Turismo en Buenos Aires

 

La ciudad de Buenos Aires es la capital de la Argentina. Ubicada en el hemisferio sur del continente americano, se extiende sobre un terreno llano con una superficie de 202 km cuadrados. Viven aproximadamente 3 millones de personas; sumada la población del área metropolitana, la población total supera los 10 millones de habitantes, lo que la convierte en uno de los 10 centros urbanos más poblados del mundo.

 

El Río de la Plata y el Riachuelo son sus límites naturales hacia el este y el sur. La avenida de circunvalación General Paz, que bordea la ciudad de norte a oeste, completa el límite de la ciudad. Esta avenida enlaza de manera rápida la capital con el Gran Buenos Aires, una franja de alta concentración de habitantes y fuerte actividad

 

Buenos Aires fue fundada dos veces. En 1536, Don Pedro de Mendoza, colonizador español, estableció el primer asentamiento. Lo nombró: Ciudad del Espíritu Santo y Puerto Santa María del Buen Ayre. La segunda -y definitiva-, en 1580, Juan de Garay la denominó el sitio Ciudad de Trinidad.

 

En el siglo XIX el puerto fue el punto de llegada de la gran corriente inmigratoria promovida por el Estado argentino para poblar la nación. Españoles, italianos, sirio-libaneses, polacos y rusos le imprimieron a Buenos Aires el eclecticismo cultural que la distingue.

 

A lo largo del siglo XX, sucesivas migraciones -internas, de países latinoamericanos y de Oriente- terminaron de conformar a Buenos Aires como una ciudad cosmopolita en la que conviven personas de diversas culturas y religiones.

 

Buenos Aires ha sido siempre una ciudad de puertas abiertas. A sus habitantes se los llama “porteños”, gentilicio que alude a la condición portuaria de la ciudad. Al habitante de la provincia de Buenos Aires se lo llama «bonaerense”.

 

El espíritu de los porteños es cordial y hospitalario: suelen organizar comidas en sus casas para agasajar a los turistas con platos típicos.

FERIA MASTICAR

Con la plana mayor de los fuegos porteños reunida, se presentó lo que será la edición de otoño de la feria que realizan por quinta vez los cocineros y empresarios de gastronomía del país. En mayo, Feria Masticar redobla su apuesta y vuelve con todo.

Los contenidos que hacen al concepto de «comer rico porque hace bien», que impulsa la movida, estarán a la orden del día, como explicó Narda Lepes en la conferencia de prensa que brindaron junto al equipo de Acelga (Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina) y las autoridades del gobierno de la ciudad.

Es decir que como todos los años no faltarán las charlas en el auditorio, el recorrido por un mercado con productos de todo el país, los puestos de los cocineros con sus creativas raciones a precios populares, el sector de las parrillas y los fuegos o los numerosos food trucks que harán gala del diseño y del sabor en cuatro ruedas y que imponen hoy la nueva tendencia en el modo de comer. La gran novedad para los visitantes será que podrán disfrutarlo cómodamente porque se realizará en un espacio extra large.

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, participara de la presentación: «Además de ser una atracción, genera mucho trabajo para la Argentina y para la ciudad. Y ése es nuestro sueño: que la gastronomía sea uno de los principales motores del posicionamiento y del crecimiento económico de Buenos Aires», expresó.

Desde el 5 y hasta el 8 de mayo, Masticar abrirá sus puertas en el ya clásico El Dorrego (Zapiola 50), al que se sumarán 4000 metros cuadrados del Polideportivo de Colegiales (Freire 160) en un predio ampliado, con doble ingreso, más puestos de comida, 80 productores rurales de 20 provincias y bebidas para todos los gustos en esta fiesta otoñal de la gastronomía argentina.

Para hacerse agua la boca recomiendo los tres risottos de Dolli Irigoyen en su camión Risotteria, las arepas de i Latina, la súper hamburguesa de Colagreco -para comerla valdrá la pena hacer cola en Carne, con paciencia-, el cono veggie de Juliana, la rica trilla con palta y granada de Allium, el pastrón de Mi-shiguene, el clásico huevo a 63 grados de Paraje Arévalo, el espíritu de la tierra con Molteni y el infaltable Choribondi de La Cabrera. Martitegui, Donato, Christophe, Massey, Trocca y todo el star system gourmet no faltaron a la celebración previa y estarán presentes con sus brigadas de cocina, con platos que se podrán degustar por 50, 70 y 80 pesos.

Vale la pena conocer la programación por anticipado de modo de armarse un recorrido para comer y beber durante la primer semana de mayo.

 

OBELISCO DE BUENOS AIRES

El Obelisco es, en todo el mundo, el mayor emblema de la ciudad y de sus habitantes, como lo pueden ser la Torre Eiffel en París o la Estatua de la Libertad en Nueva York. Inaugurado en 1936 para recordar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, es obra del arquitecto Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex. Se ubica en el lugar donde fue izada por primera vez la bandera nacional en la ciudad. Quien visita Buenos Aires no puede dejar de fotografiar este monumento, ubicado estratégicamente en la intersección de dos de las avenidas más importantes: la 9 de Julio, entre las más anchas del mundo, y la “calle” Corrientes, uno de los principales polos culturales de la ciudad.

El Obelisco es, además, el eje del Metrobus, sistema de transporte de colectivos que cruza el Microcentro por la Avenida 9 de Julio, inaugurado en el año 2013. Con una altura total de 67,5 metros y una base de 6,8 metros por lado, el Obelisco posee una única puerta de entrada (mirando hacia la Avenida Corrientes en dirección oeste), detrás de la cual hay una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos que lleva a la cúspide. Allí existe un mirador con cuatro ventanas, visibles desde la calle. Y por encima de ella, el monumento emblema de Buenos Aires culmina en un pararrayos que no logra divisarse a simple vista. Actualmente está prohibido el ingreso.

Curiosidades

¿Sabías que el Obelisco fue muy resistido durante sus primeros años? De hecho, tres años después de su inauguración, el Concejo Deliberante sancionó su demolición, decisión que fue vetada por el intendente de entonces. Hoy, en cambio, es uno de los principales puntos de reunión de las manifestaciones políticas y del festejo de los logros deportivos. Para celebrar su 75° aniversario en 2011, se organizó una visita guiada para 75 vecinos, uno por cada año de vida del Obelisco.

Conocé la historia del barrio de San Nicolás y enterate de todas las actividades de la ciudad en la Agenda Cultural

CEMENTERÍO DE RECOLETA

El Cementerio de la Recoleta es una obra de arte en sí mismo.

La entrada principal es un pórtico formado por cuatro columnas de orden dórico griego, concluido durante una de sus grandes reformas ordenada en 1881 por el entonces intendente de la Municipalidad, Torcuato de Alvear. Tanto el frontis exterior como el interior poseen inscripciones en latín. Del lado de afuera el mensaje es de los vivos a los muertos: Requiescant in pace, que significa: Descansen en Paz. Del lado de adentro el mensaje es de los muertos a los vivos: Expectamus Dominum, que significa: Esperamos al Señor.

En el frente, sobre las columnas, se inscriben los primeros símbolos de la vida y de la muerte, representados en once alegorías: El huso y las tijeras: el hilo de la vida que se puede cortar en cualquier momento. La cruz y la letra P: la paz de Cristo en los cementerios. La corona: voto de recuerdo permanente. La esfera y las alas: el proceso de la vida y de la muerte que gira incesantemente como la esfera. La cruz y la corona: la muerte y el recuerdo. La abeja: la laboriosidad. La serpiente mordiéndose la cola: el principio y el fin. El manto sobre la urna: el abandono y la muerte. Las antorchas con llamas hacia abajo: la muerte. El búho: el vigilador, y según algunas creencias, anuncia la muerte. El reloj de agua o Clepsidra: el transcurrir del tiempo o el paso de la vida.

El predio tiene 4780 bóvedas distribuidas en 54 843 metros cuadrados, 80 de las cuales fueron declaradas Monumento Histórico Nacional. El cementerio alberga varios mausoleos de mármol, decorados con estatuas, en una amplia variedad de estilos arquitectónicos. Se halla organizado en manzanas, con amplias avenidas arboladas que dan a callejones laterales donde se alinean los mausoleos y bóvedas. Existe una amplia rotonda central de donde parten las avenidas principales, con una escultura de Cristo realizada por el escultor Pedro Zonza Briano, en 1914.

Cada mausoleo presenta el nombre de la familia labrado en la fachada; generalmente se agregan al frente placas de bronce para los miembros individuales.

En un poema, el escritor porteño Jorge Luis Borges (1899-1986) fantaseó con ser enterrado en este lugar, pero finalmente no fue así ya que está enterrado en la ciudad de Ginebra (Suiza).

TEATRO COLON

El Teatro Colón es un teatro de ópera de la ciudad de Buenos Aires. Por su tamaño, acústica y trayectoria, está considerado uno de los cinco mejores del mundo. Según una encuesta realizada por el experto en acústica Leo Beranek a destacados directores internacionales de ópera y de orquesta, el Teatro Colón posee la sala con la mejor acústica para ópera y la tercera mejor para conciertos del mundo.

 

Comparable con las salas líricas más importantes del mundo, como la Scala de Milán, la Metropolitan Opera House de New York, la Ópera Estatal de Viena, la Royal Opera House (Covent Garden) de Londres y la Ópera de París, es índice inequívoco de consagración para quienes se presentan en él y lugar ineludible para los amantes de la música. El Colón ha sido desde siempre un teatro venerado por el público y por los artistas más renombrados. A su vez, es sede de la Orquesta Estable, el Coro Estable, el Ballet Estable del Teatro Colón y de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. También funcionan en su sede el Centro de Experimentación del Teatro Colón, el Instituto Superior de Arte, con su Orquesta Académica, el Coro de Niños y el programa Colón Contemporáneo.

 

El Teatro Colón es un teatro de temporada o de stagione que renueva su programación anualmente; no es un teatro de repertorio. Asimismo es un teatro de producción propia, que cuenta con talleres a cargo de personal especializado para realizar íntegramente todos los elementos necesarios para la escenificación de un espectáculo de ópera o ballet.

 

Entre 2001 y 2010, el Teatro Colón fue sometido a un profundo proceso de restauración conservativa y modernización tecnológica que le devolvió el brillo original de sus años de esplendor, sin alterar la acústica de su sala ni la arquitectura original de las partes nobles. Durante el período de restauración, el Teatro Colón desarrolló sus actividades artísticas en salas alternativas de la ciudad de Buenos Aires. Fue reabierto el lunes 24 de mayo de 2010, como parte de los festejos del Bicentenario de la Argentina.

LA BOCA

Este emblemático barrio debe su nombre a que es precisamente en esta zona en donde se encuentran las bocas del Riachuelo, en donde sus aguas desembocan en el Río de la Plata. Muchos historiadores coinciden en señalar que La Boca es el lugar en donde Pedro de Mendoza fundó la ciudad de Santa María de los Buenos Aires, en 1536. Durante varios años, la boca del Riachuelo fue el puerto natural de Buenos Aires, pero debido a problemas tales como la poca profundidad de las aguas, los bancos de arena y las considerables crecientes y bajantes, entre otros, el puerto se trasladó más hacia el norte de la Ciudad.

Donde hoy se asienta el barrio de La Boca era una zona hostil, pantanosa, desolada y con periódicas inundaciones. Pero, a fines del siglo XIX comenzó a instalarse allí una pujante y creciente comunidad italiana con preponderancia de origen genovés que, poco a poco, fueron dándole vida y personalidad al barrio. Con el tiempo se fueron incorporando otros grupos de inmigrantes, españoles, griegos, alemanes y algunos dispersos grupos de franceses y sajones.

El barrio era un lugar de marineros de paso, con lo cual, se abrieron numerosas pulperías. Los italianos que habitaban el lugar eran cada vez más, hasta que en 1882 un grupo de genoveses firmó un acta que enviaron al rey de Italia comunicándole que habían constituido la República de la Boca. Al enterarse de esta noticia, inmediatamente, el entonces presidente, Julio Argentino Roca hizo quitar la bandera genovesa izada en el lugar y puso fin al conflicto.

La Boca se caracterizó por ser un barrio de habitantes divertidos, ruidosos y melancólicos. Hablaban el dialecto xeneixe, el de los genoveses, como si estuvieran en su tierra. Eran muy trabajadores y solidarios, llegaron a formar numerosas instituciones de apoyo comunitario, editaron diarios y fundaron clubes deportivos y culturales. Dada su gran sensibilidad para el arte, en el barrio han nacido cantores, músicos, poetas y artistas plásticos, muchos de los cuales han ocupado lugares significantes en el sentir popular.

Dentro de sus límites funciona una ejemplar dotación de bomberos voluntarios, muy conocidos y valorados por su gran labor, profesionalismo y trabajo en la comunidad. La mayoría de las casas eran y son de madera y chapa, esto hace que los incendios sean frecuentes y amenazantes. En tal contexto, la tarea de los bomberos fue y es fundamental.

La Boca presenta una particular arquitectura, casas de madera y chapa, ambas con balcones de hierro que aún se conservan por las calles del barrio. Sus fachadas de chapa acanalada se combinan con las carpinterías de madera enriquecida por variadas molduras. Los colores de las casas representan una innumerable variedad que deviene de los sobrantes de pintura que los marineros traían a sus casas, como la pintura era costosa, y la cantidad escasa para pintar toda la vivienda de un mismo color, se aprovechaba hasta la última gota, por lo tanto, se pintaba primero los marcos hasta agotarla, para pasar luego a las paredes y pintar hasta donde alcanzara. Además, las líneas horizontales eran y son una característica de La Boca, largos tablones superpuestos en las casas de madera y la acanaladura de las chapas.

Pinta tu aldea y serás universal. Quinquela, un artista boquense

En este barrio surgieron y surgen infinidades de artistas y expresiones culturales de todo tipo. Uno de los más grandes referentes artísticos de La Boca fue el pintor Benito Quinquela Martín. Este extraordinario artista no tuvo una extensa ni rigurosa formación académica, estudió dibujo y pintura con el maestro italiano Alfredo Lázzari, quien fue su único profesor, pero tenía una gran virtud, pintaba su ambiente, su entorno, su barrio, el cual conocía a la perfección. De esta manera, hizo honor al dicho, pinta tu aldea y serás universal.

Chinchela, como era su verdadero apellido, fue el que mejor supo pintar e interpretar el ambiente portuario que reinaba en La Boca por aquellos años. En sus obras se puede ver toda la actividad portuaria, la vida febril y agitada, sus barcos, los obreros, el colorido de las casas, los barcos, las grúas, los bares y cantinas. Quinquela se inspiraba y pintaba en su ambiente, muchos lo veían subido a un barco abandonado y desde allí retractaba el paisaje. En nuestros dias, La Boca sigue siendo una fuente de inspiración artística y cultural.

La Boca, cuna del fútbol

Boca Juniors fue fundado el lunes 3 de abril de 1905, cuando un puñado de jóvenes inmigrantes italianos habitantes del barrio, Esteban Baglietto, Alfredo Scarpatti, Santiago Pedro Sana y los hermanos Juan y Teodoro Farenga, se reunieron en la Plaza Solís para darle nacimiento a la legendaria institución. Los colores azul y amarillo, tomados de la bandera de un buque sueco, amarrado por esos días en las aguas del Riachuelo. Por su parte, River Plate, se fundó el 25 de mayo de 1901 también en el barrio de La Boca, por la fusión de dos clubes preexistentes denominados «Santa Rosa» y «La Rosales». Después de discutir varias propuestas, decidieron llamarlo «River Plate», aparentemente, porque uno de los socios, había visto a unos marineros dejar de lado unos cajones, con la inscripción «The River Plate». Por aquellos años, River tenía su cancha junto al Riachuelo en la manzana formada por las calles Pinzón, Gaboto, Aristóbulo del Valle y Pedro de Mendoza. Más adelante, se mudó a Palermo, donde tenía su propio estadio, pero con el correr de los años el club creció en popularidad y tuvo que trasladarse, en 1938, al barrio de Belgrano, al norte de la Ciudad, donde se ubican sus instalaciones. En la actualidad, su ubicación se relaciona con el barrio de Núñez.