El municipio de Panajachel, también conocido como Pana, se encuentra en el municipio de Sololá, en la margen norte del lago Atitlán. Panajachel es el portal del lago Atitlán, al que hay quien llama “el lago más bello del mundo”. Panajachel es un pequeño pueblo tranquilo con unos 11.000 habitantes y con una vista espectacular, donde el viajero encontrará restaurantes, hoteles, vida nocturna con locales de música en directo y un buen lugar para relajarse unos días. Se pueden visitar los pueblos de los alrededores y algunas reservas naturales.
Existen varios servicios de autobuses que llegan desde la Ciudad de Guatemala diariamente y casi cada hora, y los pueblos de los alrededores del lago de Atitlán como Jabailito, San Marcos La Laguna o San Pedro La Laguna, pueden ser visitados fácilmente en los pequeños barcos que se encuentran en los muelles principales.
La población de Panajachel fue fundada el 12 de septiembre de 1684 por el español Miguel Calderón de Rojas. Tiene un clima templado, con temperaturas cálidas durante el día y frescas durante la noche.
Se puede llegar a cualquier lugar de la ciudad de Panajachel andando, o también se pueden utilizar los taxis de tres ruedas, los cuales circulan continuamente por sus calles. Por 5 ó 10 quetzales pueden llevarte a cualquier lugar de la ciudad o a la reserva natural de las afueras.
Se encuentra a unos 1.560 metros de altura sobre el nivel del mar, y desde el pueblo se pueden disfrutar de unas increíbles vistas de los volcanes de San Pedro, con unos 3.000 metros de altitud
Panajachel suele ser un buen punto para visitar diferentes pueblos en los alrededores, como Santiago Atitlan, Santa Catarina y San Antonio Palopo.
En Panajachel han empezado a funcionar varias escuelas de español, y la afluencia de turistas han hecho surgir tiendas de recuerdos a lo largo de toda la calle principal, la famosa calle Santander. Además la ciudad ofrece aspectos de interés cultural. La restauración de la iglesia católica del siglo XVI, nos recuerda la misión de franciscanos que se establecieron en la ciudad para cristianizar a la población indígena en la orilla norte del lago.