Con la ciudad de San Martín de los Andes y la Intendencia del Parque Nacional Lanín como base de todas las actividades, concentra la mayoría de los servicios de la región.
Comprende balnearios como Catritre, Quila Quina, Yuco y Nonthue, la cuenca del lago Lácar, la selva valdiviana en la Cascada Chachín y el lago Queñi, y el cerro Chapelco.
Paseo por el Circuito Arrayán
Paseo sencillo, se puede acceder con vehículo. Si no tiene impedimentos físicos, no es fumador empedernido, ni lo asustan los desafíos, la sugerencia es hacerlo caminando.
Cualquiera sea la forma elegida, tomaremos el muelle turístico en la Costanera del lago Lácar, desde el cual parten las excursiones lacustres, como punto de partida.
Trescientos metros a la izquierda se bifurcan los caminos: a la derecha la ruta nacional 40 ex 234, que llega a la ciudad desde Junín de los Andes para mutar en Avenida Koessler primero, la céntrica Avenida San Martín después, y luego volver a su denominación original, ya convertida turísticamente en la “Ruta de los Siete Lagos”, y a la izquierda la que debe tomar para llegar a los miradores.
En la plazoleta central entre ambas rutas, un mausoleo de piedra recuerda la figura del General Rudecindo Roca, hermano de Julio A. Roca, a quién se atribuye la fundación de la ciudad de San Martín de los Andes (4 de febrero de 1898).
Reciente documentación encontrada en los archivos municipales testimonia que el verdadero fundador fue el Coronel Celestino Pérez, respondiendo a órdenes del primero. Si le interesa el tema, sugerimos remitirse a Historia cuando regrese del paseo.
Mirador Arrayán
Durante el ascenso, lo primero que encontrará a la derecha serán los restos edilicios del ex Hotel Sol de los Andes.
Unos metros más adelante, ya en camino de ripio, la ruta continúa por el camino principal continúa en ascenso y rodeado de cipreses. De pronto el lago comenzará a asomar entre los árboles, y modernos miradores con barandas, rampa para discapacitados e ilustrativos carteles informativos, lo dejarán de cara a una postal de ensueño. La ciudad allí abajo, el muelle y los barcos, el cerro Bandurrias al frente, y el espejo de agua prolongándose en su viaje al Pacífico, rodeado de cordones montañosos, bahías y bosques.
El merecido descanso se puede complementar con una visita a la antigua casona de troncos convertida en casa de té, «Casa de Té Arrayán» cuya historia y espectaculares ventanales al lago son toda una apelación al asombro.
Reneé Dikinson, quien con sólo 24 años, llega de su Inglaterra natal en 1.936, y maravillada por el lugar, construye bajo la dirección del arquitecto Cullen, e inaugura en 1.939 la Casa de Té Arrayan, hoy patrimonio histórico y arquitectónico de San Martín de los Andes, sitio obligado de residentes y turistas. Reneé murió siete años después de inaugurar su Arrayan, dejando un lugar del que todos los sanmartinenses nos sentimos orgullosos.
Nuestra Patagonia cuenta con muchísimas historias de pioneros, la mayoría llegados de Europa que encontraron en nuestra tierra su lugar en el mundo y construyeron sus vidas abriendo un camino que hoy es tierra fértil para el desarrollo de los nacidos y venidos a estas tierras.
La Vuelta al Arrayán
Si está a pié recomendamos el regreso hacia la ciudad. Si, en cambio, se moviliza en auto o bicicleta, puede continuar y seguir disfrutando de una nueva y espectacular vista panorámica un centenar de metros más adelante, sobre un abrupto precipicio que parece cortado sobre el lago.
Un par de kilómetros más y vuelve a bifurcarse el camino, generando dos opciones: el llamado “Arrayán Corto”, que a la derecha desciende hasta el kilómetro ocho de la ruta nacional 40 ex 234 (tomado desde SMA) o el “Arrayán Largo”, que unos metros adelante se abre también a la derecha, pero saliendo al kilómetro once de la ruta, para luego desde allí retornar por el asfalto hasta el centro urbano.
Descripción del paseo Navegación al Lago Lácar y Nonthué
Las excursiones guiadas parten diariamente del muelle ubicado en el área Costanera.
Recorren los lagos Lácar y Nonthué hasta las nacientes del río Hua Hum, cercano al límite con Chile.
Partiendo del muelle se bordea la península que cierra la cabecera del lago, comenzando a ver a la derecha unas viviendas que forman parte del denominado “Paraje Trompul», donde viven miembros de la comunidad mapuche.
Continuando la navegación se cruza la península de Yuco, en la cual se observa la seccional del guardaparques, para luego recorrer las islas de los Patos y Santa Teresita.
Durante la navegación se puede comprender mejor la formación geológica del paisaje circundante, el trabajo de los glaciares que moldearon la geografía regional para dar luego vida a los grandes lagos, y el lento proceso de millones de años que convirtió a las enormes formas rocosas en densos bosques.
El lago Lácar es el único de la cuenca que desagua al océano Pacífico; luego de aproximadamente unas tres horas de viaje, se llega a una particular angostura de baja profundidad y notable contraste en el colorido que se observa desde la cubierta. Las aguas forman el pequeño lago Nonthué, y es el momento de desembarcar en el puerto de Chachín, un antiguo asentamiento maderero de principios del siglo pasado.
Cascada Chachín
A partir de aquí, y (luego de cruzar un puente), la senda se interna en plena selva valdiviana, denominación que recibe el bosque andinopatagónico por la aparición de lianas, epífitas y especies como el canelo, el taique, topa topa y el maniú, todas ellas favorecidas por el alto régimen de lluvias imperante.
Un lento ascenso de un poco más de media hora, facilitado por escalones y barandas, conduce hasta la impresionante Cascada Chachín, con sus casi 30 metros de caída asomando a pleno entre la densa vegetación.
Todo el trayecto ha sido remodelado y convertido en un sendero interpretativo, durante el cual profusa cartelería explicativa, cuya estructura ha sido realizada por artesanos de todo el país, permite al visitante comprender mejor la importancia del bosque y sus procesos naturales.
Hua Hum
Nuevamente embarcados, se continua el viaje hasta llegar al muelle de Hua Hum, en donde los aguarda un restaurante con una zona de playa y camping diurno.
Este lugar, si bien se encuentra a orillas del lago Nonthué, recibe el nombre del río que nace a partir de este lago, y que desagua hacia el Océano Pacifico.
Este río constituye un atractivo importante a tener en cuenta, siendo especialmente conocido por el rafting que se realiza a partir del puente, en las cercanías del restaurante (del lado argentino), y que finaliza en la República de Chile. En temporada estival se alquilan canoas y botes a pedal.
De regreso, ya por la tarde, se puede observar los puertos de Pucará y Ruca Ñire, antiguos asentamientos madereros de cuando, casi un siglo atrás, la región se desarrollaba económicamente a través de esta actividad.
Un nuevo desembarco, en la pequeña y misteriosa Isla Santa Teresita, conduce por senderos hasta la rústica Capilla de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, una sencilla construcción de madera pintada a la que solían acudir en botes los pioneros para celebrar sus nupcias; mágico momento que pareciera perpetuarse en los troncos entrelazados de los “Arrayanes Enamorados”.
Navegando por la margen sur del lago Lácar, se encuentran las misteriosas cuevas del cerro Vizcacha, en las cuales (aunque no podrán observarse desde la embarcación) existen pinturas rupestres, para luego continuar la navegación hasta arribar al muelle de San Martín de los Andes.