Eventos culturales en MI TELEFÉRICO

Eventos culturales en MI TELEFÉRICO

Fiesta musical en cabinas del teleférico

El recorrido artístico se realizó en la línea Amarilla que va desde Sopocachi hasta Ciudad Satélite.

domingo, 26 de junio de 2016

Anahí Cazas  / La Paz

La soprano Susana Renjel  ha cantado en los mejores escenarios de Bolivia y  con los elencos más destacados del país, como la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Sinfónico de Bolivia, entre otros.   Pero, ayer, la artista  ofreció una de sus presentaciones más peculiares.
En lugar de un escenario, Renjel estaba sentada en  un banca de madera de  una de las cabinas de la línea Amarilla del teleférico. Y en vez de estar acompañada por una orquesta  o un equipo de sonido, la soprano  sujetaba  un miniparlante  conectado a su celular para  acompañar su canto con una pista.
Y apenas se  cerró la puerta de  la cabina, Renjel  saludó a los nueve  pasajeros. «Les voy a acompañar con un recorrido musical. Les voy a cantar unos temas que estoy segura que conocen”.
Así se vivió en La Paz una inédita  fiesta de la música a 3.600 metros de altitud. Ayer, durante más de cuatro horas, 15  artistas bolivianos, entre cantantes e instrumentistas, se subieron  a las cabinas del teleférico para ofrecer    conciertos «en los cielos”. El  recorrido se realizó   en  la línea Amarilla, desde la estación de Sopocachi hasta la de  Ciudad Satélite y viceversa.
 La actividad, que celebró  la Fiesta de la Música 2016, fue organizada por  la Alianza Francesa de La Paz, Mi Teleférico y la Orquesta Sinfónik de la Universidad Privada Boliviana (UPB).
 Renjel  interpretó en italiano  Nella Fantasia,  mientras la cabina volaba entre  Cotahuma y Sopocachi. Detrás de ella, como un guardián, se observaba el imponente  Illimani, que esta vez no logró robar la atención de los pasajeros del teleférico, ya que éstos sólo tenían ojos para admirar   a la soprano.
«Usted canta muy hermoso. ¿Es de Bolivia? ¿Dónde se ha presentado”, le dijo una mujer de más de 60 años. Otro hombre, que desde que comenzó el viaje  filmó el recital con su celular, le comentó: «Cómo nos podemos comunicar con usted para contratos”. Un poco sonrojada, Renjel agradeció el gesto y a pedido de  uno de los pasajeros empezó a cantar Por Ti Volaré, de Andrea Bocelli.
 Como flotando en la mitad del cielo, frente al Illimani,  Tere Morales   recibió a los pasajeros con un emotivo discurso. «Hay música clásica, cumbia, jazz, pop y trova ¿Qué quieren escuchar?”.
Incrédulos, los asistentes optaron por  una pieza de música latinoamericana  y un tema de  trova. Y sin más preámbulos, Morales dio vida  a la zamba Alfonsina y el mar, en pleno vuelo sobre  Tembladerani. Y llegando a Sopocachi,  ya cantaba Ojalá, de Silvio Rodríguez.  La fuerza de su voz motivó a  la gente a improvisar un coro. «Es una experiencia única”, dijo   una dama.
 Antes de ingresar en  la cabina, Isabel Zeballos dio un suspiro profundo. Estaba nerviosa. «Buenas tardes. Hoy es la Fiesta de la Música. Por eso, voy   a acompañar su viaje con repertorio de música clásica”. Con su oboe, la joven  dio vida a las grandes composiciones de  Johann Sebastian Bach y Pyotr Ilyich Tchaikovsky, entre otros.
Después de cada pieza, Zeballos se daba un respiro, mientras una pareja de jóvenes aplaudía su repertorio. Sin embargo, no todo fueron elogios.  Una muchacha mostró su rechazo al  concierto  poniéndose sus audífonos.
«He visto de todo. A mucha gente le ha gustado,  pero otras personas me pidieron que deje de tocar”, recordó decepcionada Zeballos, pero la tristeza se borró de su rostro cuando la llamaron para ofrecer otro recital.
«Métele no más lo que vos quieras”, fue respuesta de uno de los pasajeros luego de escuchar la pregunta del músico Alfredo Paredes: ¿Qué  canciones desean escuchar?
«Estaba improvisando, mi idea es crear canciones de manera espontánea porque es lo más parecido a la vida”, aseguró Paredes, mientras esperaba su próxima presentación  «en los cielos”.