Plaza Grande

Conocida como «Plaza de la Independencia», la Plaza Grande es el núcleo del Centro Histórico, donde también podrás apreciar la dinámica diaria de muchos quiteños.

Esta plaza es uno de los mayores atractivos del casco colonial de Quito. En ella se descubren algunas de las joyas arquitectónicas que le permitieron ser declarada por las Naciones Unidas, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

No fue la primera plaza de la ciudad, pero, desde el siglo XVI ha sido un punto de reunión por excelencia y escenario de leyendas y crónicas de Quito, pues está flanqueada por La Catedral, el Palacio Presidencial, el Palacio Arzobispal y el Palacio Municipal. A los lados y bajo La Catedral encontrarás cafeterías, donde podrás degustar sándwiches de pernil, jugos de fruta fresca y secos de chivo, preparados por mujeres que llevan años en su oficio.

Como en pocas partes del mundo, en el piso más bajo del Palacio de Gobierno verás una tienda con artesanías y te llamará la atención una barbería muy tradicional en la ciudad.

En medio de la plaza está el monumento a la Independencia, inaugurado el 10 de agosto de 1909, donde verás un león herido (en referencia a las tropas españolas), un cóndor rompiendo las cadenas de la opresión (emblema del país) y, en la parte superior, a la diosa romana Libertas, que sostiene una antorcha.

A pocos pasos de la plaza está el Pasaje Espejo, una calle peatonal en la que se encuentra el histórico Teatro Bolívar y la Plaza Chica, además de restaurantes de comida típica y de cocina-fusión.

A una cuadra de distancia de la Plaza Grande está la casa patrimonial Pérez Pallares que es, quizás, uno de los puntos históricos recuperados más emblemáticos.

Desde uno de sus balcones, se cuenta que Manuela Sáenz le lanzó un ramo de flores a Simón Bolívar, desencadenando una relación amorosa, que luego influiría en el proceso independentista de América. Actualmente, la casa está por convertirse en un hotel.