Esta fortificación se encuentra ubicada en la isla de Cárex o Tierrabomba, al frente de la Batería de San José, protegiendo el paso por el canal de navegación de Bocachica.
El fuerte de San Fernando fue construido en el siglo xviii, bajo la gobernación de don Ignacio Sala, quien se retiró del cargo por discrepancias con el ingeniero y director de la obra don Juan Bautista MacEvan.
En efecto, tanto MacEvan como Sala presentaron propuestas para la obra del fuerte, entre las cuales la Corona española prefirió la presentada por MacEvan. Triunfo que el ingeniero no pudo celebrar, puesto que para 1752, cuando se dirime el conflicto, ya MacEvan yacía en su tumba de la iglesia de la Orden Tercera de Cartagena.
De modo que el fuerte de San Fernando fue terminado en 1759 por el ingeniero Antonio de Arévalo, con considerables variaciones al plano original, que fueron introducidas por el nuevo director de obra, don Lorenzo de Solis.
La obra está construida en piedra casi en su totalidad:
«Piedra para hacer la cal por ser de buena calidad para ello, y para hacer obras de mampostería y cantería labrada, para cimientos, retretas y ángulos: y para moldurar [sic] en obra toscana, garitas y cosas semejantes, por ser franca y de color caña blanquisca [sic] de buen grano».
Antonio Arévalo, 1772. Tomado de Cartografía y relaciones históricas de ultramar y citado por Rodolfo Segovia Salas.
Los merlones (parte del parapeto para disparar cañones) y las garitas (torrecillas donde se apostaban centinelas) del fuerte de San Fernando desafían todo peligro externo y resguardan su interior con fuertes paredones.
Destacan en este fuerte: la plaza de Armas; la puerta de entrada; el baluarte de la Reina; la rampa; el foso húmedo o foso de los tiburones y la batería.
El fuerte de San Fernando es considerado una de las perlas de las construcciones militares hispánicas en el Nuevo Mundo. Se accede al lugar por vía marítima.