Bocas de ceniza

BOCAS DE CENIZA Y EL RÍO MAGDALENA

Un lugar de particular importancia para la ciudad son las Bocas de Ceniza, como se conoce a la desembocadura del río Magdalena en el mar Caribe. Su importancia radica en que constituye el acceso a la zona portuaria de Barranquilla. Ocasionalmente se organizan paseos fluviales a bordo de planchones que parten del barrio Las Flores hasta el puente Pumarejo y se devuelven hasta Bocas de Ceniza y terminan el recorrido en el punto inicial. También se pueden realizar excursiones particulares en botes o lanchas por el río, disfrutar los restaurantes de la zona y recorrer las ciénagas y brazos cercanos. Una caja de compensación de la ciudad organiza diariamente un paseo turístico en tren sobre la línea férrea del tajamar occidental hasta poco antes de su tramo final, el cual es imposible recorrer por su estado de deterioro y el peligro que representa.Las Bocas de Ceniza fueron descubiertas por Rodrigo de Bastidas el 1.° de abril de 1501, descubriendo de paso el río Magdalena. En el año 1824 se inició la navegación fluvial con buques de vapor, lo que despertó el interés local en la utilización de Bocas de Ceniza. La construcción del Ferrocarril Barranquilla-Salgar en 1872 y el traslado de la Aduana Nacional a Barranquilla incrementó el deseo de habilitar el sector de Bocas de Ceniza para el comercio marítimo internacional.Los trabajos, toda una proeza de la ingeniería hidráulica, consistieron en construir dos tajamares de roca, uno en cada margen del río, a manera de prolongación de las riberas, pero reduciendo al mismo tiempo su boca. De esta manera se logra el efecto hidráulico de acelerar la velocidad de la corriente, la cual propulsiona violentamente la barra (banco de arena y sedimentos que se forma en la desembocadura de un río) hacia el mar, destaponando la desembocadura y permitiendo así la entrada de los buques por el río hasta la propia ciudad y otras poblaciones ribereñas.