El Monumento a la Revolución, mejor conocido como “El Chulón”, es un ícono salvadoreño de los más representativos. Esta gigantesca obra de arte sobresale en el camino que recorre la Avenida La Revolución, ubicada en la Colonia San Benito, del municipio de San Salvador.
Se construyó en el año 1955, mientras el Coronel Óscar Osorio fungía de Presidente de la República (1950-1956). Su develación fue hecha para conmemorar el movimiento revolucionario del 14 de diciembre de 1948, cuando se derrotó al General Salvador Castaneda Castro y culminó con la Constitución Política de 1950.
El conjunto fue ideado por los arquitectos Óscar Reyes y Kurt Schulze, y en la actualidad forma parte del área que comprende el Museo de Arte de El Salvador. Consiste en una Plaza de Banderas delimitada por una pared curva en el costado poniente; en la explanada sobresale un mural que muestra la figura de un hombre desnudo con los brazos en alto que representa al «nuevo pueblo salvadoreño». La silueta —coloquialmente llamada El Chulón— es compuesta por piedras de diferentes regiones del país. La obra fue elaborada por el mexicano Claudio Cevallos y su esposa, la salvadoreña Violeta Bonilla, alumna del muralista Diego Rivera. En la creación estaba proyectada un pebetero con una lámpara votiva, y debajo de la figura se pondría en exhibición la entonces reciente Constitución Política de 1950.
Por otro lado, la construcción es acompañada por una escultura con el nombre «Alegoría a la Constitución de 1950» o «Monumento a la Libertad», donde se vislumbra un grupo de tallados que representan a un obrero, una madre con su hijo, una niña, otras dos esculturas femeninas, un soldado con su fusil apuntando al suelo y otra imagen femenina que sostiene la Constitución de 1950; todo el conjunto sostiene a una mujer desnuda cubierta con la bandera de El Salvador. Su autor fue el costarricense – salvadoreño Francisco Zúñiga.