El Reloj de Sol de la Ciudad Colonial, está situado a la rivera del Río Ozama, y justo al frente del Museo de las Casas Reales. Su construcción data del año 1753, cuando el Brigadier Francisco Rubio y Peñaranda era Gobernador de la Isla.
A Simple vista parecería el resto de una edificación colonial frente al Museo de las Casas Reales en la Zona Colonial, sin embargo esta robusta columna en medio de una plaza se denomina El Reloj del Sol y permanece en el mismo lugar en el que fue establecido desde 1753.
Esta construcción fue una arcaica manera de mantener a los oficiales de la época al tanto de la hora. Dato que además de ser importante para conocer el final de sus faenas diarias, tenía especial importancia para las ejecuciones que se llevaban a cabo a pocos metros del reloj, en un lugar que se denominó Picota.
El reloj funciona con el movimiento de la tierra, a medida que cambia de posición este indica con la sombra que proyecta un triángulo isósceles, integrado en el reloj, la hora. Para marcar las horas de la mañana y la tarde cuenta con dos lados ubicados de acuerdo a la posición del sol.
Esta obra es una de las muestras del esplendor arquitectónico que se vivió durante el gobierno de Francisco Rubio y Peñaranda, que no solo buscaba la practicidad sino también la estética de la ciudad.
Hoy día este reloj es testigo del movimiento de parte de la ciudad que se vislumbra frente a la plaza y de los encuentros de enamorados que cada noche se dan cita junto a los cañones coloniales.