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Iglesia y Hospital de San Pedro

La Iglesia y Hospital de San Pedro fue construida en 1654 y se encuentra ubicada en la esquina de la 6ª Calle Oriente y 3ª Avenida Sur, a dos cuadras del Parque Central, frente al Parque y Tanque La Unión.

Su fachada encara en ángulo recto a la entrada del hospital, se caracteriza por sus detalles, atrio pequeño y el barandal enrejado de su parte superior.

Un aventurado trabajo de mantenimiento incluyó pintar el la Iglesia y Hospital de San Pedro completos por fuera. Está bien iluminada por las noches, lo cual la ha convertido en un espectáculo irresistible para las lentes de los fotógrafos.

La fachada de la Iglesia y Hospital de San Pedro es tradicional con frente alto y laterales menores, éstos no contienen los campanarios como otros templos de la región. Sus detalles y estilo la constituyen como un ejemplo de arte barroco en la ciudad.

En su costado, sobre la 3ª Avenida Sur, cuenta con una entrada provista de una sobria puerta de madera. Las columnas que la acompañan, así como las de la parte superior, cuentan con detalles circulares de tipo salomónico.

La construcción de la Iglesia y Hospital de San Pedro se remonta a 1654 y es una de las tantas huellas que José de Porres dejara en el reino.

Los propósitos desde su origen fueron dar asistencia hospitalaria a los miembros del círculo eclesiástico. Fin que fue concretado y nueve años después de finalizada su construcción comenzó a recibir a los primeros enfermos. Su nombre está ligado al Santo Hermano Pedro, quien pudo ver cómo se convertía en realidad su deseo.

Construcción de la Iglesia y Hospital de San Pedro

Su construcción sufrió los daños que ocasionaran los diferentes terremotos que estremecieron a La Antigua Guatemala y que afectaran a todas las construcciones de la época. Sin embargo, los repetidos trabajos de restauración permiten que el templo continúe en pleno uso para las labores eclesiásticas y atención de los fieles, celebrándose así, cada domingo, la misa bajo su techo.

Ruinas de Santa Clara

Las Ruinas de Santa Clara se encuentran ubicadas sobre la 2ª Avenida Norte, frente al Tanque de la Unión. Posee un patio bien conservado con elegantes corredores a su alrededor. El complejo es amplio y fue fundado en 1699 por las Monjas Clarisas que procedían de Puebla, México.

Al principio comenzó con cinco religiosas y una novicia y luego aumentó su número. Ocuparon el convento desde el 14 de enero de 1700, fecha de su fundación oficial. En 1703 se inició la construcción formal del complejo y fue terminada dos años después.

Según descripciones de varios cronistas, este edificio contaba con un techado de teja, que fue derribado para el terremoto de 1717. Fueron tantos los daños que las religiosas se vieron forzadas a abandonarlo de manera temporal mientras se reparaba el techo. Por eso se establecieron en Comalapa y regresaron más tarde.

Los trabajos de reconstrucción de ahora las Ruinas de Santa Clara, no fueron una labor corta, requirió de casi 26 años. Tal esfuerzo económico fue apoyado por una bondadosa donación proveniente del Presidente de la Audiencia , Antonio Echeverría Suvisa, pero no pudo contemplar finalizada la obra porque falleció en 1733.

De la construcción original no se conserva ningún vestigio debido a la magnitud de las modificaciones que se realizaron y, finalmente, el complejo fue inaugurado y consagrado el 11 de agosto de 1734.

Todos los esfuerzos por mantener en pie a la edificación fueron derribados junto con la estructura por los terremotos de 1773, quedando el convento en una total ruina. Lo poco que quedó en pie fue derribado por un fuerte seísmo en 1874, y permanece sólo lo que puede contemplarse hasta hoy gracias al mantenimiento y administración actual del complejo, conocidas como las Ruinas de Santa Clara.

Su exterior está finamente decorado, así como varios detalles de su interior, sin duda alguna las Ruinas de Santa Clara constituyen un excelente atractivo turístico para visitar.

A la fecha se puede visitar y disfrutar del interior de las Ruinas de Santa Clara observando los detalles restantes, que son bastantes y hermosos, como los corredores con los arcos laterales, los graderíos, ventanas y techos arqueados.

Parque y Tanque La Unión

El Parque y Tanque la Unión se encuentra a tan solo tres cuadras del Parque Central hacia el sureste, justo frente a la Iglesia y Hospital del Hermano Pedro. La Plaza de San José, hoy conocido como Tanque la Unión, es un lavadero histórico cual fue inaugurado el 3 de Febrero de 1853.

En la época colonial de la Antigua Guatemala, no todas las viviendas poseían un lugar para el lavado de ropa, sin embargo, existían lavaderos públicos adonde se solía acudir no sólo a dicha tarea sino, como lo comentan muchos cronistas, también cumplían una función social, pues era un centro para conversar sobre lo que acontecía en el reino.

El más conocido en la actualidad es el Parque y Tanque la Unión , al cual aún llegan personas a lavar y pareciera como si el tiempo no hubiera pasado.

Fue inaugurado en 1853 por el corregidor José María Palomo. No fue una buena construcción, por lo que fue reconstruida en 1979 y se conserva hasta la fecha.

Sus arcos son de estilo neoclásico y el nombre original era de Plaza de la Unión , pero fue en 1925 cuando se llevó a cabo el Congreso Unionista de Centroamérica que se le cambió a Parque y Tanque la Unión.

Finalmente se colocó la cruz que se encuentra en el centro del parque, la cual fue un regalo de España.

Este parque es objeto de múltiples visitas por parte de los turistas, quienes suelen fotografiarse en las bancas o en los coloridos bordes del tanque.

El Parque y Tanque la Unión posee bancas para el descanso, área jardinizada y palmeras. Suele ser el punto de partida de carretas tiradas por caballos que recorren toda La Antigua Guatemala. El Tanque es la parte más fresca y sin duda tiene una atmósfera romántica, preferida por los enamorados.

Catedral de San José

La Catedral de San José se encuentra en el centro de La Antigua Guatemala, y es un distintivo arquitectónico e histórico de la ciudad colonial.

Historia

La Parroquia de San José, ubicada en la ciudad de Antigua Guatemala, forma parte de la Arquidiócesis de Guatemala y está ubicada en una sección de la antigua Catedral Primada de Santiago de los Caballeros, que fuera destruida por los Terremotos de Santa Marta.

La primera edificación de la Catedral de San José fue iniciada el año de 1545 con los escombros traídos del destruido asentamiento en el valle de Almolonga, el cual había sido un segundo intento de fundar una localidad en la región.

Su completa construcción fue entorpecida por los frecuentes sismos a lo largo de los años. El 7 de abril de 1669 el templo fue demolido y un segundo santuario sería inaugurado en 1680 bajo la dirección de Juan Pascual y José de Porres, existiendo también constancia de que en su reconstrucción trabajó el ingeniero e imaginero español Martín de Andújar Cantos.

La catedral de Santiago tuvo tres construcciones; la última de ellas se consagró en noviembre de 1680 y fue obra del maestro Joseph de Porres. En 1718, tras los terremotos de San Miguel, Diego de Porres reparó las bóvedas, los arcos, el cimborrio, el segundo cuerpo y la fachada.

El rango de catedral lo obtuvo en 1743, constituyéndose, probablemente, como la más lujosa de Centroamérica en ese tiempo. El altar mayor se encontraba en pie bajo una cúpula, sostenida por diez y seis columnas forradas de carey y decorada con medallones de bronce primorosamente trabajados. Sobre la cornisa estaban colocadas la imagen de la Virgen María y de los doce Apóstoles, fabricados de marfil.

Catedral de San José

En 1804, el arzobispo Peñalver y Cárdenas decidió crear la parroquia de El Señor San José en Antigua Guatemala, la cual incorporó a tres parroquias provisionales que funcionaban en las antiguas iglesias de Candelaria, San Sebastián y Los Remedios.

Los bienes de La Candelaria fueron trasladados al edificio de la antigua Universidad de San Carlos Borromeo, y la iglesia abandonada. La nueva parroquia recibió entre los bienes de la Candelaria una imagen del Señor del Descendimiento, la cual es venerada en la parroquia desde entonces.

En 1806, el prebítero Rafael José Luna, cura de San José, tuvo la idea de utilizar las ruinas de la antigua catedral como parroquia; en 1814 el cabildo eclesiástico resolvió aceptar la petición y en 1819 se iniciaron algunos trabajos de remodelación del edificio, derrumbando partes arruinadas, como los campanarios. Los trabajos se detuvieron por un tiempo, hasta que se reiniciaron en 1832.

Al terminar los trabajos, la parroquia de San José se trasladó del antiguo edificio de la Universidad de San Carlos a la antigua catedral, en donde ha estado desde entonces. Los retablos que tiene esta nueva parroquia no son los originales de la catedral: fueron elaborados en 1856.

Parque Central

El Parque Central es el punto de referencia y centro social de la Antigua Guatemala.

Desde sus orígenes los parques, en particular en La Antigua Guatemala, jugaban un papel importante tanto por su ornamentación como por su actividad social. Por tal razón debía estar a la altura del fino y elegante acabado de las edificaciones que lo rodeaban.

El Parque Central cuenta con varias fuentes y la mayor se ubica en el centro, conocida como la “Fuente de las Sirenas”, diseñada y construida por Diego de Porres en 1737.

Entre las muchas formas de entretenimiento del que proporciona, ahora es común encontrar a grupos de jóvenes que se internan por el parque para compartir su música.

Algunos se acompañan de tambores, unos con flautas, mientras otros lo hacen con las tradicionales guitarras.

Para fiestas y fechas especiales en el Parque Central, se presentan bandas escolares, músicos y se decora para la ocasión, como en la temporada navideña cuando se viste con luces de colores.

El ambiente del Parque Central es tan agradable que el viaje no estaría completo sin compartir con alguien la paz, o bien la algarabía de sus senderos.

Fuente de las Sirenas

La fuente es un punto central en la Antigua Guatemala, aledañas a ella se encuentran el Palacio de los Capitanes Generales, el Ayuntamiento, la iglesia de San José, el Palacio Arzobispal y el Portal del  Comercio.

Diego de Porres fue el responsable de su diseño y construcción en el año de 1737, luego en  1949 debido al paso de los años, muchas partes de las sirenas fueron destruidas por lo que fueron restauradas por Rodolfo Galeotti Torres.

La construcción de dicha fuente tiene como origen, la inspiración de  la fuente de Neptuno  que se encuentra localizada en Boloña,  Italia; la fuente tiene dos sirenas que están cabalgando sobre delfines la cual fue construida por Giovanni Bolgna.

Arco de Santa Catalina

El Arco de Santa Catalina es uno de los lugares más reconocidos en la ciudad de Antigua Guatemala. Ubicado al norte del Parque Central, el Arco de Santa Catalina es no solo un ícono de La Antigua Guatemala sino un punto de referencia para ubicarse en la ciudad.

El carácter del Convento de Santa Catalina Virgen y Mártir, era de reclusión, lo que significa que sus internas evitaban tener contacto con las personas de la ciudad en general. El convento fue ganando adeptas gradualmente y con su crecimiento se hizo necesario ocupar una parte de la cuadra ubicada al frente.

Esto significaba un problema, pues no tenían ninguna intención de cruzar por medio de la calle.

Por esto, el Arco de Santa Catalina nace más por la necesidad de no ser vistas mientras cruzaban hacia el resto del convento, y es así como se inicia su construcción en el mes de julio de 1693. Los terremotos de Santa Marta de 1773 afectaron a esta parte de la ciudad.

En un inicio el Arco de Santa Catalina no contemplaba el reloj que puede apreciarse hoy en día; éste fue colocado en la década de 1890. El reloj fue dañado durante el terremoto de 1976 y dejó de funcionar, pero fue reparado y puesto en marcha de nuevo en 1991. Era necesario darle cuerda cada tres días, data de finales del siglo XIX y es francés, de marca Lamy Amp Lacroix.

Actualmente el convento se ha convertido en el Hotel Convento de Santa Catalina Mártir y la calle es conocida popularmente como la «Calle del Arco«. En ella se celebra el final del año y llegada del año nuevo, presentando una variedad de espectáculos culturales que van desde música, poesía y relatos, hasta bailes tradicionales.

Es posiblemente la calle con más actividad de la ciudad colonial durante todo el año contando con ventas de artesanías, hoteles, numerosos restaurantes.