El desierto de Huacachina esta a tan sólo 5 kilómetros de la ciudad de Ica -a tres horas de viaje de Lima- se encuentra uno de los puntos de referencia para los turistas en el Perú. Como llegar
Aquí no llueve durante todo el año, el agua que encontramos en Huacachina viene de corrientes subterráneas.
Cuenta la leyenda que una princesa llamada Huacay China se enamoró de un joven guerrero, pero después de casarse el guerrero tuvo que ir a una guerra en la que murió.
Tras enterarse de la noticia la joven Huacay China se impregnó de tristeza y fue a llorar al campo de girasoles donde se habían visto por primera vez. Así surgió este oasis.
Fue un gran balneario en la década de 1960 puesto que, las aguas y barro de este lugar tienen propiedades medicinales y se construyeron varios hoteles a su alrededor.
Se construyeron casas y hoteles, se levantó un hermoso malecón alrededor de la laguna, con barandas, alamedas y vestidores para bañistas.
Incluso se asfaltó el camino que une a la laguna con la ciudad de Ica, al que se sembró de ficus, acacias y huarangos.
Aunque el paso del tiempo se hace notar, el balneario todavía mantiene bastante de la prestancia de sus mejores épocas.
Dos sobrevivientes de esa época son el hotel Mossone, construido en los años 1920 y lugar predilecto del presidente Augusto B. Leguía y Salcedo y el Hotel Salvatierra; lugar predilecto de artistas como Sérvulo Gutiérrez, hotel en cuyo interior se pueden apreciar las obras que pintara el artista para el local.
Además de deleitarse en el oasis, este lugar permite recorrer el inmenso desierto peruano en buggies además de practicar uno de los deportes populares en este desierto: el sandboarding.