Pueden pasar desapercibidas para quien viaja de prisa. Se encuentra justo detrás de la actual Catedral y frente al Museo de la Universidad de San Carlos. La entrada es discreta, y lleva al complejo que fue la Catedral de La Antigua Guatemala. Es enorme y conserva sus muros de pie por un recorrido que vale la pena realizar.
La Catedral que vemos en pie a la fecha, la Catedral de San José, fue inaugurada en 1680 y se conserva en funciones con toda su gala y solemnidad frente al Parque Central. A un costado se encuentran las ruinas de la catedral original que fue derribada por los terremotos. Las cúpulas fueron derribadas por los terremotos aunque algunas aún coronan los muros de corredores laterales. El recorrido es silencioso, de seguro por la naturaleza de la construcción que de inmediato sumerge a los visitantes en una atmósfera de contemplación.
Lugar histórico donde se puede ver lo imponente de la arquitectura de aquellos tiempos cerca del ayuntamiento, con tan sólo un dólar puedes hacer un histórico recorrido.
UN PASEO POR LAS RUINAS
Al visitar La Antigua Guatemala no te puedes perder este recorrido por las ruinas. La altura de los muros en pie revela el tamaño que ostentaba la construcción original. Algunas paredes revelan los ladrillos que las forman y otras se cubren de estuco.
Las cúpulas ausentes derribadas por los terremotos dejan ver el azul del cielo contrastando con el final de los muros que las sostenían. Los corredores son amplios y la parte central guarda su solemnidad.
Es posible visitar la parte subterránea por las gradas que se ubican justo al lado del centro de información y venta de libros en la entrada.
Si piensas que puedes visitar las ruinas y conocer la historia después, piénsalo dos veces. Es muy importante valorar los folletos y libros que se distribuyen en cada ruina, son información específica que no se ha difundido de forma masiva y vale la pena tomarlos en cuenta.
La mejor hora para visitar las Ruinas de la Catedral de San José son de 10:00 a 11:00 y de 15:00 a 16:00 por los ángulos de entrada de la luz del sol, iluminando por reflejo y acentuando el azul del cielo sin comprometer las fotografías (sin complicarlas con el contraluz).