Plaza al Divino Salvador del Mundo

Plaza al Divino Salvador del Mundo

La Plaza al Divino Salvador del Mundo, antiguamente llamada «Plaza Las Américas», la cual contiene en sí el Monumento al Divino Salvador del Mundo, se encuentra ubicada en la ciudad de San SalvadorEl Salvador. Es considerado símbolo nacional de este país.

La estructura fue diseñada por el arquitecto José María Barahona Villaseñor, y consiste en la figura de Cristo, patrón del país, sobre un globo terráqueo que a la vez está montado sobre un pedestal. En un principio la imagen adornaba la tumba del Dr.Manuel Enrique Araujo, presidente de la república a principios del siglo XX. La familia del mandatario obsequió la imagen al arzobispo de San Salvador Monseñor Luis Chávez y González en ocasión de celebrarse el Primer Congreso Eucarístico Nacional en 1942. Fue develado el 26 de noviembre de ese año.

Debido al terremoto de 1986 la estatua cayó al suelo dañándose considerablemente. Fue reconstruida y puesta nuevamente en su lugar meses después con la campaña “Levantemos el alma salvadoreña”.1 Frente a este lugar, existe una estatua erigida en memoria del beato Óscar Arnulfo Romeromártir. De hecho, la plaza fue el escenario central de la beatificación del arzobispo salvadoreño que reunió alrededor de 300 000 feligreses el 23 de mayo de 2015.2

Por otra parte, durante la celebración de las fiestas patronales de la ciudad, se acostumbra iniciar los desfiles de carrozas desde este lugar.

La estructura, diseñada por el arquitecto José María Barahona Villaseñor, consiste en la figura de Cristo, patrón del país, sobre un globo terráqueo que a la vez está montado sobre un pedestal. En un principio la imagen estuvo en la tumba del Dr. Manuel Enrique Araujo, presidente de la república a principios del siglo XX. La familia del mandatario obsequió la imagen al arzobispo de San Salvador Monseñor Luis Chávez y González en ocasión de celebrarse el Primer Congreso Eucarístico Nacional en 1942. Fue develado el 26 de noviembre de ese año.

La celebración de las fiestas agostinas en San Salvador no es solo un acontecimiento de carácter popular, se centra en el calendario litúrgico de la Iglesia católica. El 6 de agosto es, según ese calendario, la celebración de la transfiguración de Jesucristo, significante acontecimiento acontecido en el monte Tabor, en las tierras de Palestina. La celebración se fundamenta en el relato bíblico que dice que, llegando Jesús al pie del monte, el Señor escogió a tres de sus discípulos: San Pedro, Santiago y San Juan, para que le acompañaran y fueran testigos  de uno de los momentos más gloriosos en su vida como humano.
Al llegar a la cúspide del cerro, él —Jesús–Cristo—, se transfiguró de hombre a Dios; y el relato dice que sus vestiduras se volvieron radiantes como la luz y más blancas que la nieve, y una voz de lo alto decía: “Este es mi hijo amado, en quien tengo todas mis complacencias, a él escuchad”.

La procesión recorre catorce cuadras que casualmente se acoplan a los catorce departamentos que conforman la República de El Salvador en donde el Divino Salvador del Mundo es el titular.

Todo esto sucedía con la contrición del momento y la alegría del caso, y con la famosa frase: “¡Viva el divino Salvador!”.