Las del Carmen somos Brujas

La profesión la llevaba por dentro. Aunque no nací en El Carmen, ni crecí en él por la situación de exilio de mis padres en las planicies fértiles, la profesión comenzó a salírseme a los 16 años.

Pocos años antes una de mis primas carmeñas me había dicho que las de Rionegro odiaban a las de El Carmen porque se quedaban con todo los hombres de su pueblo, porque eran brujas.

Yo cometeré un sacrilegio brujístico pero les contaré los encantamientos y hechizos que comencé a hacer en El Carmen a mis 16 años, durante mis vacaciones de final de colegio, las más largas de mi vida, las últimas antes de entrar a la universidad, las primeras como bruja.

El aquelarre lo componíamos tres, otra prima carmeña, una amiga carmeña y yo (una incipiente carmeña). Teníamos sujetos identificados para los encantamientos, que para fortuna de las rionegreñas, no eran de su pueblo. Los encantamientos eran sencillos pero poderosos: en un cigarrillo, se escribía el nombre del objeto del afecto o deseo, se pensaba fuertemente en él y se fumaba. Creo que este era el encantamiento más fuerte, al encontrarse después con el hombre fumado, este parecía extasiado con nuestra presencia, tal vez algún efecto de la nicotina.

El del cigarro tenía una variación con mayor avaricia: al lado del nombre del sujeto de aspiración, se escribían 3 deseos relacionados con él. En esta alternativa había que hacer gala de una capacidad de escritura en cigarro fina y precisa, no fuera que los deseos no lograran entrar en el delgado pitillo.

Los demás encantamientos, solo fueron mencionados en nuestras reuniones, nunca practicados, pues eran cosas que a pesar de nuestra devoción a los objetos de nuestra brujería adolescente, nunca fuimos capaces de hacer; ahora pienso que en El Carmen: pueblo católico, apostólico y romano, las brujas consideramos que la magia de esos niveles tal vez pueda ofender a mi Dios.

Nunca incursionamos en la visita nocturna al cementerio el viernes santo y vimos con mucha curiosidad y respeto un libro de magia negra que tenía un amigo nuestro. Desde ahí entendí también que en El Carmen no solo éramos brujas sino también que habían brujos… algunos cariñosamente nos llaman el pueblo de los brujitos.

En El Carmen me leyeron por primera vez en mi vida el cigarrillo y el tarot, y mi madre Julieta del Carmen, una mañana mientras yo dormía, hablando con alguien que no estaba en la casa decía: Ella también! Ella también. Mientras yo despertaba y pensaba que lo que hacía era afirmar que yo también era bruja como ella.

Fuente:http://jardindeviboras.blogspot.com.co/2010/02/las-de-el-carmen-somos-brujas.html

Colombia Artesanal: El Carmen de Viboral, pinceladas de tradición

Llegar al oriente antioqueño es enamorarse de una tradición en la que el color de la naturaleza y los pensamientos del artesano son plasmados en cada pieza de cerámica. Bienvenidos a El Carmen de Viboral.

El Carmen de Viboral – Imagen: Artesanías de Colombia

Con cada pincelada, llena de formas armoniosas y color que son plasmadas en un bizcocho (pieza en barro adecuada para ser pintada), El Carmen de Viboral ha llevado consigo la tradición de la cerámica desde hace más de 100 años y se ha convertido en una de las fuentes de desarrollo social, cultural y económico para sus habitantes.

Su producción cerámica ha sido reconocida no solo por el valor cultural que tiene cada objeto, puesto que es un producto en el que el artesano refleja por medio de sus creaciones el contexto en el que vive y lo que siente, sino también porque entre los años 30 y 50 los carmelitanos suplieron de lozas utilitarias a todo el país, convirtiéndose en uno de los pocos municipios que se dedicaban a la producción de las mismas.

El Carmen de Viboral

Este municipio está conformado por 55 veredas, ubicado al oriente Antioqueño. Pertenece a la subregión del Valle de San Nicolás y a la serranía de Vallejuelo. Su área total es de 448 km2. Al sur delimita con Sosón, al norte con Rionegro y Marinilla, al oriente con Santuario y Cocorná y al occidente con La Ceja, Abejorral y La Unión. El municipio del color y la magia plasmada en cerámica tiene, según cifras del DANE, más de 46 mil habitantes.

La economía de El Carmen de Viboral está representada principalmente por la agricultura con una variedad de productos como: fríjol, café, maíz, papa, hortalizas, yuca, plátano, cacao, guanábana, fresa, guayaba, tomate de árbol, papaya, naranja y flores, entre otros. Y por ser este, un municipio que cuenta con diferentes rutas de acceso, se ha convertido en un espacio turístico y cultural del departamento en el que los talleres artesanales y su cerámica son reconocidos y visitados.

Una tradición que crece, renace y se mantiene

El inicio de la producción cerámica en el Carmen de Viboral se remonta hacia 1898, año en el que llegó el empresario Eliseo Pareja al municipio, quien fundó un año después de su llegada la “Locería del Carmen”, la cual dio paso a la creación de diferentes locerías dedicadas a este oficio y se convirtieron en una de las formas de subsistencia para las familias del municipio.

 

La existencia de recursos hídricos para generar energía, logró la expansión y creación de múltiples fábricas productoras de cerámica como El Progreso, El Dorado, La Locería Júpiter, entre otras, y el sector llegó a ser tan amplío que la empresa más grande estuvo conformada por 300 empleados.

 

La arcilla, debido a su abundancia facilitaba el trabajo de la cerámica y los diferentes tipos de esta materia prima provenían de La Unión, Llanogrande y Rionegro y eran transportadas a la región a lomo de mula.

El pronto desarrollo de este oficio llevó a que Ramón Antonio y Manuel Betancur fundaran la “Escuela Nacional de Cerámica Jorge Eliecer Gaitán” en el año de 1945, la cual dio paso más adelante al Instituto Técnico Distrital que cuenta con talleres de formación y espacios adecuados para la enseñanza y conservación de la producción de la cerámica.

En cuanto a la evolución y transformación de este oficio, cabe destacar que inicialmente la loza producida era de color blanco, pero con el paso de los años se comenzaron a incorporar fondos o líneas tenues de color en los bordes. 1970 es el año en el que se desarrolla la decoración para las piezas de El Carmen y fue motivada por Rafael Ángel Betancur Betancur, con el fin de imprimir en cada pieza un sello único que las diferenciara de las demás.

 

De esta forma, las decoradoras y decoradores (estos en menor proporción) comienzan a pintar sobre su gran lienzo: la pieza blanca de cerámica. En él todas las visiones y percepciones de su entorno son plasmadas por medio del pincel, la habilidad manual y mucho color, dando a conocer su forma de ver la naturaleza y la diversidad del municipio. Es la decoración la que le da identidad a estas piezas artesanales que comienzan a ser distinguidas como la cerámica de El Carmen de Viboral.

Los aspectos emocionales, afectivos y el entorno sociocultural y cotidiano en el que está inmerso cada artesano que produce y decora los objetos fabricados con arcilla, están ligados al origen de las mismas y es tal vez esta, una de las razones por las cuales este oficio ha sido arraigado a la forma de vida de los Carmelitanos y se ha convertido en patrimonio del municipio.

 

Por otra parte, si bien la producción cerámica fue la fuente económica más fuerte del municipio durante muchos años, en la década de los 80 con la apertura económica del país, la falta de procesos técnicos para la elaboración de la misma en el sector y el posterior conflicto armado que ha vivido el departamento antioqueño, se hizo inminente el cierre de la mayoría de las locerías y empresas dedicadas a este oficio.

Pero las pocas que quedaron han resurgido y se han mantenido para conservar una tradición que refleja el amor por el barro. Las grandes empresas se convirtieron en pequeños talleres a cargo de valerosos artesanos que creen en su talento y ven en la cerámica una forma de vida que le da identidad y sentido al municipio.

A la decoración realizada para llenar de vida el blanco de los objetos de cerámica que se construyen con las manos, se le conoce como “pintas” que poco a poco con el color y la forma de las flores como hortensias, pensamientos, rosas y demás elementos que conforman nuestra hermosa naturaleza, se han considerado emblemáticas por su forma y distinción y merecen ser destacadas junto con los talentosos creadores de esta tradición artesanal.

 

Porque la vida es color y color es El Carmen de Viboral en nuestra Colombia Artesanal.

Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía Siart, de Artesanías de Colombia. 

Fuente: Los cuadernos del barro, El Carmen de Viboral: el jardín llevado a la loza, 2014, Ministerio de Cultura, Fundación Tridha.

http://artesaniasdecolombia.com.co/PortalAC/Noticia/colombia-artesanal-el-carmen-de-viboral-pinceladas-de-tradicion_6394

Un Recinto en tierra Paisa

Es la Aldea de la Cultura Recinto de Quirama, situada en el corazón del oriente antioqueño. Distante 50 kilómetros de Medellín y a 15 minutos por carretera del aeropuerto José María Córdova, en El Carmen de Viboral.

La casa, declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación, fue comprada por Jorge Rodríguez Arbeláez para hacer realidad su sueño de construir un sitio de reflexión, de estudio, de pensamiento y de recreación.

El inmenso terreno, unas 114 cuadras, era el asentamiento de la tribu Quirama. A finales del siglo pasado se convirtió en hacienda ganadera, adquirida posteriormente por un hombre que convencido de la existencia de un entierro indígena en esos predios emprendió la quimérica aventura de encontrarlo.

Entonces contrató una cuadrilla de obreros, consiguió un detector de metales y comenzó a perforar con cierto desasogiego donde le marcaba el aparato. Aún quedan testigos de la decepción de este hombre, ya que nunca sacó nada distinto a pedazos de hierros oxidados, clavos y trozos de herraduras.

Desesperado decidió vender la casa para recuperar, al menos, parte de su capital invertido en la frustrada empresa.

Hacia 1968 llegó Arbeláez y se la compró. Y aunque su idea inicial era la de crear un centro de formación en administración pública, descubrió que era un sitio ideal para el sosiego, propio para aquellas personas que quieren leer, escribir o para quienes buscan un reposo intelectual.

No se le quiere dar ese término de hotel, dice Arbeláez, si bien cuenta con toda la infraestructura propia de la hotelería, preferimos llamarlo Recinto de Quirama para que no pierda ese encanto de ser un centro del pensamiento y del estudio .

El estilo arquitectónico de la casa es de origen republicano, conservando la forma original de su construcción. Sin embargo, en su restauración se le agregó parte de arquitectura propia de las construcciones campesinas de la región.

Las ventanas con balaustres, faroles, fuentes de agua, chambranas, columnas en madera, patios y corredores inmensos, hechos en ladrillo y piedra de canto rodado, todo con materiales de la zona, se ven engalanados con begonias, novios, geranios, azaleas, besitos, orquídeas y enredaderas. Flores características del oriente antioqueño.

El lugar cuenta con 80 hectáreas de bosque y de senderos para caminadas ecológicas. Uno de los senderos conduce a una Ermita, llamada de San Francisco, y al observatorio astronómico, levantados para el recogimiento espiritual y para el placer de mirar en la noche a las estrellas.

En la misma aspiración de estimular la sensibilidad, Quirama ofrece los servicios de una biblioteca con títulos en literatura, filosofía, sociología e historia y un completo almacén para venta de productos artesanales.

Asimismo, el visitante se encuentra con ocho salones que rinden un homenaje a destacados artistas antioqueños, como Ricardo Rendón, Horacio Longas, Baldomero Sanín Cano, Uribe Ferrer, Manuel Mejía Vallejo, entre otros. Cada uno está decorado con objetos antiguos y adornados con la obras o los recuerdos de estos intelectuales paisas.

Fuera de estos salones que sirven para realizar conciertos, proyección de películas o recepciones, existen otras salas con chimeneas, ideales para la conversación y las tertulias.

Quirama cuenta con una zona húmeda con piscina, sauna y turco, una cancha de fútbol y otra de voleibol. Un sitio para juegos de salón y una amena taberna y restaurante, donde se sirven licores nacionales y extranjeros y desde platos típicos de la región, hasta los internacionales.

Las habitaciones son acogedoras y están ambientadas conservando el estilo de una casa campesina vieja, pero con las comodidades de la modernidad. Cada una consta de dos camas, baño, televisor a color, dos mesa de noche, un tocador, un closet y dos sillas.

Este apacible lugar, propicio para el sosiego del espíritu, está ubicado en un sitio privilegiado por su paisaje, su agradable clima de 18 grados centígrados y por los servicios y la infraestructura que tiene hoy el oriente de Antioquia.

Según los investigadores, Quirama es una palabra indígena que para algunos significa lugar del encuentro , y para otros expresa lugar del amor . Lo cierto es que estas dos circunstancias no son excluyentes y, por el contrario, en el Recinto han encontrado su simbiosis perfecta.

Fuente: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-421767

Universidad de Antioquia Seccional Oriente

La Alma Máter inició actividades en esta región con el proyecto UNI desde 1993, en alianza con la comunidad y la Administración Municipal de Rionegro y con el apoyo financiero de la Fundación Kellogg´s. En 1998, se inauguró en Rionegro la sede del Alma Máter en Oriente con la oferta de dos programas de posgrado y en el 2000, el Ministerio de Educación Nacional otorgó el carácter de Seccional, después de una evaluación de su proyección y crecimiento.

Céramicas Renacer

La cerámica de El Carmen de Viboral ha sido realizada fundamentalmente con materiales de la región, la arcilla blanca de el Carmen, el caolín de la unión, los feldespatos de la región del oriente Antioqueño y la arcilla Rionegro de nuestro municipio vecino.

La historia nos dio la posibilidad de conocer la cerámica de caldas (Antioquia) en los últimos años del siglo XIX y desde aquellas experiencias los procedimientos de fabricación se fueron adaptando, casi como tecnologías apropiadas a nuestra región y a nuestro modo de ser.


Cerámica de torno y de forjado:

La arcilla es sacada de las minas por manos sencillas quemadas por el sol, luego se decanta para extraerle las piedrecillas y los materiales que puedan contaminarla, en una mezcladora se le adicionan otros materiales: arenas, feldespatos, otras arcillas, calizas, entre otros; pasa después por la filtro prensa para extraerle el exceso de agua y vuelve a las manos del hombre para ser amasada y finalmente, siendo fieles a la tradición es transformada en objetos de uso.

Vaciado Cerámico:

Este procedimiento utiliza los recursos antes mencionados, pero en este caso es necesario obtener una mezcla de materiales por medio de los molinos de bolas, adicionando silicato, para obtener una pasta líquida de densidad especifica que pueda ser utilizada en los moldes de yeso. Esta técnica me permite lograr formas más complejas y más enriquecidas estéticamente.

Decoración:

Nuestra decoración pertenece a una tradición ya milenaria que utiliza colores cerámicos (minerales) debajo de un vidriado transparente. El resultado es sublime, recuerda a las más limpias acuarelas y deja ver las pinceladas de la manera más honesta y más humana.

Los Hornos y los Procesos de horneado

Aunque algunos hornos de carbón construidos en adobe sobreviven, en El Carmen de Viboral se emplean hornos a gas y también hornos eléctricos para producciones más pequeñas.

Las piezas terminadas se llevan al horno y se acomodan de mayor a menor tamaño, de abajo hacia arriba, procurando que el contacto entre estas sea el mínimo para así asegurar uniformidad en el proceso. Los hornos se deben precalentara 350oC antes de introducir las piezas, para evitar que estas se quiebren.

Los hornos actuales permiten controlar la temperatura en todo momento, aunque el saber popular sobre el control de la temperatura sigue siendo “a ojo”. Esta forma de control de temperatura sigue vigente entre los artesanos con mayor experiencia. El proceso de quema requiere de una temperatura promedio de 1200ºC para los bizcohos, y de 1050ºC para el esmaltado. Generalmente, las quemas se hacen los días viernes y ocupan buena parte del día. El tiempo varía de un horno a otro y depende del tamaño de las piezas.

Una vez quemadas, las piezas deben mantenerse en el horno hasta su enfriamiento. Después pasan al proceso de control de calidad y posteriormente al área de decoración. El uso de materias primas de primera y de procesos de horneado cada vez más controlados han permitido la reducción de pérdidas al momento de efectuar las quemas.

Recinto De Quirama

El Recinto de Quirama se encuentra funcionando desde 1.968 en una casa antigua que se remonta a las primeras décadas del siglo XIX, estilo Republicano Criollo, mantiene la tipología arquitectónica y los elementos originales representativos de la antigua Hacienda Antioqueña. Está rodeada por 60 hectáreas de prados, jardines y bosques.

La casa antigua es considerada PATRIMONIO HISTORICO y ARTÍSTICO DE LA NACIÓN, mediante Resolución No. 008 de 1.988 del Concejo de Monumentos Nacionales. Se le dio el nombre de QUIRAMA, en honor al asentamiento indígena que significa “ENCUENTRO”.