Floralis Genérica
Nuestro poeta Almafuerte decía “¿que la ciencia es brutal y que no sueña? ¡Eso lo afirma el asno que la enseña!”. La Floralis Genérica es un ejemplo de cuánto puede soñar la ciencia.
La Floralis es la primera escultura argentina con movimiento, regalo del escultor, arquitecto, y filántropo argentino, Eduardo Catalano. Fue inaugurada el 13 de abril de 2002 con un hermoso recital de la Camerata Bariloche en la Plaza de la Naciones Unidas sobre la Avenida Figueroa Alcorta en la Comuna 2.
La escultura se encuentra situada en el centro de un parque de cuatro hectáreas de límites arbolados, rodeada de sendas que se acercan y alejan brindando diferentes perspectivas del monumento y situada por sobre un espejo de agua, que aparte de cumplir su función estética, la protege
La idea surgió un atardecer de verano, cuando trabajando en su jardín de invierno, notó que una gran flor roja de la especie Hibiscos comenzaba a cerrarse. Sin saber por qué, dibujó una flor geométrica. Catalano cuenta que hacía tiempo deseaba crear una estructura móvil que se abriera, se cerrara o se expandiera. Florales Genérica es ese proyecto hecho realidad.
De acuerdo a su mentor, el nombre de la obra se adoptó porque es ley de la flora nombrar sus especies en latín. Floralis, significa que pertenece a la flora, y en consecuencia a las flores. Genérica, por su parte, deriva del concepto de género e indica que representa a todas las flores.
La Floralis es una gran flor realizada en acero inoxidable, con esqueleto de aluminio y hormigón armado, que mira en dirección al cielo, extendiendo hacia él sus seis pétalos. Pesa dieciocho toneladas y tiene 23 metros de altura. Un delicado mecanismo de relojería acciona los movimientos de la flor.
Si algunos artistas afirman que el arte está reñido con el sistema, la Floralis Genérica es la obra de un artista en rebeldía con los moldes preestablecidos… como la mayoría de los porteños.