La Catedral de Sal de Zipaquirá es un recinto construido en el interior de las minas de sal de Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca, Colombia. En realidad se trata de un sitio turístico, es más como un museo que como un verdadero templo catedralicio pues no es la sede de ningún prelado.
El diseño arquitectónico y artístico de la nueva Catedral de Sal, es propio del arquitecto bogotano Roswell Garavito Pearl, el cual salió aprobado tras la elección del proyecto que contenía un total de 44 propuestas en un concurso convocado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos en 1990; mientras que la dirección técnica de ingeniería fue ejecutada por el ingeniero bogotano Jorge Enrique Castelblanco Reyes.
En su interior se encuentra una rica colección artística, especialmente de esculturas de sal y mármol en un ambiente lleno de un profundo sentido religioso que atrae a turistas.
La catedral de Sal de Zipaquirá es considerada como uno de los logros arquitectónicos y artísticos más notables de la arquitectura colombiana, otorgándosele incluso el título de joya arquitectónica de la modernidad. La importancia de la Catedral, radica en su valor como patrimonio cultural, religioso y ambiental.
En 2007 mediante un concurso para elegir las 7 Maravillas de Colombia; la Catedral de Sal obtuvo la mayor votación; convirtiéndola en la Maravilla No.1 de Colombia, aunque también fue propuesta entre las Nuevas siete maravillas del mundo moderno.
La iglesia subterránea hace parte del complejo cultural «Parque de la Sal», espacio cultural temático dedicado a la minería, la geología y los recursos naturales.
Ubicación
La Catedral de Sal se encuentra en la Ciudad de Zipaquirá, población del Departamento de Cundinamarca, a 29 kilómetros al norte del Distrito Capital de Bogotá y a una altitud de 2.680 msnm. Por vía férrea la Catedral dista de la ciudad de Bogotá unos 48 kilómetros, el recorrido es realizado por el Tren de la Sabana. La población no es sólo célebre por la explotación de sal, sino también por uno de los hallazgos de restos humanos más antiguos de Colombia en el Valle de El Abra.