Museo de Antropología e Historia

Con dos millones de visitas al año, es uno de los museos más visitados del mundo. Lo comprenden once salas de arqueología y once de etnografía, además de exposiciones temporales de manifestaciones culturales. Además de que podrás ver piezas de gran importancia en la cultura prehispánica, como la Piedra del Sol, hay reproducciones de algunos edificios mesoamericanos. Uno de los museos más importantes en Latino américa, tienes que visitarlo.

A casi medio siglo de su creación, el Museo Nacional de antropología se mantiene como el más emblemático de los recintos que salvaguardan el legado indígena mexicano. Se erige como símbolo de
identidad y mentor de generaciones que buscan conocer sus raíces culturales. Asombrosa resulta la pericia de su construcción, su innovador diseño, su arte y su simbolismo, que le han otorgado una
personalidad ampliamente reconocida alrededor del mundo.
El Antiguo Museo en la calle de Moneda, hoy Museo Nacional de la Culturas, era una sede que no cumplía con los requerimientos para la protección, investigación y difusión de las colecciones arqueológicas y etnográficas. Desde los albores del siglo XX y en el marco del congreso Internacional de Americanistas, Justo Sierra expresó el compromiso que debían adquirir los gobiernos mexicanos para
crear un nuevo recinto. Pese a variados intentos, dicho deseo solo pudo verse cristalizado en la década de 1960.
Génesis conceptual

El Museo actual se fundó como recinto de la memoria en cuyos muros reposa un proyecto de nación, en el que el patrimonio nativo se concibió como testimonio del presente y al que le fue sumado un carácter universal y de alto valor artístico. A la par, se planteó como sede de nuevos enfoques de recuperación del mundo indígena pasado y actual, derivados de la profesionalización de los estudios antropológicos, arqueológicos e históricos. El personaje esencial que posibilitó esta obra museística fue Jaime Torres Bodet quien, como Secretario de Educación Pública, emprendió una serie de políticas de impulso a la educación en México: campañas de alfabetización, la formación del Comité Administrador del Programa federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) con el que se crearon las escuelas rurales, las normales regionales y el Plan Nacional de Museos, entre los que estaba el de Antropología (junto con el de
Historia, el del Virreinato y el de Arte Moderno).
Durante el sexenio de Adolfo López Mateos, Torres Bodet reunió al equipo de personajes visionarios, cuya tarea sería definir los conceptos rectores del nuevo museo. Así, se integró el Consejo Ejecutivo para la Planeación e Instalación del Nuevo Museo Nacional de Antropología, presidido por el Arq. Ignacio
Marquina en colaboración con alrededor de 40 asesores científicos el cual comenzó a operar de manera autónoma pero coordinado eficazmente con funciones propias del INAH.
Los criterios bajo los cuales se condujo la creación del recinto fueron:
a) El enriquecimiento, registro, conservación y manejo del patrimonio cultural mexicano desde un ámbito
enteramente institucional.
b) Producción y divulgación de conocimiento científico y objetivo.
c) Enseñanza popular acerca del mundo indígena. (El conocimiento que por décadas estuvo reservado a
las elites intelectuales del país, se haría más accesible a toda la población).

El Consejo se integró por 5 equipos de trabajo que colaboraron de la mano en todo momento:
1. Equipo de asesoría antropológica, arqueológica e histórica
2. Equipo de asesoría didáctica
3. Equipo museográfico
4. Equipo artístico de maquetas y dioramas
5. Equipo arquitectónico