La iglesia y el convento San Ignacio de Loyola de La Compañía de Jesús de Quito, también conocidos en el acervo popular ecuatoriano simplemente como La Compañía, es un complejo clerical católico ubicado en la esquina formada por las calles García Moreno y Sucre, en el Centro Histórico de la ciudad. La portada de su templo mayor, labrada totalmente en piedra volcánica, está considerada como una de las más importantes expresiones de la arquitectura barroca en el continente americano y del mundo.
En el año 1597 el hermano español Francisco Ayerdi se haizo cargo de los trabajos de construcción del templo de la orden jesuita en Quito. A partir de esta fecha los trabajos de construcción fueron presididos por distintos sacerdotes y arquitectos durante un período de 160 años. Por este motivo, el templo maneja cuatro estilos en su arquitectura, aunque predomina el arte barroco. Este es de fácil apreciación debido a la simetría que hay al interior de la iglesia, puesto que en cada lado de ella constan la misma cantidad de elementos. La luminosidad es otra de las particularidades del barroco; las ventanas superiores de la nave principal están colocadas con tal precisión que iluminan toda la iglesia con la luz del sol.
Otro de los estilos que tiene la iglesia es el mudéjar o morisco, que se caracteriza por las figuras geométricas que se observan en los pilares. Este es un estilo completamente árabe que trajeron los españoles debido a la influencia que tuvieron al ser dominados 800 años por los moros y árabes. El tercer estilo que podemos encontrar en La Compañía de Quito es el churrigueresco, de marcada decoración recargada, y que está presente sobre todo en las mamparas de la iglesia. Finalmente encontramos el estilo neoclásico, que adorna la capilla de Santa Mariana de Jesús, y que en los primeros años fue una bodega.
La mayor característica de la decoración interna de La Compañía de Quito son sus barroquísimas formas en madera de cedro tallada, policromada y bañada con pan de oro de 23 kilates sobre fondo rojo.