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El Reloj Público

El Reloj Publico

El edificio del Reloj Público de Alta Gracia, fue construido en 1938 con motivo de la celebración del 350° aniversario del otorgamiento de la Merced de las tierras y representa el paso del tiempo y las etapas históricas de la ciudad.

 

El proyecto, resultado de un concurso, fue realizado por los Arquitectos Nereo Cima y Nélida Azpilicueta de Cima, y corresponde a la línea arquitectónica de la restauración nacionalista.

La base del monumento de piedra tosca y adornos simbólicos (reloj publico) representa las raíces indígenas de Paravachasca, nombre con que los comechingones denominaron a la región y que significa en lengua aborigen lluvia a destiempo o vegetación agreste.

En el cuerpo del edificio se evoca al período hispánico mediante arcos, balcones y revestimiento rustico. En sus aristas se observan las esculturas del indio, el conquistador, el misionero y el gaucho, obra ejecutada por Troiano Troiani en homenaje a los que forjaron nuestra historia.

La virgen de la Merced, patrona de la ciudad, ha sido colocada en una hornacina en el frente del monumento. La torre culmina con el reloj eléctrico con campana de bronce que suena cada hora y a cada media hora, cuyas cuatro esferas se orientan hacia los puntos cardinales. La construcción de la Torre Reloj testimonia la búsqueda de la tradición local y la aspiración de la vanguardia progresista.

En 1933, el Dip. Nac. Dr. Juan Cafferata, envía una carta al entonces intendente, Sr. Gaetani, diciendo de la importancia que tenía esta ciudad como centro veraniego, estación climática, objetivo del turismo nacional, etc. y que debía ser conmemorado con un monumento.

El 8 de marzo de 1937, el intendente, Julio Molinari, invita a los vecinos más caracterizados de la villa para formar una comisión que se haría cargo de la organización y dirección de la iniciativa.

El Dr. Cafferata obtiene un subsidio de la Nación y decide llamar a concurso de proyectos para la erección de la torre recordatoria en terrenos donados por la Sra. Manuela Cámara de Rodríguez, propietaria del Tajamar y de la Huerta Jesuítica.

Realizado el concurso, resultaron beneficiados los Arquitectos. Nereo T. Cima y Nélida Azpilicueta de Cima quienes programaron la construcción bajo la dirección del ingeniero Gustavo Gómez Molina.

Las obras se inician en enero de 1939 y finalizan en noviembre del mismo año.

Por colecta popular, contribución municipal y del gobierno provincial, se adquiere el reloj eléctrico de 4 esferas, con campana de bronce, a sonería de 1 y 1/2 hora. La altura total del Reloj Público es de aproximadamente 24 metros.

La composición arquitectónica del monumento es escalonada desde la base hasta la cúspide, con las distintas épocas de la vida de América Latina, reflejando a los principales propulsores de nuestra civilización.

Siendo así, se ha dotado el monumento de una base formada de piedras toscas y ornamentos simbólicos, reflejando al Indio por su sobriedad. Sobre el dado granítico de carácter aborigen, nacen las formas coloniales que identifican esta época, por medio de sus arcos, balcones, y revestimientos rústicos. Las sencillas y claras formas arquitectónicas de la época de la colonia, han sido flanqueadas en sus cuatro esquinas por las figuras del indio, el conquistador, el misionero y el gaucho.

Los cuatro bustos, colocados sobre columnas, a 13 metros de la base, han sido ejecutados por el conocido escultor Troiano Troiani con alarde de talento y conocimiento histórico, en rasgos firmes y precisos, de líneas sobrias y expresión veraz, dando la impresión de ser bustos de piedra, dotados por el artista de alma y vitalidad.

El diseño del Reloj Publico concuerda con los principios compositivos del lenguaje neocolonial, en su versión de principios de siglo XX, conocida como “Restauración Nacionalista”.

En este caso tanto el diseño como la calidad constructiva de los recursos ornamentales son significativos, y se encuentran en todo el edificio desde la planta baja, los distintos cuerpos de la torre y su remate superior: trabajados en piedra o terminaciones superficiales rústicas: rejas trabajadas en balcones y ventanas, carpintería labrada, arcos de medio punto, cornisas de terminación mixtilínea, incorporación de esculturas, etc.

Esta corriente arquitectónica llamada “Restauración Nacionalista”, a partir de la obra homónima de Ricardo Rojas se caracteriza por su búsqueda de la identidad nacional a través de las expresiones culturales del pueblo argentino: su música, su literatura, su arquitectura. Tuvo obras destacadas como el Banco de Boston, el Teatro Cervantes, la Casa Noel, el Club Español en Buenos Aires, el Banco Hipotecario Nacional de Mendoza, la fachada del Colegio Monserrat y el Edificio de la Caja de Seguros -hoy Lotería Provincial-, en Córdoba, etc.

La construcción del Reloj Publico testimonia además la diversidad de la cultura argentina al comenzar el siglo anterior: la tensión entre polos antagónicos, casi opuestos, que convivieron en nuestro territorio, en una pretendida armonía: la acelerada vida urbana y el bucólico paisaje rural; el ocio urbano y el rudo trabajo rural; la búsqueda de la tradición local y la aspiración de la vanguardia progresista, todo reducido y contenido en los más mínimos y austeros componentes de una estructura conmemorativa.

 

Santuario Nuestra Señora de Lourdes

Réplica de la existente en Francia a 3 Km del centro, fue construida entre 1915 y 1916. Una década después, con estilo colonial, se erigió la Capilla que la secunda.

Desde septiembre de 2011 se registra un fenómeno en la hornacina del retablo que capta la adhesión de miles de fieles.

La idea y realización se debe a dos mujeres de Buenos Aires: Guillermina Achával Rodríguez y Delfina Bunge de Gálvez quienes, deseando testimoniar su gratitud a la Virgen de Lourdes de Francia por un favor recibido, intentaron reproducir en suelo argentino una copia de la que habían visitado en los Pirineos.

En la Gruta, de piedra natural, se ha levantado todo un predio ideal para el recogimiento y la oración. Una estatua de mármol blanco, obra del escultor Héctor Rocha, representa a la Virgen María en actitud de las apariciones. Fuera de la Gruta está Bernardita de rodillas y en actitud de oración. También hay un amplio predio con bancos para el descanso y escuchar misa.

La Gruta se inauguró el 10 de setiembre de 1916, y en 1917 se donan los predios a la orden de los padres Carmelitas Descalzos, quienes se han encargado desde entonces. Actualmente llegan a ella peregrinos de todo el país a ofrecerle votos, implorar favores y agradecer, sobre todo cada 11 de febrero.

En 1922 se forma la Comisión de Damas con el objetivo de recaudar fondos para construir la Capilla, en 1924 se pone la primera piedra y se inaugura en 1927. La Capilla, que es de sencillo estilo colonial, fue construida por el arquitecto Dr. Jorge Bunge, y más tarde, en 1942 bellamente decorada, con motivos de Lourdes y de la orden del Carmen, por los eximios artistas D. Carlos Camilloni y D. Antonio Pedone.

Tiene estacionamiento gratuito, santería con venta de recuerdos y restaurante.

Fines de agosto de 2011: Se retira la estatua de la Virgen de Lourdes de su hornacina para ser restaurada…. Unos días después, uno de los sacerdotes a cargo del Santuario se dispone a cerrar la capilla y desde la puerta principal de acceso a la capilla, ve una imagen que parecía de yeso en el lugar que ocupara la estatua… Cuando se acerca a la hornacina reiteradas veces, comprueba que la imagen se desvanece…

Viernes 9 de septiembre: Por la noche dos servidoras suben las primeras fotos a internet a través de una red social.

Sábado 10 de septiembre: Día en que se cumplía el 95º aniversario de la bendición inaugural de la Gruta, gran cantidad de personas comienzan a llegar para ver “La Imagen” de la que ya se hablaba en todo Alta Gracia.

Lunes 12 de septiembre: Las autoridades locales estiman en alrededor de 50 mil el número de personas que pasaron frente a «La Imagen” desde el sábado al atardecer hasta el mediodía del lunes.

Hasta la actualidad no ha habido un solo día y un solo momento en que «La Imagen» haya estado sin peregrinos que la vienen a contemplar.

Debido a los comentarios inexactos de algunos medios de comunicación los Padres Carmelitas a cargo de la Gruta emiten un comunicado oficial en el que se aclara expresamente que «…En referencia a los hechos de público conocimiento los padres Carmelitas Descalzos a cargo del Santuario de Lourdes, nos vemos en la obligación de declarar que la manifestación de la imagen de la Santísima Virgen María en la iglesia del mencionado santuario, no tiene por el momento explicación…«.

Luego, los párrocos de Alta Gracia, en conjunto, emiten otro comunicado expresando su adhesión al primero.

Festividad de la Virgen de Lourdes – 11 de Febrero

Una de las demostraciones de fe más grandes de la provincia de Córdoba es la peregrinación hacia la Gruta de la Virgen de Lourdes en Alta Gracia.

Los organizadores del evento esperan cada 11 de febrero a más de 100 mil fieles, porque todo está rodeado por un halo de misterio y fe por la aparición de la silueta de la Virgen en la hornacina del retablo de la capilla de la Gruta.

Se monta un importante operativo policial y sanitario para que la marcha de los miles de fieles que cada año se reúnen sea tranquila y segura.

La peregrinación al Santuario de la Gruta de la Virgen de Lourdes en Alta Gracia comienza con la ceremonia de rosarios de la aurora a las 5.30 hs. A las 6, se realiza la misa de los peregrinos y luego tiene lugar la ceremonia de las Comunidades y Movimiento.

También se hace una misa por las familias y se celebra la misa solemne presidida generalmente por el Arzobispo de Córdoba.

Los peregrinos llegan a Alta Gracia usualmente por la Ruta 5 y caminos alternativos.

Museo de Arte Gabriel Dubois

 

La propiedad del Sr. Emilio Simmonet ubicada en La Chirola, sobre la calle Gabriel Dubois cuenta, según el plano 67 (sesenta y siete) metros, dicha propiedad tiene un valor artístico cultural muy alto, en ella vivió desde el año 1933, Gabriel Simmonet, nombre artístico y conocido en el mundo del arte como “Gabriel Dubois” quien fuera un escultor excelente formado en Francia con Carrier Belleuse junto a Augusto Rodin.

Carrier Belleuse fue quien hizo el monumento que guarda los restos del Libertador en la Catedral de Buenos Aires.

 

La casa cuenta con tres salas de exhibición y es el hogar que habitó Gabriel Dubois desde 1932 hasta su fallecimiento en el año 1968. Formado en Francia con Carrier Belleuse y Augusto Rodin, tomó fama mundial y realizó grandes obras en Buenos Aires.

Hay trabajos hechos por él en el Teatro Colón y la araña de cristal y bronce del Salón Azul del Senado de la nación.

Las exhibiciones del museo son muy completas, donde se destacan esculturas en diversos materiales, muebles y pinturas. Todas demuestran mucha observación de la vida y de los viajes por parte del artista.

En el taller se trabaja creando nuevas obras y educando a futuros artistas rodeados de las herramientas de trabajo del mismísimo Gabriel Dubois

 

Museo Casa del ¨Che¨

 

Inagurada en el año 2001, Villa Nydia es una de las viviendas habitadas por su familia, en las salas se muestran las vivencias de la infancia y adolescencia de Ernesto Guevara de la Serna en Alta Gracia, experiencias que contribuyeron a crear la personalidad y el caracter de quien se proyectó en la historia como «El Che».

El Museo

El Museo muestra el honroso tributo de la tierra que lo vio crecer, a su memoria, a su vida digna y a su ejemplo… el ejemplo para las nuevas generaciones, que encuentran en ésta, su casa, el eco de sus pasos. Aquí se perpetúa un sentido homenaj

e, al niño, al joven, al amigo, a la figura universal: “El Che”.

Este museo abre sus puertas el día 14 de julio de 2001. Desde aquí queremos mostrar qué fue lo que Ernesto encontró y vivió en este lugar que contribuyó a crear la personalidad y el carácter de quien se proyectaría sobre la historia como: “El Che”.

Villa Nydia

Fue construida por la Compañía de Tierras y Hoteles en el año 1911, para ser habitada por el personal jerárquico del Ferrocarril. La Familia Guevara, inquilinos de la casa, llegaron a estas serranías en busca de alivio para el asma que padecía el pequeño Ernesto, y así brindarle la posibilidad de crecer como un niño más en un ambiente de libertad en contacto con la naturaleza. La habitaron desde 1935 hasta 1937 y de 1939 a 1943, y luego fueron a vivir a Córdoba.

¿Por qué Villa Nydia? Nydia fue la hija menor del primer propietario de la casa, Barraco Candioti, y mientras la familia Guevara De la Serna vivió aquí, la casa llevó ese nombre. Posteriores dueños cambiaron su nombre por Villa Beatriz y otros.

Villa Nydia es declarada Bien Patrimonial por el Gobierno Municipal de Alta Gracia, quien la adquiere en noviembre de 2000, abriendo sus puertas como “Museo Casa Ernesto Che Guevara” el día 14 de julio de 2001. En esta galería se exhiben fotografías de las distintas viviendas que la familia Guevara De la Serna habitó durante su estadía en la ciudad de Alta Gracia (1932-1943).

Estas casas poseen características similares, conocidas por los lugareños como Chalet de chapa, con techos de zinc de pronunciadas pendientes, crestería de hierro fundido y cenefas de madera, sus galerías abiertas en eclécticas fachadas constituyendo un valioso conjunto arquitectónico de tipología inglesa.

Ernestito

En 1927, Ernesto Guevara Lynch se casa con Celia De la Serna, para luego instalarse en Puerto Caraguatay (Misiones), lugar donde compraron unas plantaciones de yerba mate. Ante la llegada inminente del primogénito, el matrimonio decide viajar a Buenos Aires. Navegando por el Río Paraná hacen un alto obligado en la Ciudad de Rosario, y es allí que el 14 de junio de 1928 a las 3:05 horas, nace Ernesto Guevara De la Serna.

Los problemas bronquiales con los que nació se transformaron en asma. A fines de 1932 la familia de Ernestito, por consejo médico, se trasladó a Alta Gracia, buscando una solución para su enfermedad que lo acompañaría el resto de su vida.

Alta Gracia era un lugar turístico por excelencia, muy buscado por las personas con afecciones respiratorias, por su clima seco con aire puro y tonificante, y donde la familia Guevara residió durante once años (1932- 1943). A pesar del asma, hizo una vida activa, practicó varios deportes, generando en él un espíritu de disciplina y autocontrol.

Ernesto, era un niño travieso, inteligente, cursó sus estudios primarios en las escuelas públicas, “San Martín” (2° a 4° grado) y “Santiago de Liniers” (5° y 6° grado). Recibiendo de su madre las primeras lecciones.

Desde pequeño fue ávido por la lectura. Leyó cuanto libro tuvo a su alcance (Julio Verne, Emilio Zolá, Horacio Quiroga, Antonio Machado, Anatole France, etc.)

Cultivó muchos amigos que lo acompañaron, en su feliz niñez, en Alta Gracia, con aventuras inolvidables.

Su juventud

La familia Guevara De la Serna se traslada definitivamente a la Ciudad de Córdoba en el año 1943 residiendo hasta 1947.

Ernesto completó sus estudios secundarios en el colegio Deán Funes, donde hizo nuevos amigos entre ellos Tomás y Alberto Granado quienes lo apodaron el Pelao, chancho y fúser. A los 17 años, demostró gran interés por la filosofía y comenzó a escribir su propio diccionario filosófico. También formó parte del equipo de rugby en el club Estudiantes como medio scrum.

A fines de 1946 Ernesto terminó sus estudios secundarios y ese mismo año ingresó a trabajar en la Dirección Provincial de Vialidad de Córdoba.

En el año 1947, la familia regresa a Buenos Aires, debido a la enfermedad de su abuela Ana Lynch.

En 1948, se inscribió en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, recibiendo su diploma de Médico el 1º de junio de 1953.

Durante el transcurso de sus estudios universitarios Ernesto realiza varios viajes. En 1950 realiza el viaje en bicicleta parte el 1º de enero, a bordo de una bicicleta Garelli, preparada con un pequeño motor “Micrón”, tenía 21 años. La intención era visitar a su amigo Alberto Granado en San Francisco del Chañar (Córdoba).

Parte desde Buenos Aires pasando por Rosario, su ciudad natal, y posteriormente estuvo varios días en Córdoba con Alberto, continuó viaje por Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy. A su regreso pasa por Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis y La Pampa.

En su travesía, Ernesto había visto y palpado la injusticia y la marginalidad en que vivían muchos argentinos, y también pudo percatarse de las grandes diferencias sociales que existían en el país. Indígenas y mestizos emigraban a las ciudades en busca de trabajo. Poderosos terratenientes, dueños de inmensos territorios, explotaban a numerosos campesinos.

Este recorrido de más de 4.000 km. es reconocido por la fábrica de motores “Micrón”, que publica en la Revista El Gráfico de marzo de 1950 la hazaña de Ernesto Guevara de la Serna.

Sus viajes por América

Al regreso de su raid en bicicleta por la República Argentina, Ernesto junto a Alberto Granado decidieron recorrer Latinoamérica y partieron en busca de sus sueños el 29 de diciembre de 1951 en una moto Norton de 500cc, “la Poderosa II”. En el trayecto de su viaje conoció la belleza de sus paisajes, la riqueza y la miseria en que vivían sus habitantes.

A su partida de Buenos Aires pasaron por distintos lugares hasta llegar a la Patagonia Argentina, cruzaron a Santiago de Chile en donde se les rompió la moto. Entonces continúan a pie, como mochileros y en camiones, viviendo aventuras inolvidables. Siguieron su recorrido por Perú, llegando al leprosario de San Pablo donde los nativos les regalaron una balsa a la que llamaron “Mambo – Tango”, con la cual navegaron por el Amazonas hasta llegar a los límites entre Perú, Brasil y Colombia. En este último país vivieron distintas experiencias que los llevaron a Venezuela. Una vez allí, decidieron llegar hasta Caracas, en donde Alberto Granado encontró trabajo en un hospital para leprosos gracias a un médico amigo.

En 1952, Ernesto regresó a Buenos Aires porque le había prometido a su madre terminar la carrera de medicina. Rindió las catorce materias pendientes en menos de un año, y se graduó de médico el 11 de abril de 1953.

Apenas recibido y con 25 años emprende su segundo viaje por América Latina con su amigo de la infancia Carlos “Calica” Ferrer. Parten en tren desde Buenos Aires con rumbo al norte, recorren Bolivia, Perú, hasta Ecuador, y allí se separan. Ernesto seguiría su viaje hasta Guatemala, donde conoce a Hilda Gadea, quien sería su esposa. Se involucra en la defensa del gobierno de Jacobo Arbenz, razón por la cual es deportado a México, donde conoce a Fidel Castro, quien le reveló su plan de invadir Cuba.

Cuba. Dirigente y Familia

El 25 de noviembre de 1956, el grupo revolucionario “26 de Julio” conformado por 82 hombres, parte del puerto de Tuxpan (México) hacia Cuba a bordo del Granma. Después de seis días, desembarcaron en Playa de las Coloradas, sufriendo allí el primer contraataque donde sólo quedaron diecisiete sobrevivientes, a los que pronto se les unieron campesinos y pobladores. Pero, a fines de 1957, era ya un diestro ejército que dominaba a voluntad la Sierra Maestra. El “Che” fue nombrado Comandante; había ingresado a la acción como médico, pero dados los acontecimientos, se convierte en soldado.

Corría el mes de diciembre de 1958, las noticias presagiaban el derrumbe de la dictadura de Batista, pero faltaba aún la caída de la ciudad de Santa Clara para despejar el camino hacia La Habana.

El 1º de enero de 1959, los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara, en una sola operación en forma de pinza, tomaron La Habana, al día siguiente fue la entrada triunfal. Fidel Castro llegó el 6 de enero, cinco días después del triunfo.

Ya con Fidel en el gobierno, el “Che” ocupó varios cargos públicos; fue nombrado embajador de Cuba (13 de junio de 1959), luego fue Director de la División de Industrialización de la Agricultura y Presidente del Banco Nacional (1959). En 1960 encabeza una misión comercial, visitando Checoslovaquia, Unión Soviética y Estados Unidos. En 1961 es nombrado Ministro de Industria; encabeza la delegación cubana en la Primera Conferencia Socioeconómica (Punta del Este).

Tras el triunfo de la revolución se une en matrimonio con Aleida March de la Torre, con la cual tuvo cuatro hijos: Aleida, Camilo, Celia y Ernesto.

El “Che” Guevara fue el promotor en Cuba del Trabajo Voluntario; consiste en trabajar fuera de las horas normales de trabajo, sin percibir remuneración adicional. El 14 de marzo de 1965 el “Che” reside oficialmente por última vez en Cuba. Viaja en secreto a África como consejero militar.

Congo. Bolivia

Bajo el nombre de Ramón Benites y apodado “Tatu” como nombre de guerra, el Che ingresa en el Congo para desempeñarse allí como instructor de guerra, en la guerrilla sostenida en ese país. Las propias circunstancias de adiestramiento hicieron que su estadía no sólo fuera en calidad de instructor, sino que lo llevo a ejercer nuevamente como líder guerrillero. Por la ineficacia de parte de la tropa y ante la falta de un ideal puro por el cual luchar es que regresa nuevamente a Cuba. Allí prepararía un nuevo grupo para emprender una nueva campaña, esta vez dentro del continente americano.

En 1966 Ernesto Guevara viaja a Bolivia bajo la falsa identidad de Adolfo Mena González, para dirigir la revolución en ese país. Elige “Ramón” como nombre de batalla.

Comienzan los primeros enfrentamientos con las fuerzas militares bolivianas. En septiembre de 1967 la agencia periodística AP informa que el ejército boliviano ha iniciado la persecución al “Che”. El 8 de octubre el grupo guerrillero es apresado en la quebrada de El Yuro. El “Che”, herido en las piernas, es encarcelado. Lo llevan a la escuela de La Higuera para ser interrogado.

Al día siguiente, 9 de octubre de 1967, Ernesto Guevara es ultimado a balazos, a las 13:10 hs., por el oficial Mario Terán, quien obedece órdenes del presidente boliviano René Barrientos. Su cuerpo es encontrado 30 años después, en una fosa común de Valle Grande. El pueblo de Santa Clara (Cuba) erige hoy en su memoria un mausoleo donde descansan sus restos.

 

Museo Manuel de Falla

Situado en el chalet «Los Espinillos», dedicado al compositor español Manuel de Falla, fue inagurado el 14 de noviembre de 1970 y en sus salas se exhiben objetos personales, libros, mobiliario, vestimentas, fotografías y correspondencia.

En la sala Juan Jose Castro se exhibe el minipiano utilizado por el maestro, marca The Eavestaff.

Manuel de Falla llegó a la Argentina en 1939 y vivió en Alta Gracia desde fines de 1942 hasta su muerte, el 14 de noviembre de 1946.

Alta Gracia, tiene la gloria pura y límpida de haber tenido en sus tierras a un gran exponente de la música española. Nuestra localidad fue la ciudad argentina elegida por el famoso compositor español Manuel de Falla para vivir los últimos años de su vida.

Aquí la ilustre y prodigiosa personalidad de Manuel de Falla, buscó salud, refugio y paz para sus males físicos, confortado por el amor grande y noble de su hermana Carmen y su profunda fe cristiana. Señor en el arte y en la vida, este compositor español fue cordial, humilde y generoso.

Se dedicó al arte para España y el Mundo, honrándolas con su amor a la verdad y a la belleza. Frente a las sierras cordobesas vivió serenamente, en medio de su precaria salud, trabajando para finalizar su obra, La Oratoria Atlántica completada por su discípulo Holfler.

Su producción artística fue vasta: “La Vida Breve”, “El Amor Brujo” “El Sombrero de Tres Picos”, ‘El Retablo de Maese Pedro”, “Noches en los Jardines de España”, entre otras.

Museo Estancia Jesuítica y Casa del Virrey Liniers

Museo Estancia Jesuítica y Casa del virrey Liniers

El Museo tiene su sede en la residencia de la Estancia Jesuítica del siglo XVII, que integraba el casco de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia. Sus salas están ambientadas con objetos que evocan la vida cotidiana y la forma de trabajo de cordobeses y serranos en los siglos XVII, XVIII y XIX. Desde el año 2000 la Estancia de Alta Gracia, como parte del sistema económico cordobés, es Patrimonio de la Humanidad.

 

Historia

El Museo Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers (histórico nacional), tiene su sede en una antigua residencia del siglo XVII que integraba el casco de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia.

Córdoba era en aquella época capital de la Provincia Jesuítica del Paraguay. Esa Provincia comprendía los actuales territorios de Paraguay, Brasil, Uruguay, Bolivia y Argentina, conformando una red social, económica y cultural que convirtió a Córdoba en uno de los centros de desarrollo más importantes de Sudamérica.

Dentro de esa estructura surgieron las estancias de Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, La Candelaria y San Ignacio de los Ejercicios (hoy en ruinas) que solventaron con su producción económica los establecimientos educativos fundados por los jesuitas y que actualmente forman parte de la Manzana de la Compañía en la ciudad de Córdoba. La Estancia de Alta Gracia fue uno de los centros rurales más prósperos de la compañía cordobesa. Tenía como objetivo el sostén del Colegio Máximo, luego primera universidad del territorio argentino y mantenía un fluido intercambio económico con las otras estancias jesuíticas.

Este centro rural estaba integrado por la Residencia (actual museo), la Iglesia, el Obraje donde se desarrollaban las actividades industriales, la Ranchería (vivienda de negros esclavos), el Tajamar (dique de 80 m de largo), los Molinos Harineros, el Batán (edificio que alberga una máquina movida por el agua y compuesta por mazos de madera cuyos mangos giran sobre un eje para golpear, desengrasar los cueros y dar consistencia a los paños) y otras construcciones que datan de los siglos XVII y XVIII.

En 1810 la Estancia fue adquirida por Santiago de Liniers quien vivió unos pocos meses en la casa. En 1820 José Manuel Solares compró la propiedad a la familia de Liniers, siendo el último dueño de la estancia.

Por voluntad testamentaria decidió el deslinde de los terrenos para la conformación de una villa, hoy ciudad de Alta Gracia, quedando la residencia en el centro del núcleo urbano al que dio origen. Durante cien años los Lozada, herederos de Solares fueron los propietarios de las construcciones jesuíticas y tierras adyacentes.

En 1969 la Nación Argentina expropió a sus dueños la residencia, convirtiéndola en Museo, inaugurado oficialmente en 1977. Su importancia radica fundamentalmente en su valor arquitectónico, que se preserva fiel a la estructura original. Esta casa museo ha sido ambientada de acuerdo a los modos de vida que tenían los cordobeses y serranos en los siglos XVII, XVIII y XIX y su patrimonio está compuesto por objetos de gran significación, evocadores de la vida cotidiana y las formas de trabajo en la antigua estancia.

Por medio de dioramas, maquetas, gráficos, fotografías en las salas y ambientaciones de época (herrería, alcoba, cocina, etc.) se procura que el visitante descubra quiénes fueron los actores sociales que vivieron y trabajaron en ella: jesuitas, negros, aborígenes, europeos y criollos.

El 2 de diciembre de 2000 como parte del sistema Jesuítico Cordobés, Alta Gracia, las otras estancias y la Manzana de la Compañía: Iglesia, Capilla Doméstica, Residencia de los Padres, Rectorado de la U.N.C. y Colegio Monserrat, fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.