El Museo Regional de Arqueología es un pequeño museo localizado frente al parque central de Copán Ruinas. Fue inaugurado el año de 1939 ante la necesidad de tener un lugar adecuado y seguro para exhibir y guardar las piezas procedentes de las excavaciones arqueológicas. Las paredes de este inmueble están constituidas con grandes bloques de piedra extraídas de las mismas canteras que usaron los mayas. En la fachada luce el escudo de la República de Honduras, tallado magistralmente por Gustav Stromsvik.
El Museo tiene una importante colección de artefactos, estelas, altares, vasijas, adornos de jade, y utensilios de obsidiana procedentes de las ruinas de Copán.
De singular importancia es la tumba del escribano que se encontró en Las Sepulturas, y una colección de excéntricos. Así como el Calendario Maya y los retratos de los dieciséis gobernantes de la familia real Maya.
Este museo es sin duda uno de los grandes atractivos para los viajeros que visitan esta zona arqueológica. En su interior se exhiben una serie de esculturas que han sido rescatadas del sitio arqueológico. Entre ellas, destaca la impresionante replica a escala natural del Templo Rosa Lila, también conocido como Templo del Sol, descubierto bajo la estructura 16 en perfecto estado y que da a los visitantes una idea muy clara de Copán durante su era de esplendor. Otras exhibiciones importantes son la fachada del Juego de Pelota, las estelas y el altar Q, todos originales.
A finales de la década de los 70, el Ministerio de Cultura y Turismo y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia inician el Proyecto Arqueológico Copán (PAC), que ha permitido una mejor y más objetiva interpretación de los restos culturales del Valle de San José de Copán, corrigiendo errores de interpretación al contar con un mayor volumen de información.
Hoy sabemos que el centro del casco urbano de Copán era un núcleo poblacional donde residían los principales de la comunidad y que no tenía únicamente una función ceremonial como se le llegó a tribuir durante mucho tiempo. Sabemos también que los personajes representados por el arte Maya no eran dioses sino altos jerarcas de la comunidad. Y lo mismo sobre la escritura, que era interpretada como la representación de un sistema de adivinación con el cual los mayas documentaban las predicciones de eventos que tendrían lugar en el futuro, y no como lo que hoy se considera: un texto donde se narra la historia de los acontecimientos en la vida de los reyes, sus guerras, sus conquistas, sus alianzas e incluso, la sucesión dinástica.
Del mismo modo, los estudios realizados nos indican que el crecimiento de la Ciudad de Copán fue un proceso paulatino.
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