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Antigua Guatemala hace 100 años
Se presentan fotografías de la Antigua Guatemala hace 100 años y personajes captadas por el japonés Kohei Yasu más conocido en esta ciudad colonial como Juan José de Jesús Yas.
La exposición de Antigua Guatemala hace 100 años, por Kohei Yasu, un fotógrafo pionero, se inaugurará el jueves 20 de este mes, a las 18 horas, en el Centro de Formación de la Cooperación Española, 6ª. Avenida Norte, antiguo edificio de la Compañía de Jesús, La Antigua Guatemala, Sacatepéquez.
Este destacado artista fue uno de los primeros inmigrantes japoneses en Centroamérica y pionero de la fotografía en Guatemala.
Sus fotografías de Antigua Guatemala hace 100 años, en blanco y negro, capturaron escenas de la vida en pública local, paisajes, personas notables, gente común y momentos importantes de su vida como inmigrante en Guatemala.
Cautivado por el país
Muchas de las fotografías de Yasu, de Antigua Guatemala hace 100 años, dan testimonio de su fascinación por el patrimonio arquitectónico de la Antigua Guatemala, así como por el arte y costumbres católicas de esta ciudad que perduran hoy.
Otras obras retratan a personas de diversos sectores sociales, a quienes normalmente fotografió en escenarios de estudio cuidadosamente preparados. Sus collages demuestran una actitud creativa hacia la reproducción mecánica de la imaginería religiosa.
Las fotografías de la vida personal de Yasu se intercalan con representaciones de contextos sociopolíticos más amplios que estuvieron vigentes en aquellos tiempos.
Vigente
El prestigio de Yasu en la historia de la fotografía guatemalteca se basa en el equilibrio que alcanzó entre la expresión artística y los aspectos comerciales del oficio.
A raíz de la creación del Archivo «Fotografía Japonesa» en la Fototeca del Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA), la obra de Yasu ha sido expuesta en varios lugares de Asia y de América.
Esta exposición es organizada por CIRMA y la embajada del Japón en Guatemala como parte de la celebración de los ochenta años de relaciones diplomáticas entre ambos países. “Rinde homenaje a los múltiples esfuerzos de colaboración entre dos naciones que, aún siendo diferentes, se hermanan en el arte”, dijo Eiichi Kawahara, embajador japonés en nuestro país.
¿Quien era este fotógrafo?
Kohei Yasu, abrigó la religión católica y adoptó el nombre en español Juan José de Jesús Yas. Trabajó durante más de tres décadas como fotógrafo comercial en Guatemala.
Yasu nació en Fujisawa, Prefectura de Iwate, en 1846 y creció en una sociedad japonesa marcada por turbulencias políticas y un proceso de modernización. Recibió entrenamiento médico y estudió la lengua francesa en Yokohama, una ciudad considerada puerta al mundo occidental. En 1874 Yasu trabajó como intérprete para el astrónomo mexicano Francisco Díaz Covarrubias, quien había llegado a Japón en una misión científica. Yasu viajó a América con Díaz Covarrubias y llegó a Guatemala en 1878.
En la ciudad de Guatemala fue aprendiz del prestigioso fotógrafo alemán Emilio Herbruger y, en 1880, Yasu abrió su propio estudio de fotografía. Al poco tiempo decidió practicar el catolicismo y se bautizó en 1883.
En 1890, Yasu regresó brevemente a Japón, desde donde fue enviado a Perú como parte de una misión japonesa de minería. Volvió a Guatemala en 1890, lugar que tomó como su residencia permanente. En 1891 se casó con María Noriega y en 1895, la familia se mudó a La Antigua Guatemala, donde produjo la mayor parte de las fotografías que se encuentran en la colección del CIRMA. Sus imágenes de iglesias, esculturas y la población local evidencian la estrecha relación que Yasu desarrolló con esta ciudad colonial.
Kohei Yasu o Juan José de Jesús Yas, falleció en 1917 en La Antigua Guatemala y, tanto en Japón como en Guatemala, su legado incidió en la formación de memorias sociales acerca de la migración, la devoción religiosa y la fotografía.
Fuente: Prensa Libre – Antigua Guatemala hace 100 años
Historias Culinarias de La Antigua Guatemala
El artista gráfico Ricky López Bruni, en colaboración con Ambev, Pepsi y La Reunión Golf Resort & Residences, presentó el pasado 12 de octubre Historias Culinarias de La Antigua Guatemala, una nueva y lujosa publicación que rinde homenaje a la gastronomía antigüeña por medio de fotografías e historias. En cada página de esta libro, el vigésimo del autor, se aprecia la variedad de comidas, bebidas, dulces y cultura que se vive y se degusta en la Ciudad Colonial.
“No es un libro convencional que presenta recetas, sino la historia de cada establecimiento que ofrece platillos exquisitos. Los cocineros son artistas que ponen su entrega en la preparación de cada uno, convierten a la cocina en un arte que merece ser reconocido por todos. En La Antigua hay muchas ofertas de menús, pero pocos saben su origen; en este libro proponemos dentro de cada fotografía y letra un viaje por el conocimiento culinario adquirido durante años, que se transmite en generaciones, para el seguimiento de cada manjar”, dijo López Bruni.
“Es un orgullo poder ser parte de este gran proyecto, en el que se reconoce a todas esas personas que día a día y a lo largo del tiempo han transmitido el conocimiento de generación en generación para preservar el arte culinario que hoy se sirve en La Antigua. El libro Historias Culinarias de La Antigua Guatemala será sin duda una excelente carta de presentación para el turismo nacional y extranjero. La exquisitez de la gastronomía nacional, internacional y fusión ha sido condensada en una gran obra”, expresó Raúl Zibara, gerente de marca regional de Pepsi.
Historias Culinarias de La Antigua Guatemala, consta de 252 páginas, busca convertirse en una guía para realizar un recorrido por los más de 300 establecimientos gastronómicos que tienen una trayectoria mínima de tres años en La Antigua, aunque algunos restaurantes importantes con menos años de existencia también fueron incluidos. “El libro busca rendir un homenaje a los héroes de la sartén y ollas de barro que cuentan historias por medio de sus sabrosos platos y productos”, dijo Mercedes de Beteta, quien intervino en la presentación de la obra en representación de restauranteros. “El ingrediente principal de toda receta es el amor por nuestro país y la creatividad. Ambos deben estar presentes, sin importar si es un puesto en la esquina del parque o un restaurante; lo importante es la pasión por servir y convertirlo en una vocación, para crear arte y hacer que admiren nuestra cultura”, agregó.
Desde su concepción, el proyecto de Historias Culinarias de La Antigua Guatemala tuvo una duración de 12 meses. El tiraje fue de 3 mil copias, que estarán a la venta en las principales librerías, restaurantes incluidos en el ejemplar y puntos importantes de La Antigua Guatemala.
Continuación del proyecto
Historias culinarias por TV
A raíz de la publicación del libro Historias Culinarias de La Antigua Guatemala, se produjo un programa de televisión en el cual personajes de la farándula guatemalteca realizan recorridos culinarios por La Antigua Guatemala. Este consta de ocho capítulos con una duración de 40 minutos cada uno. Según López, programa se transmitirá en 2016.
Fuente: Siglo21
Iglesia y Hospital de San Pedro
La Iglesia y Hospital de San Pedro fue construida en 1654 y se encuentra ubicada en la esquina de la 6ª Calle Oriente y 3ª Avenida Sur, a dos cuadras del Parque Central, frente al Parque y Tanque La Unión.
Su fachada encara en ángulo recto a la entrada del hospital, se caracteriza por sus detalles, atrio pequeño y el barandal enrejado de su parte superior.
Un aventurado trabajo de mantenimiento incluyó pintar el la Iglesia y Hospital de San Pedro completos por fuera. Está bien iluminada por las noches, lo cual la ha convertido en un espectáculo irresistible para las lentes de los fotógrafos.
La fachada de la Iglesia y Hospital de San Pedro es tradicional con frente alto y laterales menores, éstos no contienen los campanarios como otros templos de la región. Sus detalles y estilo la constituyen como un ejemplo de arte barroco en la ciudad.
En su costado, sobre la 3ª Avenida Sur, cuenta con una entrada provista de una sobria puerta de madera. Las columnas que la acompañan, así como las de la parte superior, cuentan con detalles circulares de tipo salomónico.
La construcción de la Iglesia y Hospital de San Pedro se remonta a 1654 y es una de las tantas huellas que José de Porres dejara en el reino.
Los propósitos desde su origen fueron dar asistencia hospitalaria a los miembros del círculo eclesiástico. Fin que fue concretado y nueve años después de finalizada su construcción comenzó a recibir a los primeros enfermos. Su nombre está ligado al Santo Hermano Pedro, quien pudo ver cómo se convertía en realidad su deseo.
Construcción de la Iglesia y Hospital de San Pedro
Su construcción sufrió los daños que ocasionaran los diferentes terremotos que estremecieron a La Antigua Guatemala y que afectaran a todas las construcciones de la época. Sin embargo, los repetidos trabajos de restauración permiten que el templo continúe en pleno uso para las labores eclesiásticas y atención de los fieles, celebrándose así, cada domingo, la misa bajo su techo.
Ruinas de Santa Clara
Las Ruinas de Santa Clara se encuentran ubicadas sobre la 2ª Avenida Norte, frente al Tanque de la Unión. Posee un patio bien conservado con elegantes corredores a su alrededor. El complejo es amplio y fue fundado en 1699 por las Monjas Clarisas que procedían de Puebla, México.
Al principio comenzó con cinco religiosas y una novicia y luego aumentó su número. Ocuparon el convento desde el 14 de enero de 1700, fecha de su fundación oficial. En 1703 se inició la construcción formal del complejo y fue terminada dos años después.
Según descripciones de varios cronistas, este edificio contaba con un techado de teja, que fue derribado para el terremoto de 1717. Fueron tantos los daños que las religiosas se vieron forzadas a abandonarlo de manera temporal mientras se reparaba el techo. Por eso se establecieron en Comalapa y regresaron más tarde.
Los trabajos de reconstrucción de ahora las Ruinas de Santa Clara, no fueron una labor corta, requirió de casi 26 años. Tal esfuerzo económico fue apoyado por una bondadosa donación proveniente del Presidente de la Audiencia , Antonio Echeverría Suvisa, pero no pudo contemplar finalizada la obra porque falleció en 1733.
De la construcción original no se conserva ningún vestigio debido a la magnitud de las modificaciones que se realizaron y, finalmente, el complejo fue inaugurado y consagrado el 11 de agosto de 1734.
Todos los esfuerzos por mantener en pie a la edificación fueron derribados junto con la estructura por los terremotos de 1773, quedando el convento en una total ruina. Lo poco que quedó en pie fue derribado por un fuerte seísmo en 1874, y permanece sólo lo que puede contemplarse hasta hoy gracias al mantenimiento y administración actual del complejo, conocidas como las Ruinas de Santa Clara.
Su exterior está finamente decorado, así como varios detalles de su interior, sin duda alguna las Ruinas de Santa Clara constituyen un excelente atractivo turístico para visitar.
A la fecha se puede visitar y disfrutar del interior de las Ruinas de Santa Clara observando los detalles restantes, que son bastantes y hermosos, como los corredores con los arcos laterales, los graderíos, ventanas y techos arqueados.
Parque y Tanque La Unión
El Parque y Tanque la Unión se encuentra a tan solo tres cuadras del Parque Central hacia el sureste, justo frente a la Iglesia y Hospital del Hermano Pedro. La Plaza de San José, hoy conocido como Tanque la Unión, es un lavadero histórico cual fue inaugurado el 3 de Febrero de 1853.
En la época colonial de la Antigua Guatemala, no todas las viviendas poseían un lugar para el lavado de ropa, sin embargo, existían lavaderos públicos adonde se solía acudir no sólo a dicha tarea sino, como lo comentan muchos cronistas, también cumplían una función social, pues era un centro para conversar sobre lo que acontecía en el reino.
El más conocido en la actualidad es el Parque y Tanque la Unión , al cual aún llegan personas a lavar y pareciera como si el tiempo no hubiera pasado.
Fue inaugurado en 1853 por el corregidor José María Palomo. No fue una buena construcción, por lo que fue reconstruida en 1979 y se conserva hasta la fecha.
Sus arcos son de estilo neoclásico y el nombre original era de Plaza de la Unión , pero fue en 1925 cuando se llevó a cabo el Congreso Unionista de Centroamérica que se le cambió a Parque y Tanque la Unión.
Finalmente se colocó la cruz que se encuentra en el centro del parque, la cual fue un regalo de España.
Este parque es objeto de múltiples visitas por parte de los turistas, quienes suelen fotografiarse en las bancas o en los coloridos bordes del tanque.
El Parque y Tanque la Unión posee bancas para el descanso, área jardinizada y palmeras. Suele ser el punto de partida de carretas tiradas por caballos que recorren toda La Antigua Guatemala. El Tanque es la parte más fresca y sin duda tiene una atmósfera romántica, preferida por los enamorados.
Catedral de San José
La Catedral de San José se encuentra en el centro de La Antigua Guatemala, y es un distintivo arquitectónico e histórico de la ciudad colonial.
Historia
La Parroquia de San José, ubicada en la ciudad de Antigua Guatemala, forma parte de la Arquidiócesis de Guatemala y está ubicada en una sección de la antigua Catedral Primada de Santiago de los Caballeros, que fuera destruida por los Terremotos de Santa Marta.
La primera edificación de la Catedral de San José fue iniciada el año de 1545 con los escombros traídos del destruido asentamiento en el valle de Almolonga, el cual había sido un segundo intento de fundar una localidad en la región.
Su completa construcción fue entorpecida por los frecuentes sismos a lo largo de los años. El 7 de abril de 1669 el templo fue demolido y un segundo santuario sería inaugurado en 1680 bajo la dirección de Juan Pascual y José de Porres, existiendo también constancia de que en su reconstrucción trabajó el ingeniero e imaginero español Martín de Andújar Cantos.
La catedral de Santiago tuvo tres construcciones; la última de ellas se consagró en noviembre de 1680 y fue obra del maestro Joseph de Porres. En 1718, tras los terremotos de San Miguel, Diego de Porres reparó las bóvedas, los arcos, el cimborrio, el segundo cuerpo y la fachada.
El rango de catedral lo obtuvo en 1743, constituyéndose, probablemente, como la más lujosa de Centroamérica en ese tiempo. El altar mayor se encontraba en pie bajo una cúpula, sostenida por diez y seis columnas forradas de carey y decorada con medallones de bronce primorosamente trabajados. Sobre la cornisa estaban colocadas la imagen de la Virgen María y de los doce Apóstoles, fabricados de marfil.
Catedral de San José
En 1804, el arzobispo Peñalver y Cárdenas decidió crear la parroquia de El Señor San José en Antigua Guatemala, la cual incorporó a tres parroquias provisionales que funcionaban en las antiguas iglesias de Candelaria, San Sebastián y Los Remedios.
Los bienes de La Candelaria fueron trasladados al edificio de la antigua Universidad de San Carlos Borromeo, y la iglesia abandonada. La nueva parroquia recibió entre los bienes de la Candelaria una imagen del Señor del Descendimiento, la cual es venerada en la parroquia desde entonces.
En 1806, el prebítero Rafael José Luna, cura de San José, tuvo la idea de utilizar las ruinas de la antigua catedral como parroquia; en 1814 el cabildo eclesiástico resolvió aceptar la petición y en 1819 se iniciaron algunos trabajos de remodelación del edificio, derrumbando partes arruinadas, como los campanarios. Los trabajos se detuvieron por un tiempo, hasta que se reiniciaron en 1832.
Al terminar los trabajos, la parroquia de San José se trasladó del antiguo edificio de la Universidad de San Carlos a la antigua catedral, en donde ha estado desde entonces. Los retablos que tiene esta nueva parroquia no son los originales de la catedral: fueron elaborados en 1856.
Parque Central
El Parque Central es el punto de referencia y centro social de la Antigua Guatemala.
Desde sus orígenes los parques, en particular en La Antigua Guatemala, jugaban un papel importante tanto por su ornamentación como por su actividad social. Por tal razón debía estar a la altura del fino y elegante acabado de las edificaciones que lo rodeaban.
El Parque Central cuenta con varias fuentes y la mayor se ubica en el centro, conocida como la “Fuente de las Sirenas”, diseñada y construida por Diego de Porres en 1737.
Entre las muchas formas de entretenimiento del que proporciona, ahora es común encontrar a grupos de jóvenes que se internan por el parque para compartir su música.
Algunos se acompañan de tambores, unos con flautas, mientras otros lo hacen con las tradicionales guitarras.
Para fiestas y fechas especiales en el Parque Central, se presentan bandas escolares, músicos y se decora para la ocasión, como en la temporada navideña cuando se viste con luces de colores.
El ambiente del Parque Central es tan agradable que el viaje no estaría completo sin compartir con alguien la paz, o bien la algarabía de sus senderos.
Fuente de las Sirenas
La fuente es un punto central en la Antigua Guatemala, aledañas a ella se encuentran el Palacio de los Capitanes Generales, el Ayuntamiento, la iglesia de San José, el Palacio Arzobispal y el Portal del Comercio.
Diego de Porres fue el responsable de su diseño y construcción en el año de 1737, luego en 1949 debido al paso de los años, muchas partes de las sirenas fueron destruidas por lo que fueron restauradas por Rodolfo Galeotti Torres.
La construcción de dicha fuente tiene como origen, la inspiración de la fuente de Neptuno que se encuentra localizada en Boloña, Italia; la fuente tiene dos sirenas que están cabalgando sobre delfines la cual fue construida por Giovanni Bolgna.
Arco de Santa Catalina
El Arco de Santa Catalina es uno de los lugares más reconocidos en la ciudad de Antigua Guatemala. Ubicado al norte del Parque Central, el Arco de Santa Catalina es no solo un ícono de La Antigua Guatemala sino un punto de referencia para ubicarse en la ciudad.
El carácter del Convento de Santa Catalina Virgen y Mártir, era de reclusión, lo que significa que sus internas evitaban tener contacto con las personas de la ciudad en general. El convento fue ganando adeptas gradualmente y con su crecimiento se hizo necesario ocupar una parte de la cuadra ubicada al frente.
Esto significaba un problema, pues no tenían ninguna intención de cruzar por medio de la calle.
Por esto, el Arco de Santa Catalina nace más por la necesidad de no ser vistas mientras cruzaban hacia el resto del convento, y es así como se inicia su construcción en el mes de julio de 1693. Los terremotos de Santa Marta de 1773 afectaron a esta parte de la ciudad.
En un inicio el Arco de Santa Catalina no contemplaba el reloj que puede apreciarse hoy en día; éste fue colocado en la década de 1890. El reloj fue dañado durante el terremoto de 1976 y dejó de funcionar, pero fue reparado y puesto en marcha de nuevo en 1991. Era necesario darle cuerda cada tres días, data de finales del siglo XIX y es francés, de marca Lamy Amp Lacroix.
Actualmente el convento se ha convertido en el Hotel Convento de Santa Catalina Mártir y la calle es conocida popularmente como la «Calle del Arco«. En ella se celebra el final del año y llegada del año nuevo, presentando una variedad de espectáculos culturales que van desde música, poesía y relatos, hasta bailes tradicionales.
Es posiblemente la calle con más actividad de la ciudad colonial durante todo el año contando con ventas de artesanías, hoteles, numerosos restaurantes.