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Cerro Rico

 El Cerro Rico de Potosí, es conocido en quechua como Sumaj Orko que significa “Cerro Hermoso”. Se trata de una montaña de la Cordillera Central de los Andes ubicada en la ciudad de Potosí.

Se alza imponente a las faldas de la ciudad, como mudo testigo de un pasado colonial marcado de sacrificio y riqueza. Su inmensidad y grandeza lo convierten en un atractivo turístico singular.

El Cerro Rico es parte de la historia de América porque en época de la colonia española tenía las vetas de plata más importantes del mundo. Tiene una altitud aproximada de unos 4800 metros sobre el nivel del mar.

Visitar el Cerro Rico es toda una aventura, para ingresar a la mayor mina de su interior “Pailaviri” se deben descender 240 metros de profundidad en un elevador que baja de tres en tres metros.

Al descender 70 metros de altura bajo la tierra, el primer encuentro del Cerro Rico es con el demonio, conocido como el “Tio”, a quien se le hacen ofrendas para poder sacar el metal de sus entrañas.

La temperatura en el interior de la mina puede variar unos 45º C entre el exterior y los niveles más bajos. Dentro se pueden apreciar galerías de extracción de todos los minerales como: el plomo, plata, zinc y estaño.

El tio del Cerro Rico

 

el tio del cerro rico

La historia indica que el inca Huayna Capac quiso explotar las minas del Cerro Rico, conocido también como Sumaj Orcko. Después de ejecutar una serie de explosiones en el interior de las minas, los vasallos escucharon una voz que decía: «No saquen la plata de este cerro, porque será para otros hombres».

Ese acontecimiento sobrenatural les infringió de miedo por lo que decidieron alejarse de ahí pronunciando la palabra Ppotocci (explosión). En ese marco, es probable que el origen de la palabra Potosí provenga de esta palabra quechua.

Luego en 1545, el indio Diego Huallpa cuando estaba por el lugar prendió una fogata con pajas para protegerse del frio, descubrió los hilos blanquecinos y puros de la plata, mineral que sólo podía ser observado si se sometía al fuego.

A raíz de este descubrimiento, el capitán Juan de Villarroel , conjuntamente con Diego de Centeno, Pedro Cotamito y Luis de Santander procedieron a fundar en las mismas faldas del cerro la Villa Imperial de Carlos V, hoy conocida como Potosí.