Cristo del Picacho

El Cristo del Picacho

El Cristo es un monumento que se impone en el cerro El Picacho en el extremo norte de Tegucigalpa, M.D.C. capital de Honduras a una altura de 1,327 metros sobre el nivel del mar. 4

El Cristo es una escultura de 2,500 toneladas y de 32 metros de altura total (una imagen de 20 metros de altura sobre un pedestal de 12 metros). Su inauguración fue en 1997. El imponente Cristo se levanta en el lado oeste de cerro Picacho, y puede ser visto de lejos por lo menos por el cincuenta por ciento de la población de Tegucigalpa, especialmente por la noche. La figura religiosa de concreto reforzado fue diseñada artísticamente por el prestigiado escultor hondureño Mario Zamora Alcántara que reside en México desde hace varios años. El Diseño y Construcción de la Obra en su parte de Ingeniería Estructural se llevó a cabo por la Compañía Constructora CONSULCRETO, liderada por el Ingeniero José Francisco Paredes R. El artista preparó un gigantesco molde de fibra de vidrio en la capital mexicana, que luego se fundió en El Picacho sobre una base también de concreto de diez metros de alto. La construcción duro casi un año con un costo de 8 millones de Lempiras.

Cerca de 400 manzanas de extensión forman uno de los pulmones más importantes de la ciudad capital.

Mucho espacio y una historia que se remonta al año 1946 cuando fue inaugurado formalmente y que en el 47, el general Tiburcio Carías Andino denominó oficialmente como Parque Nacional Naciones Unidas en honor a la vista a Honduras de Trygve Halvdan Lie, en ese entonces secretario general de ese organismo.

El parque también se conoce popularmente como El Picacho, por estar en ese cerro que ha sido un punto de diversión familiar de mucha tradición en Tegucigalpa, aquí se edifico el Cristo.

Ubicado a escasos 20 minutos en carro desde el centro de la ciudad, el parque abre sus puertas los 365 días del año, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. Una oportunidad sin igual para pasar un buen momento con la familia y en la naturaleza.

Un bosque mixto de robles, encinos y pinos contribuye con la fresca brisa que suele estar siempre presente en este cerro. Pero además, el parque cuenta con varias estancias para ofrecer mayores oportunidades de diversión a grandes y chicos.

Por ejemplo, el Sendero JA JAJA es un corto pasillo de espejos para provocar las más divertidas deformaciones en nuestras imágenes. En otra línea de sano esparcimiento encontramos La Plaza de la Filosofía, donada por la Asociación Nueva Acrópolis. En ella encontramos bustos de filósofos y pensadores universales con explicaciones breves de su obra.

La Plaza Confucio es otro espacio dedicado al maestro y pensador chino. Placas con algunas de sus ideas ayudan a visualizar el pensar de este baluarte del mundo oriental.

Para los amantes de emociones más fuertes, el Canopy El Picacho brinda adrenalina pura a lo largo de sus once plataformas que unen nueve cables de 2.5 kilómetros de longitud. En su punto más alto, el viajero se encuentra a una altura de 50 a 60 metros del suelo. ¡Vaya aventura!

Con ocho guías especializados y una tarifa más que accesible (300 lempiras por persona), el canopy atiende de 8:30 am hasta las 5:00 pm. ¡Ah!, y para los menos osados hay un segundo canopy mucho más pequeño y más barato.

Por supuesto, no se puede hablar sobre este parque si no se menciona su obra escultórica más portentosa: El Cristo del Picacho.

Inaugurado en 1998, esta escultura en concreto de don Mario Zamora se levanta 32 metros de altura para dominar el horizonte capitalino. Un más que agradable jardín y una vista panorámica sin igual ayuda a convertir este espacio en una visita casi obligada cuando se viene a la capital.

Además, el lugar se renta para diversos eventos como bodas o cumpleaños. Una oportunidad para construir un recuerdo memorable.

Los precios de entrada al Parque Naciones Unidas y al Monumento Cristo del Picacho son más que simbólicos. Algo que también se aplaude.

Para ver mas sobre el Cristo visita el siguiente enlace: aquí