Ruinas de Santa Clara

Las Ruinas de Santa Clara se encuentran ubicadas sobre la 2ª Avenida Norte, frente al Tanque de la Unión. Posee un patio bien conservado con elegantes corredores a su alrededor. El complejo es amplio y fue fundado en 1699 por las Monjas Clarisas que procedían de Puebla, México.

Al principio comenzó con cinco religiosas y una novicia y luego aumentó su número. Ocuparon el convento desde el 14 de enero de 1700, fecha de su fundación oficial. En 1703 se inició la construcción formal del complejo y fue terminada dos años después.

Según descripciones de varios cronistas, este edificio contaba con un techado de teja, que fue derribado para el terremoto de 1717. Fueron tantos los daños que las religiosas se vieron forzadas a abandonarlo de manera temporal mientras se reparaba el techo. Por eso se establecieron en Comalapa y regresaron más tarde.

Los trabajos de reconstrucción de ahora las Ruinas de Santa Clara, no fueron una labor corta, requirió de casi 26 años. Tal esfuerzo económico fue apoyado por una bondadosa donación proveniente del Presidente de la Audiencia , Antonio Echeverría Suvisa, pero no pudo contemplar finalizada la obra porque falleció en 1733.

De la construcción original no se conserva ningún vestigio debido a la magnitud de las modificaciones que se realizaron y, finalmente, el complejo fue inaugurado y consagrado el 11 de agosto de 1734.

Todos los esfuerzos por mantener en pie a la edificación fueron derribados junto con la estructura por los terremotos de 1773, quedando el convento en una total ruina. Lo poco que quedó en pie fue derribado por un fuerte seísmo en 1874, y permanece sólo lo que puede contemplarse hasta hoy gracias al mantenimiento y administración actual del complejo, conocidas como las Ruinas de Santa Clara.

Su exterior está finamente decorado, así como varios detalles de su interior, sin duda alguna las Ruinas de Santa Clara constituyen un excelente atractivo turístico para visitar.

A la fecha se puede visitar y disfrutar del interior de las Ruinas de Santa Clara observando los detalles restantes, que son bastantes y hermosos, como los corredores con los arcos laterales, los graderíos, ventanas y techos arqueados.