Quito posee una riqueza cultural muy amplia, traducido en sus Museos e Iglesias, las cuales son museos a su vez. Con más de 120 lugares catalogados como museos y centros culturales, Quito es un referente regional.
Entre los más representativos tenemos:
Museo Nacional del Ministerio de Cultura (el más visitado).
Museo Etnográfico Mitad del Mundo
Museo de la Ciudad
Museo Templo del Sol Pintor Ortega Maila
La Capilla del Hombre Pintor Oswaldo Guayasamín
Casa del Alabado
Museo Casa de Sucre
Para mayor información sobre los horarios y ubicación, visitar el siguiente link:
http://www.codeso.com/TurismoEcuador/TurismoMuseos02.html
IGLESIA CONVENTO DE SAN FRANCISCO
San Francisco, es el más grande de los conjuntos arquitectónicos existentes de los centros históricos de las ciudades de Iberoamérica.
Cuenta la historia que un indio llamado Cantuña se comprometió a construir el atrio del templo de San Francisco.
El tiempo de entrega era corto y Cantuña no iba a finalizar la obra en el plazo acordado, de tal manera que al verse perdido, hizo un pacto con el Diablo; éste, a cambio, le pidió su alma, y Cantuña aceptó. Los diablitos comenzaron la construcción que demoró una noche. Cuando Lucifer vino a buscar el alma de Cantuña, él descubrió que faltaba una piedra por colocar y por tal motivo el pacto quedó anulado. Así salvó su alma.
La construcción de la iglesia se inició en 1536, en terrenos aledaños a la plaza donde los indígenas realizaban los trueques de productos. La obra estuvo a cargo del franciscano flamenco Jodoco Rique. La iglesia, concluida hacia 1580, es el resultado armonioso de influencias mudéjares, manieristas y barrocas.
Los frailes franciscanos fueron los primeros que se establecieron en Quito. Atractivos como el altar mayor del templo, las capillas laterales y el púlpito son de excepcional belleza. En el altar mayor se encuentra la imagen de la Virgen de Quito, tallada por Bernardo de Legarda, maestro de la Escuela Quiteña.
La fachada de piedra con sus columnas ornamentadas salomónicamente es un enmarque excelente del Barroco tardío que no deja prácticamente ningún espacio sin adorno.
IGLESIA DE SAN AGUSTIN
La iglesia fue construida en 1573 por la orden religiosa de San Agustín. En 1868 el templo sufrió daños en su estructura arquitectónica por causa de un terremoto. Posteriormente fue reconstruido en 1880.
La iglesia, en su parte superior, cuenta con una torre, que mide 37 metros de altura, y 3 metros adicionales con la estatua de San Agustín, que realza la presencia y el estilo del templo.
Lo más fascinante de la iglesia son: el coro y el nárthex (lugar de los recién nacidos) Existen gigantescas pinturas de Miguel de Santiago sobre la vida de San Agustín
SANTO DOMINGO
Su construcción, de estilo plateresco y mudéjar, data del siglo XVI. En el interior del templo se encuentran valiosas estructuras, como el altar mayor neogótico, que fue colocado a finales del siglo XIX por dominicos italianos. El techo de la iglesia, de estilo mudéjar, cuenta con pinturas de mártires de la Orden de Santo Domingo.
La cubierta de la nave central está compuesta por una armadura apeinazada de par y nudillo, recubierta en el interior por piezas de lacería. Una de las joyas barrocas del siglo XVIII que se cuida celosamente es la Capilla del Rosario, esta constituye un baluarte de la arquitectura de Quito.
CATEDRAL METROPOLITANA
Su construcción se inició en el siglo XVI, a poco tiempo de erigida la Diócesis de Quito, pero concluyó en el siglo XIX. Tiene un hermoso atrio abierto hacia la plaza, y en su fachada destacan varios portones esculpidos. En uno de ellos San Pedro muestra en su mano las llaves del Reino. Otra puerta, sobre la calle García Moreno, es la más usada actualmente. Aquí descansan los restos del Mariscal Antonio José de Sucre, vencedor de la batalla de Pichincha.
LA COMPAÑIA DE QUITO
En las obras de la casa jesuita intervino, en el siglo XVII, el hermano de la orden Marcos Guerra, que llevó la influencia de la arquitectura italiana a Quito, pero la fachada que vemos no se realizó hasta el siglo XVIII, iniciándola el alemán L. Deubler y acabándola el italiano V. Gandofi, miembros también de la orden jesuita y ejemplo del carácter internacional de los modelos para los edificios de la Compañía en Indias. La progresión de los volúmenes de la fachada hacia el eje central culmina en las columnas salomónicas que enmarcan la puerta y marcan el camino del fiel hacia el altar. Uno de los mejores ejemplos de arte Barroco de la escuela quiteña y una joya latinoamericana.
LA BASILICA DE QUITO
La majestuosa basílica de Quito o Iglesia del Voto Nacional, llamada así porque es el panteón de los presidentes de la nación
La Basílica es una de las obras más importantes de la arquitectura neogótica ecuatoriana. Se ubica en el sector céntrico de la ciudad, en las calles Carchi y Venezuela, junto al Convento de los padres Oblatos.
Este templo religioso fue edificado para rememorar la consagración del estado ecuatoriano al Sagrado Corazón de Jesús, celebrada durante la presidencia de Gabriel García Moreno en 1 873. Tiene 115 metros de altura y está conformada por 24 capillas internas que representan a las provincias del país. Este santuario fue inaugurado y bendecido por el Papa Juan Pablo II en su visita al Ecuador el 18 de enero de 1 985.
La Basílica, por su estructura y estilo, es comparada con dos de las grandes catedrales de todo el mundo: la Basílica de San Patricio, ubicada en Nueva York y la Catedral de Notre Dame, de París.
Un detalle que distingue a la obra es la sustitución de las clásicas gárgolas por reptiles y anfibios propios de la fauna de este país; además, están dispuestos rosetones pétreos que representan a la flora del Ecuador. En el punto más alto de la torre principal, se puede observar la ciudad y las montañas que la rodean.
La nave central del templo tiene 140 metros de largo, 35 de ancho y 30 de alto donde están dispuestas 14 imágenes de bronce que representan 11 apóstoles y 3 evangelistas.
A lo largo de la historia de la construcción, fueron varios los aportes realizados para que esta obra se lleve a cabo. Los padres Oblatos donaron el terreno donde se erige la Basílica; para proseguir con la construcción se aceptaron donaciones de creyentes quienes proporcionaron piedras a cambio de grabar sus nombres en las mismas.
En 1895, el Estado implantó un impuesto por las compras de la sal para continuar con la edificación y se logró terminar la construcción luego que varias generaciones de pica pedreros dedicaran sus vidas para edificar cada pared del recinto.