El Capitolio Nacional de Cuba es una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad de La Habana. Esta majestuosa edificación, ubicada en Centro Habana, es similar al Capitolio de Washington D.C, pero un metro más alto, un metro más ancho, un metro más largo, y mucho más rico en detalle. Las obras de su construcción fueron iniciadas por el dictador cubano Gerardo Machado en el año 1926 con respaldo norteamericano.
Para finalizar su construcción se necesitaron más de 5000 obreros, 3 años, 3 meses y 20 días de trabajo; y unos 17 millones de dólares americanos.
Antiguamente era utilizado como sede del Congreso Cubano, pero desde el año 1959 ha albergado la Academia Cubana de las Ciencias y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología.
El Capitolio Nacional fue construido con piedra caliza blanca de Capellanía y granito. Su elegante cúpula de 62 metros realizada en piedra está rematada con una réplica de la estatua de bronce del escultor del siglo XVI Giambologna, y destaca en el horizonte de la ciudad. En la planta superior, justo en el centro debajo de la cúpula, alberga un flamante diamante de 25 kilates. Como curiosidad, es interesante saber que la distancia por carretera entre La Habana y cualquier otra ciudad del país se calcula desde este mismo punto.
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Abierto al público, es uno de los centros turísticos más visitados de la ciudad, habiéndose convertido en uno de los iconos arquitectónicos de La Habana, y es considerado habitualmente el edificio más imponente de la ciudad. Asimismo, aparece nombrado por algunos expertos como uno de los seis palacios de mayor relevancia a nivel mundial.
El Capitolio de Cuba fue declarado Monumento Nacional en noviembre del 2010, y actualmente está siendo restaurado por la Oficina del Historiador de La Habana Vieja.