Archivo por días: septiembre 15, 2016
Turismo en Cartagena
Festival Internacional de Musica
Artistas Invitados
2017
Bertrand Chamayou
piano
Francia
Christopher Warren-Green
director
Inglaterra
Colectivo Colombia
ensamble
Colombia
Coro de la Ópera De Colombia
coro
Colombia
Cuarteto Latinoamericano
cuarteto de cuerdas
México
Emmanuel Ceysson
arpa
Francia
François Dumont
piano
Francia
François-Xavier Roth
director
Francia
Gabriele Mirabassi
clarinete
Italia
Gautier Capuçon
violonchelo
Francia
Hélène Guilmette
soprano
Francia, Canadá
Jean-Efflam Bavouzet
piano
Francia
Jean-Yves Thibaudet
piano
Francia
Jorge Velosa y los carrangueros de Ráquira
ensamble
Colombia
Juliette Hurel
flauta
Francia
Las Bodas de Fígaro – Artistas de la Ópera
cantantes
Internacional
Les Siècles
orquesta residente
Francia
Louis Lortie
piano
Francia
Lucienne Renaudin – Vary
trompeta
Francia
Midori Goto
violín
Japón
Monsieur Periné
ensamble
Colombia
Orquesta Metropolitana Batuta Bogotá
orquesta invitada
Colombia
Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia
orquesta invitada
Colombia
Quatuor Voce
cuarteto de cuerdas
Francia
Quinteto Villa-Lobos
ensamble
Brasil
Renato Borghetti Sexteto
ensamble
Brasil
Richard Galliano
acordeón
Francia, Italia
Santiago Cañón
violonchelo
Colombia
Vincent Peirani Trio
ensamble
Francia
Concurso Nacional de la Belleza Colombia
¿Qué nos mueve? ¿En qué creemos?
Creemos que ser bellas es mucho más que lucir bien en las pasarelas.
Creemos que la admiración de la gente se gana por ser íntegras y sinceras.
Creemos que la belleza se expresa en cada gesto de hija, compañera, madre, amiga, hermana y ciudadana.
Creemos que belleza es el brillo en la mirada de los colombianos que se esfuerzan en lo que hacen.
CREEMOS QUE BELLEZA ES MÁS.
Y sobre todo, creemos que toda mujer íntegra y sincera puede inspirar al país entero a mejorar y representar dignamente al país en el extranjero.
¿CÓMO LO HACEMOS?
Pilares
Fomentando la cultura: La belleza es más; por eso queremos mujeres que nos hagan sentir orgullo, que puedan ser modelos a seguir y para ello promovemos la educación y la cultura, buscando financiación a los planes de estudio de jóvenes prodigios, dentro y fuera del país, con el fin de impulsar su desarrollo personal y profesional, pues así avanza toda la nación. También, apoyamos la creación de programas para estimular la lectura en espacios públicos y respaldamos a grupos de danza folclórica y orquestas de la ciudad de Cartagena.
Impulsando el deporte: Apoyamos a nuestros deportistas, pues su esfuerzo y disciplina han dejado en alto el nombre del país. Porque en la mirada de un atleta que triunfa en el exterior se evidencia que la belleza es más.
Respaldando al país: Cientos de empresas y empresarios, miles de emprendedores y millones de empleos generados, se esconden detrás de cada uno de los productos nacionales. Esas son las historias detrás de la belleza del país, a las que extendemos nuestro apoyo cada año.
Promoviendo la moda: Como modelos y generadoras de tendencias, uno de los principales compromisos que tenemos es el impulso y desarrollo de la moda; contamos con orgullo lo que hemos hecho en alianza con la industria del calzado y con nuestros diseñadores y artesanos.
Apoyo a la industria del Calzado: Cada paso que dan las candidatas durante el Concurso Nacional de Belleza de Colombia®, tiene el sello creativo de La asociación de Industriales del Calzado y Similares (Asoinducals), organización que desde 2001 se encarga de fabricar los zapatos que usa cada una de las representantes en los diferentes eventos del certamen. Gracias a esta labor se han generado 7.000 empleos directos y 15.000 indirectos.
Apoyo a diseñadores: Año tras año proveemos a nuestras candidatas con vestidos hechos a partir de textiles nacionales de la mejor calidad, bajo el nombre «Hecho en Colombia». Así, impulsamos el reconocimiento del diseño colombiano, del trabajo, la trayectoria y a las creaciones de los nuevos talentos.
Apoyo a comunidades artesanas: Promovemos la riqueza cultural de nuestro país recorriendo anualmente el territorio, para destacar la cantidad de productos que elaboran diferentes etnias y grupos regionales para el sustento diario. En cada certamen se descubren materiales con diferentes utilidades: estampados, accesorios, tejidos y otras piezas. Gracias a esta labor de reconocimiento, inclusión y valoración, en 2006 el Desfile en Traje de Fantasía pasó a ser lo que hoy se conoce como Desfile Artesanal.
A través del patrimonio nacional y el turismo
Patrimonio nacional: Una de las mayores riquezas de Colombia y muestra de la calidez de nuestra gente son sus fiestas, ferias y carnavales. La señorita Colombia® dedica gran parte de su tiempo a visitar las diferentes ciudades, municipios y corregimientos, con el fin de conocer sus historias y resaltar nuestra belleza y diversidad cultural. Además, apoya con su presencia, eventos en los que participan empresarios colombianos en el extranjero.
Turismo: Belleza es más y por eso nuestra filosofía frente al turismo es «La Reina es Colombia» porque la belleza está en nuestras mujeres y en nuestra tierra.
En compañía de la Revista Cromos, con su tradicional producción fotográfica Minicromos, decidimos recorrer el país junto a las candidatas para mostrar la belleza y la diversidad de cada una las regiones. Esta producción es resultado del lema que comparten La Señorita Colombia® y Proexport: “la reina es Colombia” con el cual se busca apoyar los diferentes destinos turísticos del país.
¿Quiénes son nuestros patrocinadores?
Estos son algunos de nuestros compañeros estratégicos en la labor de impulsar al país, que han trabajado de la mano en estos 80 años de historia:
COMPROMISO CON COLOMBIA
Cuando se elige a la Señorita Colombia® se reconocen en ella, no solo su belleza y actitudes memorables, también, su conocimiento y sensibilidad a la situación actual del país, los valores de toda una nación representados en su integralidad y en su disposición para vincularse y comprometerse con la misión social del concurso.
Cada soberana deberá reflejar su sentido de colaboración y responsabilidad social, su capacidad de servicio para liderar causas sociales y actividades que promuevan la solidaridad y la construcción del país.
ACCESORIOS REALES
La Corona
Cada candidata elegida como Señorita Colombia® recibe de la mano de la Joyería Cesáreo, una corona de plata ley 900 con un baño de oro de 24 quilates. En esta diadema se integran el escudo de Cartagena de Indias y las olas del mar Caribe, en el centro una esmeralda colocada en la convergencia de la cruz. El diseño actual fue creado por Carmenza Cesáreo en colaboración con doña Teresa Pizarro de Angulo en 1983.
El Cetro
Elaborado por la Joyería Cesáreo, representa el poder y la dignidad que debe tener la representante de todos los colombianos. Esta pieza está hecha en plata con un baño en oro de 24 quilates y un recubrimiento en carey, y está conformado en la parte superior por unos yelmos utilizados por los guerreros.
Anillo y Cetro Prendedor Real
En muchos eventos la Señorita Colombia® no podrá llevar la corona y es ahí donde el anillo, el cetro y prendedor la identificarán. Aunque su año de reinado culmine, estas piezas la identificarán de por vida cómo representante de todos los colombianos.
Fabricados por la joyería Andre Laurent de Bucaramanga, el anillo pesa 9.2 gramos de oro de 18 quilates, con cinco brillantes redondos con 15 puntos de peso y en talla fulcat con una gran pureza. Además tiene cuatro brillantes talla princes (cuadrados) que pesan 34 puntos, seis rubíes color profundo y gran transparencia, calificados de excelente calidad.
El cetro y prendedor, tiene oro de 18 quilates, dos rubíes de 23 puntos de peso con tres brillantes de gran pureza que pesan 9 puntos.
Accesorios de las finalistas
Desde hace 22 años la Joyería Cesáreo obsequia las 4 coronas de las finalistas del certamen, estas diademas están hechas en plata con adornos de arcos como homenaje al triunfo.
Arquitectura Colonial
Arquitectura Colonial
Cartagena de Indias, la Reina de Indias en época colonial y la Heróica durante la lucha por la independencia, es una ciudad que, en pleno siglo XXI, conserva todo su encanto y belleza: calles, casas, ventanas, balcones… hasta coches de caballos. Como si el tiempo, en lugar de avanzar, corriera hacia atrás, hacia su época gloriosa.Cita ineludible de cualquier viaje a Colombia, no podíamos dejar de pasar por ella y caer rendidos a sus encantos, como ya hizo en su momento Gabriel García Márquez, el nobel colombiano que sólo necesitó cruzar sus murallas para enamorarse de ella.
Cartagena de Indias debe su fundación a la importancia estratégica de su bahía, la más extensa del Caribe. Durante años fue el principal puerto del Nuevo Mundo, al que llegaba cada octubre la Flota de Indias, convirtiéndola en objetivo para piratas, corsarios y bucaneros. Este acoso hizo que sus dos únicas entradas por mar, Boca Grande y Boca Chica, se hicieran pasos inexpugnables. En Boca Grande se construyó una escollera, un muro bajo el nivel del mar que impedía entrar a los barcos. Boca Chica, en cambio, tenía que permitir la entrada de embarcaciones, pero tres fuertes protegían su acceso. Con la bahía más segura del Caribe, la ciudad quedaba protegida desde el mar, para la tierra se construyó una muralla alrededor de lo que hoy es el casco histórico.
El otro barrio con solera es Getsemaní. Allí era donde vivían los extranjeros, los esclavos y los libertos y a donde acudían los marineros en busca de diversión. Hoy en día conserva su carácter abierto y cercano, es fácil ver a sus vecinos sentados en las puertas de sus casas charlando animadamente por las noches.
Recorrer el casco histórico de Cartagena de Indias es pasar de impresionantes casas coloniales a iglesias con cientos de años de antigüedad; de preciosos balcones de madera a ventanas llenas de flores; de una calle adoquinada a un parque… sin olvidar sus puestas de sol desde la muralla. Se aprecia el mimo y el cuidado de sus gentes en la conservación y mantenimiento de su patrimonio cultural, un patrimonio declarado de la humanidad por la UNESCO.
Murallas de Cartagena
Murallas de Cartagena
Las murallas fueron concebidas con el fin de proteger a Cartagena de Indias de los continuos ataques que sufría. Su construcción se llevó a cabo en etapas, comenzando en 1586 Bautista Antonelli, un ingeniero italiano al servicio de la Corona Española. Luego vendría en 1608 Cristóbal de Roda, quien fortificaría casi toda la parte de la ciudad que da al mar abierto.
De 1631 a 1633 le tocaría el turno a Francisco de Murga fortificando todo el barrio de Getsemaní. En 1669 al ingeniero Juan Betín le tocó la tarea de reparar las murallas destruidas por el mar en 1669. Las murallas fueron objeto de continuos embates por parte del mar y un reciente ataque del Barón de Pointis para que nuevamente Don Juan de Herrera y Sotomayor reinicie reparaciones. El Virrey de Villalonga ordena a Herrera construir cajones submarinos formando una escollera frente a las murallas destruidas, en 1721.
Otra escollera habría de ser construida en el trayecto comprendido entre la Punta Icacos (cerca al actual Hotel Caribe) y Tierrabomba por Antonio de Arévalo, el ingeniero de más renombre que haya trabajado en la ciudad. En 1796 se terminarían las obras del centro de la ciudad.
LAS MURALLAS DE CARTAGENA
El de las murallas de Cartagena fue un proyecto que duró casi dos siglos y que terminó en 1796 con el objeto de def
El de las murallas de Cartagena fue un proyecto que duró casi dos siglos y que terminó en 1796 con el objeto de defender la ciudad de posibles ataques piratas. El centro histórico está rodeado por 11 km de estos imponentes muros de piedra que se complementan con fortificaciones y baluartes, desde los cuales se puede observar el atardecer sobre el mar Caribe.
Fuerte de San Fernando
Esta fortificación se encuentra ubicada en la isla de Cárex o Tierrabomba, al frente de la Batería de San José, protegiendo el paso por el canal de navegación de Bocachica.
El fuerte de San Fernando fue construido en el siglo xviii, bajo la gobernación de don Ignacio Sala, quien se retiró del cargo por discrepancias con el ingeniero y director de la obra don Juan Bautista MacEvan.
En efecto, tanto MacEvan como Sala presentaron propuestas para la obra del fuerte, entre las cuales la Corona española prefirió la presentada por MacEvan. Triunfo que el ingeniero no pudo celebrar, puesto que para 1752, cuando se dirime el conflicto, ya MacEvan yacía en su tumba de la iglesia de la Orden Tercera de Cartagena.
De modo que el fuerte de San Fernando fue terminado en 1759 por el ingeniero Antonio de Arévalo, con considerables variaciones al plano original, que fueron introducidas por el nuevo director de obra, don Lorenzo de Solis.
La obra está construida en piedra casi en su totalidad:
«Piedra para hacer la cal por ser de buena calidad para ello, y para hacer obras de mampostería y cantería labrada, para cimientos, retretas y ángulos: y para moldurar [sic] en obra toscana, garitas y cosas semejantes, por ser franca y de color caña blanquisca [sic] de buen grano».
Antonio Arévalo, 1772. Tomado de Cartografía y relaciones históricas de ultramar y citado por Rodolfo Segovia Salas.
Los merlones (parte del parapeto para disparar cañones) y las garitas (torrecillas donde se apostaban centinelas) del fuerte de San Fernando desafían todo peligro externo y resguardan su interior con fuertes paredones.
Destacan en este fuerte: la plaza de Armas; la puerta de entrada; el baluarte de la Reina; la rampa; el foso húmedo o foso de los tiburones y la batería.
El fuerte de San Fernando es considerado una de las perlas de las construcciones militares hispánicas en el Nuevo Mundo. Se accede al lugar por vía marítima.
Torre del Reloj
Es la puerta de entrada al centro histórico, desde 1631, años más tarde fue destruida por el barón de Pointis y en 1704 fue reconstruida por el ingeniero Juan Herrera y Sotomayor. Delante de la torre, se encuentra una estatua de Pedro de Heredia, fundador de Cartagena.
Actualmente esta obra consta de tres puertas, aunque en un principio fue solo una y los espacios laterales servían de sala de armas y capilla.
Ubicación
Está ubicada entre las plazas de Independencia y la de los coches.
Cerro de la Popa
Los españoles que lo descubrieron en 1510 nunca se imaginaron ver una enorme galera que sobresalía del mar, por lo que lo llamaron Cerro de la Galera, y a la cima, «La Popa de la Galera». Posteriormente, los antiguos cartageneros también lo llamaron Cerro de la Cruz por la cruz que lo corona. Sobre su cima se encuentra una hermosa iglesia y convento colonial de la Orden de Agustinos Recoletos construidos entre 1609 y 1611. El claustro del convento de la Popa es uno de los más bellos de la ciudad colonial de Cartagena y de toda Colombia.
Parece ser que en los años de la Colonia existía en su cima un adoratorio Clandestino donde los indios y esclavos africanos adoraban a una deidad llamada «Buziriaco» o «Cabro Urí» que tenía apariencia de un macho cabrío. La leyenda cuenta que entonces fray Alonso de la Cruz Paredes, religioso de la Orden de Agustinos Recoletos, quién se encontraba apartado en el desierto de Ráquira (Boyacá), recibió en un sueño la orden de la virgen María de erigirle un monasterio en el lugar más elevado de una ciudad costanera. Fue así como el monje viajó hasta Cartagena y sobre el cerro de la Popa llevó a cabo la misión ordenada. A su llegada a la ciudad arrebató el cabro Busiraco y lo arrojó cuesta abajo. Desde entonces el sitio se conoce como el Salto del Cabrón y su culto fue reemplazado por el de la imagen venerada de la Virgen de la Candelaria, una pintura de origen colonial que representa a la virgen de raza negra y que hoy es patrona de la ciudad de Cartagena de Indias.
Se cree que la construcción del templo y convento de la Popa demoró mucho más de lo previsto por los continuos saboteos de Busiraco en forma de truenos, rayos, lluvias y vendavales. En época Colonial y hasta la abolición de la Esclavitud los negros africanos establecidos en la ciudad y sus alrededores tenían permiso de celebrar las fiestas de la Virgen de la Candelaria donde hacía demostraciones de sus celebraciones y donde surgió el ritmo musical de la cumbia.
El convento de la Popa dejó de ser habitado por los agustinos recoletos desde 1822 hasta 1963 a causa de la desamortización ordenada por las autoridades civiles. Pasado ese tiempo, los frailes pudieron recuperar su convento que siempre ha sido el Santuario de la Virgen de la Candelaria, Patrona de Cartagena, y su imagen, que se encuentra en el retablo dorado de la capilla, es muy venerada por el Pueblo de católico de la ciudad y alrededores. El Papa Juan Pablo II coronó canónicamente la Virgen el domingo 6 de julio de 1986 en su visita Apostólica a Cartagena
Castillo de San Felipe de Barajas
Castillo de San Felipe de Barajas
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El Castillo San Felipe de Barajas es una fortificación localizada en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias. Está situado sobre un cerro llamado San Lázaro y fue construido en 1657 durante a la época colonial española. Sufrió constantes ataques por parte de los ingleses y franceses, siendo el comandante francés Barón de Pointis quien tomara el castillo a mediados de 1697.
En 1984, la Unesco incluyó el centro histórico de la ciudad de Cartagena de Indias, el conjunto de sus fortificaciones y el castillo San Felipe de Barajas dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad. Se le considera una de las siete maravillas de Colombia, reconocimiento que le acredita como una de las más grandes estructuras construidas en territorio colombiano, luego de una encuesta realizada por el periódico El Tiempo. También hace parte del patrimonio histórico y cultural de Colombia, según el Ministerio de Cultura.
A lo largo de toda su historia, la fortificación militar ha sufrido varias remodelaciones con el fin de evitar su deterioro y mantener conservado un monumento importante, no solo para el pueblo cartagenero, sino también para toda Colombia. Hoy en día sirve como un atractivo turístico y es el lugar de importantes eventos y reuniones sociales. El 14 de abril de 2012, el castillo fue el escenario principal de la cena de bienvenida en la celebración de la VI Cumbre de las Américas.
La construcción del castillo San Felipe de Barajas dio comienzo en 1536 por militares españoles y esclavos africanos. Fue erigido con materiales propios de la época, como el ladrillo y la roca, y su ubicación geográfica (colina de San Lázaro) obedecía a una estrategia militar, debido a la excelente elevación del terreno (cuarenta metros sobre el nivel del mar). Gracias a esta considerable altura, se divisaba cualquier movimiento del enemigo y por consecuencia, se maximizaba el tiempo de reacción ante cualquier intento de invasión. La edificación del fortín supuso la protección de la ciudad de Cartagena de Indias contra los ataques de los franceses comandados por de Pointis en 1697 y de los ingleses liderados por el militar Edward Vernon. En 1741 al jefe inglés se le encomendó la misión de atacar y destruir la ciudad acompañado de una tropa que excedía los 27 000 soldados, junto con 186 buques y 2000 cañones, mientras que el militar español Blas de Lezo (su verdugo y protector de la ciudad) se defendió solo con 3600 hombres y seis buques.
A pesar de la guerra desatada y de la desventaja militar, el comandante español logró someter y juzgar a Vernon y a todas sus tropas. Luego de la confrontación, Vernon se alejó del sitio y exclamó contra Lezo: «God damn you, Lezo! (¡Que Dios te maldiga Lezo!)», mientras que éste le replicó: «Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta solo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres».