conferencias. La entrada al complejo cultural está precedida por la Plaza Vicente Emilio Sojo, en homenaje al célebre compositor y uno de los fundadores de la Orquesta Sinfónica Venezuela. El complejo cultural también cuenta con un área de oficinas y de producción a la par de los teatros más importantes del mundo: dos sótanos albergan espacios para los talleres de utilería, carpintería, herrería, peluquería y maquillaje, sastrería, varias salas de ensayo y de almacenamiento de escenografía.
En el Teatro Teresa Carreño hay varias obras de arte del artista cinético venezolano Jesús Soto:
- Cubos virtuales blancos sobre proyección amarilla (en el techo del foyer de la Sala Ríos Reyna).
- Cubos vibrantes sobre progresión blanca y negra (en el estacionamiento, frente a la Sala José Felix Ribas).
- Nubes Blancas ubicadas a varios metros sobre las butacas de la Sala Ríos Reyna para que funcionen como elemento acústico y ornamental.
- Pirámides vibrantes (techo acústico de la Sala José Félix Ribas)
- Telón Escritura negra sobre fondo blanco y telón cortafuego o «Teaser»; ambos originalmente en el escenario de la Sala Ríos Reyna, pero hoy en día desincorporados..
También hay una muestra del artista Pedro Básalo, busto de Teresa Carreño (ubicado en el sótano 1); de Harry Abend, Relieve Mural sobre Pantallas Inclinadas (en la cúpula troncopiramidal externa del escenario de la Ríos Reyna), además de otros artistas como: Erling Oloe, Colette Dellozane, Jorge Pizzani y Vincenzo Gemito.
En los espacios internos del Teatro Teresa Carreño tienen sus oficinas las orquestas: Sinfónica Simón Bolívar, Sinfónica de Venezuela, y la Filarmónica Nacional.
Centro de Arte la Estancia
La sede principal de PDVSA La Estancia es una antigua casona caraqueña, ubicada en la Av. Francisco de Miranda, urb. La Floresta, a pocos pasos de la estación del Metro de Altamira. Está rodeada de tres hectáreas de jardines, con amplia diversidad de especies botánicas.
Cuenta con cinco salas de exposición, además de grandes espacios al aire libre: allí se realizan conciertos, exhibiciones fílmicas, obras de teatro, conferencias, talleres y un gran número de eventos infantiles. Sus áreas conservan ese aire de antaño que refleja su larga existencia.
Horarios De martes a viernes de 9:00AM a 7:00PM
Sábados y domingos de 10:00AM a 6:00PM.
Actividades PDVSA La Estancia ofrece una amplia programación gratuita, que enaltece las genuinas raíces y tradiciones venezolanas, gracias a una variada oferta cultural.
Para conocer cuándo se realizan cada una de estas actividades, consulte la programación del mes.
Conciertos de fin de semana Todos los sábados a las cuatro de la tarde y los domingos a las once de la mañana, la tarima de PDVSA La Estancia sirve de escenario para agrupaciones y grandes artistas nacionales e internacionales que deleitan con sus presentaciones al público capitalino.
Visitas Guiadas PDVSA La Estancia ofrece a grupos de instituciones educativas, consejos comunales e instituciones sin fines de lucro la oportunidad de conocer sus instalaciones con orientación de guías integrales capacitados para transmitir, de manera amena, toda la información relacionada con las diferentes actividades del brazo social y cultural de la industria petrolera.
Jornadas sociales Con el propósito de apoyar los planes de desarrollo social implementados por el Gobierno Bolivariano, PDVSA La Estancia despliega, en fechas especiales, operativos que brindan a la comunidad servicios médicos gratuitos, charlas y asesoría sobre diversos temas como educación sexual, maternidad y alimentación.
Domingos Infantiles Los domingos, a las tres de la tarde, las pequeñas y pequeños se divierten en grande con obras de teatro, conciertos, juegos y actividades que además de entretenerlos, les transmiten valores para la vida.
Exposiciones Cinco salas de exposición han albergado –para el deleite del público capitalino- obras de artistas de la talla de Reverón, Soto, Otero, Manaure, Espinoza, Cepeda, Calzadilla, así como de nuevos valores de la plástica venezolana. Talleres y Clases Los verdes espacios de PDVSA La Estancia son el lugar perfecto para que cientos de personas de las más diversas edades se sumerjan en el aprendizaje del cuatro, practiquen el milenario arte del yoga, se fortalezcan con la marcial capoeira, se deleiten apreciando el arte operístico, entrenen su mente con el ajedrez y participen en los múltiples talleres de las más diversas manifestaciones que se llevan a cabo en el oasis cultural de la Gran Caracas.
Charlas y conferencias PDVSA La Estancia ofrece interesantes charlas y conferencias, didácticas e instructivas, de los más diversos temas, y con grandes personalidades del mundo del arte, la historia, la cultura y el pensamiento.
Waraira Repano
Por estar ubicado al norte de grandes centros poblados (Caracas, Guarenas, Guatire), el Parque Nacional Waraira Repano sirve de lugar de esparcimiento a miles de personas. Por ejemplo, El Cerro El Ávila posee diferentes caminos por los cuales se puede ascender dependiendo del medio de transporte que se utilice, el principal de estos medios es el Teleférico de Caracas, un teleférico turístico construido a mediados del siglo XX que va desde la ciudad de Caracas hasta el Pico el Ávila, en donde se encuentra ubicado el Hotel Humboldt. Existe además una carretera para vehículos de doble tracción con diversos puntos de origen desde la ciudad y recorre varios de los cerros del Waraira Repano además del Cerro Ávila, el tercero y más popular entre los que lo usan como un medio de deporte son los senderos que al igual que las vías de tierra para vehículos tiene su inicio o ramales desde varios puntos de la ciudad de Caracas y recorre todos los cerros del Parque nacional Waraira Repano. Por ejemplo, hay subidas desde las faldas del cerro por San Bernardino, Chacaíto, Altamira y El Marqués. La de Altamira recibe el nombre de «Sabas Nieves» y la de El Marqués «La Julia», ambas por sus puestos de guarda parques. Otro atractivo lo constituye una plaza cerca del Hotel Humboldt, que sirve de altar para la bandera más alta del mundo en una montaña. El mástil de aluminio mide 30 metros de alto, y fue transportada por partes a bordo de helicóptero. Además, algunas de las viejas cabinas, de 12 metros cuadrados aproximadamente, están siendo utilizadas como kioscos, módulos de auxilio y venta de boletos. El otrora funicular presidencial es mostrado como parte de las atracciones.
El Teleférico de Caracas comunica a la ciudad de Caracas con el Parque Waraira Repano.
http://www.mintur.gob.ve/mintur/ventel/horarios/
En las cercanías del Hotel Humboldt (Pico El Ávila) existe una pequeña población rural llamada Galipán, donde sus pobladores realizan actividades agrícolas y turísticas, teniendo en su haber numerosas posadas. Esta población es famosa también por su cultivo de claveles, rosas y tulipanes, único en toda Caracas.
El congestionamiento vehicular durante días feriados, deficiencias en servicios básicos, precaria accesibilidad y ocupación ilegal del parque nacional Waraira Repano, con la consiguiente contaminación de quebradas y playas impiden que el Litoral Central venezolano sea parte del mercado turístico del Caribe.
Otros sitios de interés turístico del Parque Waraira Repano, ya no ubicados en Caracas, son la Cascada del Norte, ubicada en el Río del Norte al norte de la ciudad de Guatire. El río Curupao, al norte de la ciudad de Guarenas.